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Toyota RAV4 Hybrid 220H 4X2 FEEL!. Más emocional

Aun sabiendo que para gustos los colores, creo que ha acertado Toyota con la dirección escogida en el diseño del nuevo RAV4. Porque ese punto agresivo de un frontal potente, sumado a la combinación de la pintura bitono terminan de configurar un todocamino que llama la atención desde el minuto uno. Y ha sido un golpe de timón necesario, acompañado de diseños también mucho más palpitantes en CH-R y Corolla, lo que la marca necesitaba para reinventarse y dejar atrás su -un poco injusta-, fama de fabricante de 'electrodomésticos'. Y el RAV4 Hybrid, potencialmente con todas las papeletas para colgarse directamente esa etiqueta, es quizá el modelo que más riesgos ha tomado en su diseño evitando así cualquier posible crítica reincidente, con unos pasos de ruedas angulares muy característicos, un frontal simulando una curiosa mueca de enfado y con ese toque picante deportivo que le proporcionan las llantas en negro o la pintura bicolor. Misión cumplida y objetivo logrado.

Hay que reconocer también que la primera impresión que uno se lleva al ponerse al volante es muy buena por ergonomía, diseño y calidad. Sobre todo en las versiones más equipadas que recurren a la pantalla central más generosa, que además tiene algunos botones físicos para las funciones más habituales, lo que se agradece porque se acierta antes y no se manotea la zona táctil en zonas bacheadas. También dispone de muchos huecos para dejar objetos cotidianos delante y detrás de la palanca. Pero esa magnífica impresión se va desvaneciendo a medida que vamos examinando con más detenimiento los ajustes, sobre todo de la mitad del coche hacia atrás. Y es que la zona del maletero está mal rematada y la calidad de los plásticos deja mucho que desear. La tapa que oculta la rueda de repuesto apenas cuenta con fieltro que evite un previsible roce de plástico con plástico y que sin duda será una fuente de grillos en muy poco tiempo. La bandeja cubre equipaje se ha descuidado tanto que no dispone ni de tirador ni de ninguna pieza que la mantenga recta. Y en general todo apunta a una vejez prematura de algunos componentes. Además, no hay perchas y la luz de cortesía, sólo una, no es de LED, un detalle barato que se vería, nunca mejor dicho, con muy buenos ojos. Incluso a la hora de reclinar los respaldos traseros, con dos posiciones, detectamos un tacto áspero y brusco que no transmite la calidad esperada. Eso sí, los 580 litros de capacidad del maletero del RAV4 Hybrid sitúan al modelo japonés en una posición privilegiada por delante de sus rivales más directos. Y la habitabilidad es buena sin ser la mejor del segmento, a diferencia de lo que ocurre con el maletero. De hecho, cinco adultos se van a poder acomodar sin pegas en su interior, aunque cinta métrica en mano comprobamos que modelos como por ejemplo el Honda CR-V Hybrid ofrece todavía más espacio para las piernas en las plazas traseras, aunque eso sí, mucho menos maletero.

Hasta 222 CV

El motor térmico que utiliza el nuevo RAV4, un Dynamic Force con 2,5 litros de cilindrada, es nuevo y desarrolla 177 CV (152 CV el anterior), con mejoras en potencia, respuesta al acelerador y eficiencia. Y el motor eléctrico, que ayuda al de combustión, es una máquina con el equivalente a 120 caballos (143 CV en el anterior) que ha ganado en ligereza y en respuesta pese a perder potencia. La potencia total disponible es de 218 CV (222 CV en 4×4 debido a la suma de otra máquina eléctrica en el eje trasero). Y en el nuevo cambio e-CVT la 'e' significa que la función habitual de conversión de par y velocidad se realiza con un motor eléctrico, y no con las tradicionales correas lo que permite una gestión más afinada del giro del motor, unas revoluciones mejor optimizadas y mayor aprovechamiento de la potencia y el par motor. Y lo cierto es que su respuesta ha mejorado un poco aunque al acelerar, por ejemplo en un adelantamiento, sigue obligando al motor a ir muy revolucionado con una sonoridad elevada que pocas veces se corresponde con el aumento en la velocidad del coche. Además, descubrimos bastantes ruidos aerodinámicos y una insonorización mejorable que en muchas ocasiones deja que lleguen al interior algunos decibelios de más que no suelen ser bien recibidos. Sin embargo el coche se encuentra como pez en el agua en ciudad y alrededores donde hace gala de un funcionamiento refinado, muchas veces en absoluto silencio gracias a su funcionamiento eléctrico puro (no más de 2 kilómetros) y manteniendo una velocidad constante en vías de circunvalación donde el consumo, como veremos ahora, se reduce a la mínima expresión.

El nuevo RAV4 Hybrid acelera como una exhalación y ligeramente mejor que sus rivales más directos, aunque si comparamos el dato de 0 a 100 km/h, lo hace una décima más lento que en la generación anterior. Más clara es la mejora en el gasto de gasolina ya que se ha conseguido una mayor eficiencia del conjunto que reduce el consumo en tres décimas hasta lograr una cifra homologada de 4,6 l/100 km en el antiguo ciclo NEDC, que sube hasta los 5,5 l/100 km en el más actual y realista ciclo WLTP, y hasta los 6,5 l/100 km si nos remitimos a nuestras mediciones, todavía más reales.

La nueva plataforma GA-K de Toyota, derivada de la Nueva Arquitectura Global de Toyota -Toyota New Global Architecture (TNGA)-, otorga al nuevo modelo una gran solidez que se agradece porque transmite calidad cuando al coche le toca superar caminos muy deteriorados o carreteras de asfalto hecho fosfatina. Hasta aquí bien. Sin embargo hemos detectado un comportamiento en curva errático a ritmos normales y delicado si se circula más deprisa. En las curvas más cerradas y si se acelera fuerte a la salida el coche pierde rueda y patina. Además, el RAV4 Hybrid es, en esas circunstancias, muy subvirador sin que el control de estabilidad actúe a tiempo para controlar la situación. En general el coche no tiene mal aplomo cuando se circula por ciudad o autopista, potenciado por esa nueva y eficaz plataforma, pero existe una clara falta de equilibrio entre el trabajo de los muelles y los amortiguadores, una actitud con la que no puede el control de estabilidad que se ve aparentemente desbordado en situaciones muchas veces no tan extremas. Y el tacto de los frenos es 'especial', como ocurre en casi todos los híbridos, de manera que hay que acostumbrarse a modular la frenada de una manera diferente.

El nuevo RAV4 Hybrid es el primer modelo de Toyota en montar la última variante del Toyota Safety Sense, el conjunto de sistemas de seguridad y asistencia a la conducción de la marca japonesa. Ofrece más ayudas al conductor y sistemas al mejor nivel del segmento, como el nuevo Control de Crucero Adaptativo Inteligente, el renovado Sistema de Seguridad Precolisión, con función de detección de peatones y ciclistas, el Reconocimiento de Señales de Tráfico, la Alerta de Cambio Involuntario de Carril y un nuevo Sistema de Mantenimiento de Trayectoria.

Y el acabado Feel del RAV4 probado tiene todo lo necesario para cumplir con las exigencias del comprador más sibarita. Ya solo falta esperar que muy pronto los ingenieros de Toyota consigan rematar en el RAV4 la estabilidad, calidad de trazada y equlibrio que se merece un coche así.

LA CLAVE

No hay ninguna duda de que el RAV4 ha evolucionado a mejor, sobre todo con una estética más agresiva y emocional de la que estaba muy necesitada la marca. Sin embargo hemos detectado un acabado mejorable y, sobre todo, un comportamiento que parece que no haya dado tiempo a poner a punto del todo.