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OnStar: conectividad y seguridad Opel. Toque mágico

No es una voz enlatada la que responde al otro lado de la línea cuando se pide la colaboración de OnStar. Lo hará uno de los 120 asesores con que contará en principio el servicio en Europa, cuyo cuartel general está en Luton (Inglaterra) y ha sido montado a imagen y semejanza del Reinassance Center de Detroit, que se ocupa de Estados Unidos. Políglotas y suficientemente preparados, atienden las necesidades del cliente con rapidez y eficacia en ocho idiomas diferentes las 24 horas de día, los 365 días del año.

No en vano, el sistema se puso en marcha en 1995 y un año más tarde llegaba el primer cliente en Estados Unidos. También funciona en Canadá, China y México, antes de desembarcar en Europa, donde estará disponible a mediados de agosto, aunque no será hasta septiembre cuando empiecen las entregas de los coches que tengan OnStar, petición que ya se puede efectuar. Prácticamente toda la gama de turismos Opel (salvo el Karl al que llegará a finales de año) podrá contar en los 13 países del Viejo Continentes en los que arranca en principio esa conectividad superior que disfrutan más de siete millones de usuarios.

Entre 90 y 100 euros al año

Una primera entrega en la que se incluye España, donde el servicio será gratuito los doce primeros meses. Luego costará  entre 90 y 100 euros al año, precio en el que no se contempla el 'wi fi', que se incorporará en diciembre. Los tope de gama de cada modelo (Excellence y Sportive) incluirán OnStar de serie, siendo opcional en el resto de acabados por 500 euros.

Los vehículos están configurados en el idioma elegido por el cliente, que escuchará esa lengua desde el primer momento, aunque si lo desea puede ser atendido en cualquiera de los otros siete idiomas disponibles. Tanto el lenguaje como las aplicaciones del servicio siguen al conductor allá donde vaya, incluso en países donde no se venden coches con el sistema. Es de reseñar que el usuario decide cuándo y dónde quiere utilizar el servicio apretando el botón de privacidad, que oculta la localización del coche pero no impide desvelarla si se despliega un airbag para que los servicios de emergencia entren en acción lo antes posible.

Un millón de clientes en Europa

La tecnología de vanguardia y la localización GPS hacen posible conocer dónde se encuentran los vehículos con OnStar activado en un inmenso mapa (de Europa en el caso que nos interesa) en el que aparece el punto exacto y el tipo de petición efectuada. Una perspectiva global, que también permite evaluar, y actuar si lo exigen las circunstancias, cuando se detectan problemas en el entorno (nevadas, obras, atascos…) susceptibles de afectar al usuario y/o la respuesta que se le puede dar. 

Las previsiones contemplan alcanzar en Europa el millón de clientes el próximo año. También se espera rondar las 90.000 llamadas desde la activación del servicio en agosto a final de 2015 y crecer hasta las 400.000 en 2016. Unas cifras nada ambiciosas considerando que a nivel mundial se reciben dos llamadas por segundo (185.000 al día) y que, desde la puesta en marcha hace 19 años, se han gestionado más de mil millones de intervenciones, con más de 13 millones de actuaciones a través de las aplicaciones de smartphone (hay 1,5 millones de usuarios activos).

Los chinos, los que más lo usan

A nivel mensual los datos también son llamativos: más de 100.000 llamadas de emergencia al mes, más de 5.000 peticiones de ayuda y esa misma cifra de respuestas de emergencia en caso de accidente. Se une, que más de cuatro millones de personas pulsan el botón azul al mes, que hay cerca de 100.000 peticiones de diagnóstico del vehículo y que las aperturas remotas de coches, principalmente por haber olvidado las llaves dentro, superan las 142.000. El pasado año se cerraba con 13 millones de intervenciones y ya suman 50 millones las interacciones en este año 2015, un imparable crecimiento exponencial al que colaboran especialmente los chinos: son los que más utilizan OnStar, el primer servicio telemático que llegó al país (se lanzó en 2009 y las peticiones superan de cuatro a cinco veces las de otros países).