Fabricado en titanio, carbono o platino, esta pieza de ingeniería además esconde una complejidad técnica equiparable a la avanzada mecánica híbrida enchufable del McLaren Speedtail. Para diseñar su mecanismo Richard Mille tuvo que construir cinco prototipos, mecanismo formado por el primer tourbillon interno de la compañía, que indica su reserva de marcha, que cuenta con calendario y que les llevó 8.600 horas de desarrollo. Y como no podía ser de otra manera, todo ello queda protegido tras un cristal único y con un contorno perfeccionado para casar a las mil maravillas con su bisel.