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Peugeot Rifter long GT Line BlueHdi 130 EAT8. Superfuncional

Hace ya bastante tiempo que los derivados de vehículos industriales dejaron de ser meras herramientas de trabajo. Y el Grupo PSA tiene mucha culpa de esa transformación en alternativas reales a familiares o monovolumen. En la actualidad, de hecho, modelos como este Rifter son capaces de sacar los colores a muchos SUV.

Muestra de ello es que esta versión, equipada con el propulsor 1.5 BlueHDi 130 y con el cambio EAT8 -los mismos de los que puede presumir un 508- se queda en unos atractivos 26.272 euros con nivel de equipamiento GT Line. ¿Mucho dinero? Pues te diré que un 5008 con esa misma combinación cuesta 10.428 euros más. Un 'pellizco' que se puede traducir en pagar de por vida su seguro, o para llenar su depósito 160 veces y recorrer 135.000 kilómetros a coste cero.

Es cierto que si tu vida se fundamenta en el 'qué pensarán los demás', el 5008 se impone, pero ya te digo que en su tercera fila de asientos no viajarás como en la del Rifter probado, donde las dos plazas extra suponen 550 euros. Si no usas esos asientos deberás dejarlos en casa o plegados en su maletero. O, mejor dicho, inmenso maletero, de forma que no te importará llevarlas contigo por si surge alguna emergencia.

Para acceder a las dos plazas de la tercera fila, casi mejor por el maletero -el portón cuenta con una práctica luna independiente-, pues por sus puertas correderas no resulta muy cómodo.

Si allí detrás es amplio, el resto de plazas no desentonan, y para colmo la fila central tiene salidas de ventilación, puertos USB, control del climatizador… Ojo, que la 'furgoneta' pisa fuerte. También su altura extra frente a un turismo gana puntos a la hora del acceso y la visibilidad, de igual forma que me aporta más garantías que muchos SUV a la hora de abandonar el asfalto en una hipotética excursión 'off road'. Y es que tiene mucha altura libre al suelo, neumáticos con un perfil considerable… Y por sólo 420 euros lo puedes equipar con Grip Control.

Como los turismos de la firma gala, el Rifter luce el singular i-Cockpit, rodeado de una gran consola central -me gusta más que la de Berlingo y Combo- repleta de huecos para dejar objetos y donde se ubica el selector del cambio, giratorio y no muy intuitivo, pues en ocasiones cuesta saber la posición en la que se encuentra.

Este diésel es la opción más potente de la gama y ofrece buenas prestaciones, equiparables a las de un 5008 con el mismo motor. De igual forma, el cambio con ocho marchas y levas en el volante es perfecto para quienes valoren confort y eficiencia -en ECO incluso tiene modo 'inercia'-. Y por los 1.280 euros extra que vale, yo no me lo pensaba. Como tampoco dudaba pagar los 1.200 euros más que vale la versión larga -35 centímetros extra-, que aportan mucha más funcionalidad y mucho más espacio, sin sacrificar el consumo o la dinámica, ejemplar gracias a la plataforma EMP2. Y para ello, echa un vistazo a cómo frena.

LA CLAVE

Olvida tus prejuicios. Que no te eche para atrás su imagen 'industrial', porque si buscas un vehículo práctico y amplio este Rifter Long es ideal. Tiene siete plazas 'de verdad' y espacio para sacarte un extra en mudanzas. Esta combinación motor-cambio es brillante, y además te ahorras 10.000 euros frente a un 5008.