Aunque Hyundai ofrece una versión con batería de 39,2 kWh, motor de 136 CV y autonomía de 289 kilómetros por 38.500 euros -buena opción si pensamos en usos sólo urbanos-, por 3.000 euros extra se accede a una variante dotada de mayores 'habilidades', fruto de su batería de 64 kWh y su motor de 204 CV, lo que se traduce en prestaciones superiores y, más importante, en una autonomía WLTP de 449 kilómetros. Y hay dos posibilidades: acabado básico Tecno o, pagando 2.800 euros más, nivel Style con un equipo de serie apabullante: 43.300 euros, descuento incluido. Y ha sido ésa la versión probada, que, avancémoslo ya, nos ha causado una muy grata impresión.
No hace falta ser un experto para descubrir, a la vista de nuestro protagonista, que estamos ante un Kona especial. Tiene 20 milímetros más alto y 15 más de largo que un Kona diésel o de gasolina, aunque lo que le delata principalmente es su frontal de parrilla cerrada -con la tapa de recarga camuflada- o unas aerodinámicas llantas de 17 pulgadas. Y hay otros detalles específicos en lateral y zaga, aunque deberemos pasar al interior para encontrar las modificaciones de calado, como la instrumentación con nuevo cuadro de mandos o la consola central, pues el cambio por botones -preferimos la rueda giratoria usada en el Kia e-Niro- habilita un nuevo espacio justo debajo para colocar cosas. La calidad general es muy buena, pues todo ajusta y rezuma robustez, pero se abusa de los plásticos duros y echamos de menos unas salidas de aire traseras.
El puesto de conducción es cómodo y ergonómico, y vamos sentados relativamente altos -el conjunto de baterías va bajo el suelo-, lo que no perjudica la habitabilidad, pues la cota al techo es notable. También la anchura, pues atrás se acomodarán bien tres chavales, aunque el hueco para las piernas en la segunda fila es justito: 65 centímetros con un conductor de 1,75 al volante.
En cuanto al maletero, 332 litros para un SUV de 4,18 metros es un valor correcto, y podemos ampliar fácilmente la zona de carga. Debajo, además, hay un doble fondo… pero no rueda de repuesto.
De 0 a 100 km/h en 7,4 segundos
Si en estático ya descubrimos cualidades, al iniciar la marcha aumentan sus virtudes. Pulsamos el botón D y empezamos acelerar en absoluto silencio. Y si aceleramos con fuerza, el Kona Electric 64 kWh corre que se las pela, como demuestran esos 7,4 segundos medidos para coger 100 km/h -la marca anuncia 7,6- con total progresividad. Y si en ciudad, al salir de un semáforo, habrá quien se extrañe de su brío, ocurrirá lo mismo en carretera, un escenario al que esta versión se adapta muy bien. Por ejemplo, recupera de 80 a 120 km/h en 5,2 segundos -adelantamientos fulgurantes-, y sus 167 km/h de velocidad punta 'autolimitada' no admiten reproche, a tenor de los límites legales.
Podemos elegir entre tres modos de conducción -Comfort, Sport y Eco-, más uno llamado Eco+ que además de reducir la acción del climatizador limita la velocidad a 90 km/h. De ahí que para activarlo haya que pulsar el botón selector durante un segundo, pues cuando entra en funcionamiento -si vamos a mayor velocidad- retiene sin contemplaciones el coche hasta lograr esos 90 km/h.
En este sentido, no ha gustado mucho que el Kona Electric tenga también cuatro niveles de regeneración de la batería al decelerar. Por defecto arrancamos en 1, que retiene levemente al dejar de acelerar, pero si pulsamos la leva derecha bajamos a 0 -no hay retención-, mientras que si pulsamos la leva izquierda subiremos de nivel de regeneración: en 2 retiene bastante y en 3, mucho; hasta el punto de evitar tocar el freno a poco que cojamos práctica. Y cada modo de conducción apareja un nivel de retención, de modo que cuando, por ejemplo, pasamos de Sport a Eco el coche retiene al instante con claridad. Y eso, por cierto, puede sorprender a otros usuarios de la vía.
Otro detalle curioso es que podemos frenar con la mano, tirando de forma sostenida con la leva izquierda hasta parar.
Todo esto, contado así, puede sonar a confuso, pero lo cierto es que el modelo coreano se conduce con sencillez y bastan unos minutos para que controlemos todas sus posibilidades técnicas, que son muchas pero intuitivas. Además, presume de una agradable conducción, pues la dirección es rápida y precisa, la rodadura es cómoda y aplomada, y la frenada resulta potente: 55,3 metros para detenernos desde 120 km/h. Pero mejoraríamos dos cosas: el tacto del pedal de freno, sobre todo en conducción a buen ritmo -no es fácil dosificar la intensidad de frenada-, y los balanceos, pues los 1.760 kilos -sólo la batería aporta 454- se dejan sentir, especialmente si avivamos la marcha en zona de curvas, pues aunque la seguridad no se resiente -buen compromiso entre eficacia y confort a ritmo turístico-, la carrocería bambolea más de la cuenta al límite.
La guinda a un conjunto que nos ha sorprendido gratamente es su eficiencia, pues le hemos medido un gasto medio de 19,9 kWh/100 km -3,59 euros cada 100 kilómetros, IVA incluido- en nuestro recorrido mixto, exigente para un eléctrico. Y a ritmos 'cuidadosos', movernos en torno a 15 kWh/100 km -anuncia 14,3- será factible; e incluso podremos bajar de esos valores en ciudad. De ese modo, estaríamos hablando de una autonomía real de entre 290 y 380 kilómetros en función del tipo de uso, nuestras 'prisas' al conducir, la temperatura exterior…
En cuanto a la recarga, mejor hacerse con un 'wallbox' en casa o en el trabajo para acortar la operación -en un enchufe normal la carga completa lleva 31 horas- y evitar, en lo posible, los puntos de carga rápida, donde el precio del kWh ronda los 0,30 euros: casi el doble que en el hogar.
LA CLAVE
Hyundai se ha tomado muy en serio el asunto de los coches eléctricos. Si el Ioniq Electric ya puso alto el listón, el Kona lo sitúa aún más arriba porque su tecnología va un paso más allá. La versión de motor más potente aquí probada es la más atractiva, pues su autonomía ya convence. Y añade otras muchas virtudes.