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Probamos el Fiat Fullback Doble Cabina Cross 2.4 D 4×4. El más 'pintón'

Debo reconocer que los pick-up me producen una atracción especial. No necesito transportar leña, fardos de paja o bicicletas de montaña en su generosa 'bañera' de transporte. Soy consciente de lo saltarines que se vuelven cuando llegan los baches y las ballestas del eje trasero no tienen que soportar nada de carga. Y sé positivamente que la ciudad no es el entorno más adecuado para un tamaño descomunal y un embrague recomendado para piernas musculadas. Pero estoy convencido de que si tuviera espacio, dinero y tiempo, en mi garaje dormiría cada noche un pick-up. Porque si este tipo de vehículos ya me gustaba cuando iban 'pelados' de equipamiento y no se podía -por ley- pasar de 90 km/h, imagina ahora que cuentan con todas las comodidades, las ayudas a la conducción y el equipamiento de lujo del todocamino más equipado; y encima la DGT les ha quitado la consideración de camión y ya pueden 'correr' a 120 km/h donde esté permitido.

Y no será por potencia para conseguirlo. Desde luego, al nuevo Fiat Fullback no le falta porque su motor diésel 2.4 con 181 caballos le permitiría alcanzar incluso los 179 km/h. Hablamos de un magnífico propulsor que además de potente es suave y silencioso, incluso al ralentí, algo llamativo e impropio de lo que hasta no hace mucho se respiraba en estas 'camionetas' de trabajo. El cambio manual ofrece una precisión exquisita; sin embargo, el embrague, con un pedal tirando a muy duro, requiere de tiento, presión milimétrica y no muchas prisas a la hora de cambiar para no salir a trompicones. Pero uno se termina acostumbrando y olvida esas pegas cuando comprueba que los 181 CV mueven con soltura un conjunto que roza las dos toneladas sin que elconsumo se dispare mucho más allá de los 9 l/100 km.

El Fullback -su nombre proviene del rugby y representa al último jugador en defensa capaz de resolver cualquier situación- es en realidad un Mitsubishi L200 vestido de Fiat fruto del acuerdo al que llegaron ambas marcas en 2014. Y comprobamos que a nivel 'off road' el Fullback se mueve sobrado gracias a su sistema de tracción total, que en este caso ofrece cuatro modos de uso: trasera, total sin reductora, total sin reductora pero con diferencial central bloqueado y total con reductora y diferencial central bloqueado. Como tabla de salvación para situaciones complicadas esta versión también permite bloquear el diferencial trasero, lo que asegura una eficacia definitiva. Pero sobre el asfalto, el peso, las ruedas TT y los tambores traseros no son la mejor carta de presentación para una buena frenada, y a 120 km/h ha empleado 60 metros en parar.

El Fiat Fullback sorprende por su gran equipamiento de serie en cuanto a sistemas de seguridad y ayudas a la conducción se refiere, que lo coloca en la órbita de los todocamino más lujosos; por su capacidad de carga, de hasta una tonelada; y por la facilidad para personalizar la parte trasera como taller móvil, caja refrigerada… Y todo con un precio muy competitivo.

La clave

Desde que en junio de 2017 la DGT comenzó a considerar los pick-up como vehículos normales y no como camiones, su planteamiento ha comenzado a tener mucho más sentido. Y Fiat aprovecha el momento con un clon del Mitsubishi L200 que aporta diseño, seguridad y un precio muy competitivo.