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Peugeot Traveller Business Standard HDI 150. Traslados premium

Hasta ahora, algunas furgonetas concebidas como tales se reorientaban en muchos casos hacia el segmento monovolumen, arrastrando las pegas propias de unos vehículos nacidos para transportar grandes cargas y pocos pasajeros. En realidad se lograba el objetivo con creces, pero siempre quedaban pegas que no permitían rematar un producto redondo. Sin embargo, en el caso de los tres modelos del acuerdo entre PSA Peugeot-Citroën y Toyota -Traveller, Spacetourer y Proace-, el proyecto se ha desarrollado justamente al contrario, poniendo en marcha un vehículo monovolumen funcional para, a partir de ahí, ir derivando numerosas alternativas de ocio y negocio. Y el resultado es excelente.

Una de las ventajas más importantes conseguidas ha sido la de ofrecer una altura poco habitual en el segmento, que sea cual sea la longitud elegida no alcanza 1,90 metros, lo que facilita su acceso a aparcamientos subterráneos, además de 'familiarizar' su aspecto alejándolo de los típicos furgones de reparto. Y la estrategia del acuerdo ofrece mas ventajas.

Tres longitudes de carrocerías

En el caso del Peugeot Traveller Business sometido a este test, ofrece un diseño exterior agradable a la vista y convincente, por cuanto transmite solidez, además de una imagen cercana a la de un modelo tan exitoso como el 2008. Elegimos un Traveller de 4,95 metros de longitud y con 9 plazas -aunque podría estar configurada con 5, 6 u 8-, una talla intermedia entre los 4,60 metros de la versión Compact -que, por cierto, es única en el segmento y también puede llegar a 9 plazas- y los 5,30 de la versión larga, que con las 9 plazas ocupadas deja libre un estupendo maletero de entre 912 y 1.035 litros de capacidad. En nuestro caso, el hueco disponible no llega a tanto, pero los 507 litros homologados con los nueve asientos ocupados -en un modelo sólo 10 centímetros más largo que un Seat Alhambra- saben a gloria y, por supuesto, superan ampliamente a cualquier maletero de monovolumen normal ocupado 'sólo' por siete personas. Eso sí, el portón mide 1,50 metros de alto y es bastante pesado, pero por 254 euros se ofrecen unas prácticas puertas traseras batientes con limpialunetas.

La configuración de los asientos en nuestra Traveller es de 60:40 en las tres filas, unas butacas que se pueden abatir, plegar en vertical o extraer para ganar espacio de equipaje si no se van a utilizar todas las plazas. Las maniobras de plegado no son complicadas, pero su peso obligará a que sean dos las personas que se ocupen si se van a desmontar asientos para dejarlos en tierra.

Gracias a las puertas laterales correderas -opcional la izquierda por 519 euros-, el acceso al interior es pan comido. Incluso pasar a las butacas de la tercera fila no supone ningún esfuerzo adicional, ya que el hueco es generoso y se libera con un único mando. Y generoso también es el espacio para las piernas en las tres filas. Desde luego, sensación de amplitud no falta y centímetros extra para que esa sensación se materialice, tampoco. Y a golpe de opciones el interior de este Traveller Business Standard puede convertirse en una limusina. Desde climatizador automático con refrigeración adicional para las plazas traseras hasta puertas laterales motorizadas, pasando por asientos delanteros calefactables, techo de cristal, acceso y arranque 'manos libres', navegación conectada 3D, cámara de visión trasera, Head-up Display… Otros elementos deberían ser de serie y, sin embargo, son opcionales, como los airbag laterales y de cortina, la bandeja para cubrir el equipaje y algún dispositivo más de seguridad.

Comodidad y equilibrio

El puesto de conducción, situado a una altura de todoterreno, es impecable, ergonómico y con el cambio y la pantalla táctil a mano. El embrague tiene un recorrido algo duro, aunque conducir el Traveller es una delicia. Excelente radio de giro, manejable incluso en garajes mínimos o calles complicadas, suspensiones muy elaboradas… el monovolumen grande de Peugeot comparte la plataforma EMP2 con el 308 y otros modelos del grupo, y tanto el ahorro de peso como su eficacia sitúan al Traveller como uno de los vehículos más cómodos y equilibrados de su clase.

El monovolumen francés se sitúa a nivel dinámico en un excelente nivel, ya que no sufre los balanceos de la carrocería tan habituales en estos vehículos, traza las curvas de una forma homogénea y sin sorpresas, y se planta sobre el asfalto con un aplomo sorprendente teniendo en cuenta el peso y las inercias. Y si el motor elegido es el BlueHDi de 150 caballos, este agrado se multiplica por la ausencia de vibraciones o sonoridad, y la respuesta inmediata al acelerador aunque vayamos en marchas largas a baja velocidad, fruto de su excelente par, los acertados desarrollos y un turbo que trabaja de forma eficiente desde muy abajo.

Y el consumo medido durante la prueba, aunque con un solo ocupante, no ha pasado ni de los 8,0 l/100 km en ciudad ni de los 7,0 en autopista a 120 km/h. Aunque muy poco más gasta la versión de 180 CV con cambio automático EAT6, sólo 2.800 euros más cara. Lo que la convierte en una versión incluso más recomendable.

La clave

A la mítica Volkswagen Caravelle le están saliendo rivales hasta en la sopa. Y este Peugeot Traveller es uno de los 'alumnos' más aventajados. Su motor diésel es una delicia, su nueva plataforma es más ligera y eficaz, y la posibilidad de dotarlo de opciones como los faros de xenón, el techo de cristal, el acceso y arranque 'manos libres', la navegación 3D o las puertas motorizadas, lo alejan del segmento de las furgonetas para situarlo en el de los familiares monovolumen más sofisticados.