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Seat Ibiza 1.6 TDI 115 FR. ¿Necesitas diésel?

No seré yo el que le quite a nadie la idea de adquirir un utilitario diésel si de verdad el comprador está convencido de esa inversión.

Y es que aunque últimamente este tipo de carburante esté demonizado, lo que parece claro -y la gente debe saber- es que cuando un ayuntamiento prohíba la entrada a un coche diésel a la almendra central de alguna gran ciudad, prohibirá los diésel más antiguos y no los que, como el Ibiza TDI, cuenten con sistemas para reducir al máximo la emisión de partículas de NOx, las más perjudiciales para la salud en los gases de escape de un diésel. En concreto, el pequeño Seat cuenta con un SCR (Selective Catalytic Reduction) o Reducción Catalítica Selectiva, que permite reducir la concentración de los óxidos de nitrógeno (NOx) mediante una reacción química que requiere el uso del Adblue -disolución de urea al 32,5 por ciento-, de tal forma que el coche se ajusta holgadamente a la exigente normativa EU6c y resulta incluso más limpio que cualquier gasolina EU5.

Dicho esto, que debería tranquilizar a cualquiera que se esté planteando la compra de un diésel, incluído por supuesto el Ibiza, lo que ahora habría que plantearse es si de verdad ese comprador necesita un diésel. El Ibiza TDI se olvida del poco refinado motor 1.4 de tres cilindros y 105 caballos y vuelve a la cilindrada de antaño, con 1,6 litros y un par máximo disponible de 25,5 mkg entre 1.500 y 3.200 rpm. Ahora son 115 caballos y, aunque es algo ruidoso en frío y tiene poca 'chicha' por debajo de 1.500 rpm, lo cierto es que es una mecánica que a partir de ese régimen sube de vueltas como un cohete hasta rozar las 5.000 rpm, y siempre que su régimen supere las 1.700 rpm la respuesta va a ser contundente si se pisa con decisión el acelerador.

Lo bueno es que por mucho que le pisemos sólo pueden ocurrir dos cosas: que el consumo no se dispare mucho más allá de los 6 l/100 km y que el chasis siga pidiendo marcha. Con un cambio manual de seis marchas -no se ofrece ni en opción el DSG- bien escalonadas y con una sexta de desahogo de casi 60 km/h a 1.000 rpm, el Ibiza TDI de 115 caballos consume como un mechero. Y la nueva plataforma MQB A0 está preparada para mucha más potencia y par. Si a ello le sumamos que nuestra unidad de pruebas iba dotada de la muy recomendable suspensión adaptativa -sólo 280 euros-, el Ibiza TDI se convierte en un utilitario viajero, divertido y muy eficaz además de eficiente… si no tuviese un hermano más aconsejable. Hablamos del Ibiza 1.0 ECO TSI de 115 CV gasolina, que en acabado FR cuesta 1.840 euros menos. Es decir, que tenemos casi 2.000 euros para recorrer miles de kilómetros con un consumo no mucho mayor, complicando la amortización de la versión TDI. O casi 2.000 euros para comprar un Ibiza 1.0 ECO TSI de 115 CV con cambio automático DSG sin poner un euro más. Haz cuentas. ¿De verdad necesitas un diésel?

La clave

Aunque gracias a un consumo menor el Ibiza TDI tiene más autonomía y se ahorran alrededor de 4 euros en cada repostaje, la diferencia de precio respecto a su equivalente en gasolina obliga a recorrer demasiados kilómetros para amortizar los 1.840 euros extra que cuesta. Muy buen coche a un precio demasiado caro.