Olvídate del tradicional Ford Explorer, de su chasis de largueros, su motor longitudinal de gasolina –híbrido enchufable en su última iteración europea–, sus tres filas de asientos y sus 5,06 metros de longitud. El nuevo Ford Explorer es un SUV eléctrico basado en la plataforma modular para vehículos eléctricos pequeños y medianos de Volkswagen (MEB) que llega al mercado con dos sistemas motrices.
Sus dimensiones no son fáciles de deducir a la vista de las imágenes. El Explorer eléctrico es claramente más compacto que su predecesor, pero tampoco es pequeño. Mide 4,47 metros de longitud, por lo que tiene un tamaño muy similar al de un SsangYong Korando o un Mercedes EQA.
Elige entre 286 CV y tracción trasera o 340 CV y tracción total
Su gama inicial consta de dos sistemas de propulsión. Por una parte, hay una versión de tracción trasera, 286 CV y batería de 77 kWh. Quienes quieran aún más potencia y tracción total, tienen a sus disposición una versión de 340 CV y batería de 79 kWh. Ambas estarán disponibles a finales de agosto o principios de septiembre.
A finales de año se presentará una versión de acceso cuya comercialización dará comienzo en 2026. Contará con una batería de 52 kWh y un motor de 170 CV, combinación que permitirá aligerar la factura a costa de reducir la autonomía y las prestaciones.
Elegir entre la batería de 77 kWh y la de 79 kWh no supone una gran diferencia de cara a la autonomía. De hecho, es el Explorer menos potente el que puede recorrer más kilómetros con una sola carga, con hasta 602 km de alcance en ciclo combinado en WLTP, mientras que las versiones bimotor no pasan de 566 km. Sí hay, no obstante, una pequeña diferencia en los tiempos de carga, ya que la batería pequeña tiene su potencia de carga limitada a 135 kW, mientras que la de 79 kWh admite hasta 185 kWh. Esto se traduce en 28 y 26 minutos (teóricos) para pasar del 10 % al 80 %, respectivamente.
Así va el Ford Explorer
Independientemente de la versión elegida, desde el primer momento queda patente que Ford ha hecho un trabajo brillante de cara a la puesta a punto. De hecho, a día de hoy es, con diferencia, el vehículo que más nos ha gustado de todos los que comparten esta plataforma… y no son pocos. Este modelo disimula bien sus más de 2,1 toneladas no sólo a la hora de acelerar para realizar un adelantamiento o incluso si tratamos de salir deprisa de parado en un Stop –algo en lo que casi todos los eléctricos con estos niveles de potencia cumplen de sobra–. Pero es que, además, el Ford Explorer se siente cómodo en el trazado sinuoso de una carretera de montaña.
Lo comprobamos por los alrededores de Liubliana, la capital de Eslovenia, en una formidable ruta que cruza multitud valles por carreteras de diferente firme y curvas de todo tipo de radios; un escenario que es además bastante desafiante para los consumos, no tanto por la velocidad media –que es baja–, como por los constantes desniveles y la imposibilidad de mantener una velocidad de crucero. Además, estamos probando el coche, por lo que aceleramos y frenamos con intensidad de forma recurrente. A pesar de ello, el consumo medio rara vez supera los 20 kWh/100 km en ninguno de los tramos.
Pero lo que verdaderamente nos llama la atención son las buenas sensaciones que tenemos al volante. De entrada, la dirección ofrece un tacto ejemplar, con la asistencia correcta y cierta capacidad de auto-centrado, sin olvidar un formidable diámetro de giro de menos de 10 metros. En Ford nos comentan que no hay cambios de hardware, sino de puesta a punto, algo que se extiende a las suspensiones, en las que muelles, amortiguadores y estabilizadoras son componentes específicos, mientras que elementos como las manguetas o los brazos de guiado no han sido modificados.
Sea como fuere, el Ford Explorer es cómodo, sus ruedas “copian” de forma ejemplar los firmes más irregulares y, sobre todo, se apoya en las curvas con franqueza, a la primera, a pesar de no llevar los neumáticos ideales para ir deprisa por estas carreteras.
En el interior, además, se disfruta de una buena calidad de vida a bordo, con una agradable sensación de calidad percibida, una cómoda postura en las plazas delanteras –muy erguida– y abundante espacio en las traseras, a pesar de que el piso queda algo elevado. No deja de haber detalles mejorables, como el mando común para manejar los elevalunas delanteros y traseros en el caso del conductor o el control del volumen mediante una superficie táctil. Pero en general no hay nada “insalvable”, ninguna línea roja que nos impediría elegir este Ford Explorer entre todos sus rivales.
Los precios del Ford Explorer
Así que si te gusta el nuevo SUV eléctrico de Ford, puedes formalizar tu pedido ya mismo, aunque las primeras unidades no llegarán –desde Colonia (Alemania), donde se fabrica en exclusiva– hasta finales de agosto o principios de septiembre. Su precio arranca en los 46.562 euros, incluyendo un descuento promocional de 5.203 euros, con más de 600 kilómetros de autonomía y un equipamiento muy completo que incluye faros Full LED, llantas de aleación de 19’’, asientos eléctricos –con masaje y reglaje lumbar para el conductor–, consola central modular con 17 litros de capacidad, control de crucero adaptativo y pantalla central articulada de 14,6’’.
La versión Premium añade faros matriciales, llantas de 20’’, portón eléctrico y equipo de sonido de gama alta. Cuesta 49.582 euros. Si optamos por la configuración de tracción total, deberemos pagar 55.851 euros en el caso del acabado estándar y 58.871 euros por la variante con el equipamiento extra Premium. En cualquier caso, los más pacientes pueden esperar hasta el año que viene para hacerse con el Ford Explorer de batería y motor “pequeños”.
Fotos del Ford Explorer
