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Peugeot 3008 Hybrid4 300 GT Line. Por buenas razones, un Peugeot único

Solemos decir que los PHEV, o híbridos enchufables, son el paso intermedio lógico entre un vehículo tradicional y el cien por cien eléctrico, pues su tecnología permite descubrir la movilidad libre de gases pero sin los inconvenientes que, para muchos usuarios, puede tener un eléctrico puro. Y productos como el 3008 Hybrid4 nos refuerzan en esa opinión por su polivalencia y por ser -esto habría que medirlo con alguna fórmula matemática- generador de muchos buenos momentos.

Conviene recordar que se puede escoger entre la versión Hybrid de 225 CV y este Hybrid4 de 300 -idéntica mecánica que el DS 7 Crossback E-Tense probado hace unos meses-, en el que la potencia extra llega principalmente por su segundo motor eléctrico, ubicado en el eje posterior y que garantiza tracción a las cuatro ruedas. De hecho, y eso nos parece curioso, a veces es el único que funciona de los tres motores -por ejemplo, al salir desde parado a ritmo normal-, de forma que en esos momentos conducimos un Peugeot de propulsión. Como automóviles históricos de la marca: 504, 604, 505…

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Pero es una mera anécdota, pues la mecánica del 3008 Hybrid4 va decidiendo automáticamente a qué motor o motores recurrir en cada caso, y el conductor no será consciente de ese proceso incesante salvo que observe los flujos de energía en el cuadro de intrumentos -digital y configurable- o en la pantalla central, de 8 pulgadas. Si acaso podrá notar la activación del 1.6 Turbo de gasolina -aquí rinde 200 CV, por los 180 que da en el 3008 Hybrid-, aunque hasta en eso es suave y discreto.

Mientras haya carga en la batería -la instrumentación lo indica en kilómetros de autonomía-, el sistema arranca siempre en Electric, y así sigue hasta agotar la energía -nos gusta, pues el 3008 Hybrid4 es 'eléctrico de verdad' en su vertiente eléctrica-, hasta que aceleremos tan fuerte que cobre vida el 1.6 Turbo o hasta que elijamos otro modo. Y es que en Hybrid puede recurrir también a la gasolina para priorizar la eficiencia, de manera que suelen transcurrir más de 100 kilómetros hasta agotarse la batería, mientras que en Sport pone siempre 'toda la carne en el asador': gasolina y electricidad a la vez. En cuanto al modo 4WD, que activa la tracción total, éste será plenamente eléctrica si hay suficiente batería y no aceleramos con mucha fuerza. En la práctica, además, es fácil recorrer en Electric esos 59 kilómetros homologados en ciclo WLTP, pues nosotros medimos 55 en una ruta mixta que incluía autovía y ciudad, y sin conducir de forma especialmente eficiente.

Sus consumos

Continúan preguntándonos por la veracidad de los consumos oficiales de los PHEV -1,3 l/100 km WLTP en este caso-, y nosotros seguimos respondiendo lo mismo: ni verdad ni mentira, pero es el resultado de una medición que casi nunca coincidirá con la vida real. Entonces, ¿cuánto gasta por ejemplo el 3008 Hybrid4? Pues influyen tantas cosas y tantas situaciones que dar un dato sería casi como mentir; y lo mejor es poner ejemplos. Si conducimos en modo Electric por ciudad, 0,0 l/100 km, y en ese caso lo que consume es solo batería, a un ritmo de 15,9 kWh/100 km, que es realmente moderado. Y conduciendo con la batería totalmente descargada -sólo con el motor de gasolina y el apoyo de la parte eléctrica a medida que genera electricidad y la reutiliza- le hemos medido 7,8 l/100 km en un recorrido con autovía, carretera y ciudad; dato que es buena referencia de cara a largos viajes 'del tirón'. No es excesivo, pues hablamos de una mecánica de gasolina que por sí sola aporta 200 CV, pero supera claramente los 6,2 l/100 km que gastó en ese mismo test el Ford Kuga 2.5 Duratec PHEV, cuya vertiente como híbrido autorrecargable -cuando la batería está agotada- es más eficiente.

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No obstante, el dato al que concedemos más credibilidad es el logrado en esos mismos 100 kilómetros pero partiendo con la batería cargada a tope, y ahí el SUV francés se conformó con 4,4 l/100 km, que está bastante bien por más que también supere los 3,8 litros del citado Kuga, aunque el Ford rinde 'solo' 225 CV y no disfruta de tracción total.

Aprovecharemos para recordar otra cosa que a veces se pasa por alto: en un PHEV, el consumo eléctrico también hay que sumarlo. O sea, que en la ruta donde gastó 4,4 l/100 km hay que añadir los 10,4 kWh -ésa es la carga útil de la batería, de un total de 13,2 kWh- con los que partía, que a 18 céntimos por kilovatio -tarifa doméstica normal- supondrían 1,87 euros extra.

Y debemos seguir con la 'ensalada' de cifras, pues ayudan a despejar dudas. Por ejemplo, todos los Peugeot híbridos -también los Citroën, DS y Opel con los que comparten tecnología– cuentan con una función eSave que permite guardar electricidad para más adelante: 10 kilómetros, 20 o el máximo. Es útil de cara a un uso urbano posterior, por ejemplo. Si elegimos '10 km', pasará de modo Electric a Hybrid cuando la autonomía baje a esa cota. Lógicamente, si elegimos 'Max' o una cifra superior a la autonomía que tengamos en ese instante, el sistema se dedicará, durante la circulación, a rellenar la batería, lo que aumentará el consumo de gasolina. ¿Cuánto? Pues también lo hemos medido, y en ese itinerario donde gastó 7,8 l/100 km partiendo con la batería 'a cero' el consumo medio subió a 12,9 l/100 km, aunque bastaron 94 kilómetros de ruta -75 minutos- para que la batería se cargase a tope. No es nada económico ni siquiera lógico hacer eso, pero ahí está la posibilidad, y sin duda es la forma más rápida de cargar la batería, pues usando el cable opcional y un wallbox de 7,4 kW se anuncia un tiempo de 105 minutos.

Que en la práctica son algunos más, pues el 3008 Hybrid4 carga más lento de lo debido, y las 7 horas anunciadas para la recarga completa en un enchufe doméstico de 220V -a 2,3 kW- se iban en nuestro caso a 8 horas y 50 minutos -solo 5 horas y 20 minutos requería el Kuga PHEV en la misma toma para cargar sus 10,6 kWh útiles-.

En cualquier caso, y esa es su gran baza, las posibilidades de uso de este 3008 son enormes, empezando por esa función eSave o el programa B del cambio -hace que la mecánica retenga más al decelerar o que regeneremos energía extra al bajar un puerto-, y siguiendo por sus cuatro modos de conducción. Cada uno con su personalidad; pues en 4WD, por ejemplo, no tendremos miedo ante la nieve o las pistas embarradas -la altura libre al suelo es generosa, además-, y en Sport conduciremos un SUV rapidísimo de verdad -con levas en el volante para cambiar manualmente-, que rivaliza en prestaciones con un 308 GTI. Porque si anuncia 6,0 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, que ya está bien, le hemos medido 5,75 segundos. Lejos quizás de los 5,1 cronometrados en su día al Cupra Ateca, también de 300 CV, pero es que el rabioso SUV español pesa 1.615 kilos y el PHEV francés se va a 1.928 kilos, que le lastran partiendo desde parado. Aunque si ya va lanzado, sus recuperaciones son de aúpa: de 80 a 120 km/h tarda sólo 3,4 segundos… por los 3,5 del Cupra. Adelantamientos fulgurantes, lo cual da mucha tranquilidad al viajar.

El comportamiento es noble y seguro, como en otros 3008, pero los kilos extra se notan y restan eficacia. Por ejemplo en las frenadas al límite, donde tanta masa estira algo las distancias -55,8 metros de 120 a 0 km/h-, o en vías de curvas cerradas, donde apreciamos mayores inercias y descubrimos que es más rápido que deportivo, por más que Peugeot solo vincule sus 300 CV a los acabados GT Line y GT.

LA CLAVE

El 3008 Hybrid4 cumple lo que promete, pues tan pronto puede ser usado como SUV familiar dispuesto a viajar o abandonar el asfalto, como se convierte en un modelo velocísimo capaz de hacer adelantamientos en un suspiro o nos deleita con su funcionamiento eléctrico, en el que superar los 50 kilómetros 'sin gases' es pan comido.