El Bugatti Tourbillon no es solo el sucesor del legendario Chiron, sino un extraordinario compendio de soluciones tecnológicas vanguardistas. Con un precio de partida de 3,8 millones de euros y una potencia combinada de 1.800 CV, este hiperdeportivo híbrido representa un salto cuántico en la filosofía de diseño de la marca francesa, donde cada componente forma parte de una sinfonía perfectamente orquestada.
La nueva joya de Molsheim, cuya producción comenzará en 2026, ha sido objeto de análisis en el noveno episodio de la serie documental Bugatti: A New Era, disponible en YouTube. En él se desvela el complejo proceso de desarrollo que ha dado lugar a una máquina que trasciende los límites de lo que considerábamos posible en el mundo del automóvil hasta hace muy poco.
El motor V16 condiciona el diseño del Bugatti Tourbillon
En la mayoría de automóviles modernos, el diseño está condicionado por la plataforma. Una vez elegido el tamaño de plataforma adecuado, los componentes van “empaquetándose” de la manera más armoniosa posible, priorizando la habitabilidad por encima de cualquier consideración. A modo de ejemplo, las suspensiones traseras de la inmensa mayoría de turismos emplean arquitecturas extremadamente compactas para restar el menor espacio posible al maletero.
En los superdeportivos, el “empaquetado” óptimo de los componentes es igual de importante (o más), pero las prioridades cambian. La habitabilidad pasa a un segundo plano, y el comportamiento dinámico se pone al frente. Así, el tamaño de la plataforma no condiciona aquí el diseño, sino que son los componentes que hay que embarcar los que determinan lo que se puede y lo que no se puede hacer en términos de diseño, buscando siempre, como decimos, el mejor rendimiento dinámico posible.

El elemento central en el diseño del Bugatti Tourbillon es su nuevo motor V16 de 8,3 litros desarrollado por Cosworth, que genera 1.000 CV sin necesidad de sobrealimentación. A diferencia del W16 del Chiron (con cuatro filas de cuatro cilindros agrupadas en torno a dos bloques con sus respectivas culatas), este propulsor es más largo y estrecho (con dos bancadas de ocho cilindros cada una).
Dado que es el elemento más pesado, parece obvio que ha de ir montado en posición central, y dado que necesitamos colocar dos asientos, su lugar lógico se encuentra justo detrás de ellos. El empaquetado óptimo de cara al reparto de pesos sería en posición transversal, pero eso dificultaría mucho canalizar la potencia generada, que es un enorme par de fuerzas proporcionado a la salida del cigüeñal y que deberemos trasladar al tren trasero, por lo que la posición longitudinal es imprescindible para colocar solidariamente la caja de cambios y, a la salida de ésta, el diferencial trasero, sin necesidad siquiera de un árbol de transmisión.
Como se trata de un vehículo híbrido enchufable, hay que buscar también un hueco óptimo para la batería, que es bastante pesada y voluminosa, y debemos reservar también un importante volumen para el depósito de combustible.
La creación de túneles Venturi que se extienden a lo largo del vehículo obliga a “esculpir” los bajos para acelerar el aire que se desplaza por debajo y crear una depresión que genere carga aerodinámica, un efecto crucial para no necesitar depender de alerones superiores, lo que se traduce en mayor carga de sustentación con menor resistencia al avance.


“Cuando desarrollas un coche, especialmente desde cero, nunca puedes mirar un componente individual sin tener en cuenta todo el contexto del vehículo”, explica Mate Rimac, CEO de Bugatti Rimac. Esta filosofía holística se refleja en cada decisión técnica del Bugatti Tourbillon, desde la ubicación de la caja de cambios hasta la integración de los motores eléctricos.
La revolución del tren motriz híbrido del Bugatti Tourbillon
El sistema de propulsión del Bugatti Tourbillon representa una reinvención completa del concepto tradicional. La caja de cambios, tradicionalmente situada delante del motor, ahora se ubica detrás, mientras que el eje delantero es accionado independientemente por dos motores eléctricos que aportan 800 CV adicionales. Esta configuración elimina cualquier conexión mecánica entre el motor de combustión y las ruedas delanteras.
Entre los motores delanteros y traseros se sitúa una batería compacta que optimiza el reparto de pesos y permite un “empaquetado” más eficiente. Esta redistribución de componentes no solo mejora la dinámica del vehículo, sino que también reduce el área frontal, aspecto crucial para un hipercoche que aspira a superar las marcas de velocidad del Chiron. Como ya habíamos comentado, si la batería se ubicara en los bajos, la altura del conjunto crecería y la superficie frontal aumentaría.

“La gente a veces olvida que la resistencia dinámica total de un coche es el coeficiente de resistencia multiplicado por el área frontal. Por eso es tan importante reducir el área frontal, especialmente en un hipercoche que alcanza las velocidades que nosotros alcanzamos”, subraya Rimac.
La “herradura” es algo más que un icono en el Bugatti Tourbillon
El característico diseño de herradura de Bugatti trasciende su función estética para convertirse en un elemento fundamental del sistema de refrigeración. El aire fluye desde la parrilla, rodea el compartimento de equipajes y refrigera el eje eléctrico delantero, la batería y el sistema de frenado. A izquierda y derecha de la parrilla se sitúan los sistemas de refrigeración del motor de combustión.
Esta integración funcional se extiende a la parte trasera del vehículo, donde el difusor incorpora dos estructuras metálicas impresas en 3D que no solo optimizan la aerodinámica, sino que también están diseñadas para absorber la energía en caso de impacto, sustituyendo a las tradicionales vigas de choque sólidas.
La suspensión del Bugatti Tourbillon merece mención especial, con perfiles aerodinámicos en los brazos parcialmente expuestos al flujo de aire para mejorar la eficiencia aerodinámica (como ocurre en los monoplazas de Fórmula 1). Mediante impresión 3D y optimización basada en inteligencia artificial, Bugatti ha logrado crear brazos de suspensión que combinan resistencia estructural con beneficios aerodinámicos.

Inteligencia artificial al servicio de la perfección en el Bugatti Tourbillon
El software y la inteligencia artificial han jugado un papel crucial en la optimización de cada componente del Bugatti Tourbillon. En los elementos superiores de la suspensión, esta tecnología ha permitido eliminar material “átomo por átomo”, dejando únicamente lo absolutamente necesario. El resultado son microestructuras orgánicas diseñadas para ofrecer la máxima resistencia con el mínimo peso.
Esta obsesión por la perfección se refleja en cada detalle del hipercoche, desde el motor V16 en posición longitudinal inclinada hasta los componentes topológicamente optimizados. Como resume Mate Rimac: “El Bugatti Tourbillon se centra tanto en los componentes individuales como en la manera en la que trabajan juntos para mejorar el conjunto del coche en términos de peso, espacio de empaquetado, eficiencia aerodinámica, carga aerodinámica y rendimiento. No fue una tarea fácil para el equipo, pero el resultado es extraordinario”.

🚀 Bugatti Tourbillon
El arte del “empaquetado” llevado al extremo
🔧 Diseño centrado en el motor
- 🧠 Motor V16 atmosférico de 8,3 litros y 1.000 CV (Cosworth).
- 🎯 Posición central longitudinal por razones de reparto de peso y eficiencia mecánica.
- ⚙️ Caja de cambios situada detrás del motor, alineada con el diferencial trasero.
⚡ Híbrido enchufable de 1.800 CV
- 🔋 Sistema híbrido con tres motores eléctricos: dos en el eje delantero (800 CV).
- 📦 Batería ubicada entre los ejes y entre los asientos, no en los bajos, para evitar elevar la altura.
- 🔄 Sin conexión mecánica entre el V16 y las ruedas delanteras.
🌬️ Aerodinámica sin alerones
- 🌪️ Túneles Venturi esculpidos en los bajos → más carga aerodinámica, menos resistencia.
- 🎯 Reducción del área frontal clave para alcanzar altas velocidades.
- 🧮 Filosofía holística: cada componente se diseña considerando su efecto global.
❄️ Refrigeración integrada con estilo
- 🐎 La herradura frontal canaliza el aire hacia:
- 📦 Compartimento de equipajes.
- ⚡ Eje eléctrico delantero.
- 🔋 Batería.
- 🛑 Frenos.
- ♨️ Radiadores del motor a los lados de la parrilla.
🏎️ Suspensión con ADN de F1
- 🛠️ Brazos de suspensión con perfiles aerodinámicos expuestos al flujo de aire.
- 🧬 Impresión 3D + IA → materiales optimizados “átomo por átomo”.
- 🪶 Máxima resistencia con mínimo peso.
🤖 Inteligencia artificial y diseño topológico
- 🧠 Optimización estructural mediante software avanzado.
- 🌱 Diseño orgánico en componentes → mejora del rendimiento y eficiencia.
- 🔬 Cada gramo cuenta: obsesión por la ligereza y el rendimiento.
🏁 Conclusión
“El Bugatti Tourbillon se centra tanto en los componentes individuales como en la manera en la que trabajan juntos para mejorar el conjunto del coche en términos de peso, espacio de empaquetado, eficiencia aerodinámica, carga aerodinámica y rendimiento. No fue una tarea fácil para el equipo, pero el resultado es extraordinario.”
Mate Rimac, CEO de Bugatti Rimac






