El primer Renault Clío que probamos es una versión con el acabado RS Line, y con un motor de gasolina 1.3 TCe de 130 caballos asociado a un cambio automático EDC de 7 marchas. Y desde el minuto uno sorprenden muchos aspectos que han recibido mejoras notables, como por ejemplo las numerosas partes blandas del salpicadero y alrededores, la gran pantalla central táctil, los numerosos huecos portaobjetos, las grandes guanteras del frontal y de las puertas y la pantalla digital de 7 pulgadas tras el volante (muy pronto podrá ser hasta de 10 pulgadas) que utilizan los acabados más completos.