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Prueba Volkswagen Golf GTI. La historia interminable

Séptima generación que ve cómo en su zaga tan sólo aparecen esas tres letras, que como por arte de magia lo convierten en un objeto de culto. Este Golf rebosa deportividad en un equilibrio perfecto, pues los paragolpes, las llantas, los detalles en rojo o la doble salida de escape se han creado para él, y ofrece la posibilidad de ser elegido en cinco puertas por 645 euros más, lo que le da ventaja frente a sus rivales. Su interior de calidad, además, es igual de amplio y práctico que en cualquier otro Golf, mantiendo incluso las salidas de ventilación traseras. Pero al igual que los demás Golf, sus mandos del volante no presumen de la misma ergonomía que el resto de mandos del salpicadero, presidido por una pantalla táctil. Los asientos nos sujetan a la perfección, pero tienen el mismo número de seguidores como de detractores gracias al inconfundible tapizado 'Clark', un guiño al primer Golf GTI.

Motor 2.0 TSI de tercera generación

Ansiamos ver cómo cobra vida su motor 2.0 TSI y se combina con una caja de cambios manual, aunque mantiene la opción de un DSG6 por 1.820 euros. La primera impresión nos deja fríos. Este Golf GTI nos aísla mucho del sonido de su motor y por debajo de 3.000 rpm se comporta más como un Golf 1.4 TSI que como un deportivo de 220 CV, que es muy agradable de conducir pero, de momento, no de pilotar. A 2.000 rpm nos pide subir de marcha y su 'Start/Stop', primicia en un GTI, nos ayuda a firmar un consumo urbano y a ritmo tranquilo tan ajustado que nos hace plantearnos el sentido que tiene el GTD. Y es que homologa 6,0 l/100 km, lo que es 1,3 l/100 km menos que antes. Justo el consumo real obtenido: 7,3 l/100 km, que son 2,8 l/100 km menos que en el Opel Astra OPC.

El 2.0 TSI de tercera generación cuenta con turbo, inyección directa y distribución variable, y se guarda un 'as' en la manga. Algunos dirán que ganar 10 CV frente a su antecesor no es nada, y para ellos se ofrecen los GTI Performance de 230 CV, que son 1.700 euros más caros. Pero no sólo la potencia cuenta, y Volkswagen ha reducido su peso 42 kilos respecto a su antecesor, lo que le hace tener una relación peso/potencia de 6,14 kg/CV frente a los 6,60 kg/CV del Golf GTI VI. Ahora esos 10 CV extra se ven con otros ojos, aunque es una potencia inferior a la de un Focus ST o un Astra OPC, con 250 y 280 CV respectivamente.

Más rápido que lo homologado

Genera un par máximo de 35,7 mkg entre 1.500 y 4.400 rpm, y sus 220 CV están constantes entre 4.200 y 6.500 rpm. Esto se traduce en una elasticidad sin igual, y en un empuje demoledor, ayudado por un cambio de tacto exquisito y con unos desarrollos perfectos. Pero dejemos que hablen los números. Volkswagen dice que acelera de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y puede recuperar de 80 a 120 km/h en 4ª velocidad en 5 segundos. Cifras que para sí quisieran algunos deportivos de hace unos años. ¿Pero son reales?

Nos plantamos en la pista de pruebas del INTA, engranamos primera y aceleramos sin piedad. Casi no hay pérdidas de tracción gracias a la gestión de la potencia que hace el sistema XDS+ -evolución del autoblocante electrónico XDS-, y su motor sube hasta las 7.000 rpm con una energía nunca antes vista en un GTI. En primera llega a 62 km/h, en segunda subimos a 113 km/h, los 160 se alcanzan en tercera… Y llegamos hasta quinta velocidad para cubrir el primer kilómetro del que salimos a ¡207 km/h! Echamos mano al ordenador, que nos dice que ha necesitado 6,4 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h. Y tanto que era verdad. Además, para pasar de 80 a 120 km/h en 4ª emplea sólo 4,4 segundos, pero es que en 6ª son 6,8. Estos datos le permiten no sólo ser más rápido que lo homologado, o más rápido que su antecesor, sino que supera los registros de esos dos rivales antes citados.

Sin una excelente dinámica no sería digno de llamarse GTI. Para ello parten de la plataforma MQB con un eje trasero multibrazo y una suspensión con un tarado específico. No es ni duro ni blando, más bien es perfecto y le ayuda a girar muy plano ayudado por una nueva dirección activa con sólo 2,1 vueltas entre topes. En el primer cuarto de vuelta del volante se comporta como una dirección normal, pero traspasada esa frontera es más directa, lo que le confiere una agilidad especial. En modo 'Eco' o 'Normal' nos aísla del exterior, aunque en 'Sport' su precisión es perfecta.

El Golf GTI más avanzado

Y es que este Golf GTI cuenta con el selector de perfiles, que nos deja elegir entre cuatro modos, que modifican también la entrega de potencia o el climatizador. Y es que es el Golf GTI más avanzado de todos los tiempos y lo demuestra con elementos como las luces de carretera activas, el asistente de cambio de carril o el asistente de frenada de emergencia en ciudad, que es de serie y completa una lista de equipamiento muy extensa, que ayuda a justificar -junto con que adquirimos un pedazo de historia-, una tarifa de poco más de 30.000 euros, un precio ligeramente superior al de sus rivales, pero nada disparatado para que este legado perdure en el tiempo.