Durante el pasado año hubo dos momentos en los que la palabra 'diésel' operó como sinónimo de 'problema'. Uno fue el escándalo de Volkswagen en torno a ciertos motores TDI 'trucados', y otro el de las restricciones al tráfico en varias ciudades a causa de los altos niveles de óxidos nitrosos, generados principalmente por los motores de gasóleo y las calefacciones. Entre eso y que la gasolina está barata, muchos automovilistas vuelven sus ojos hacia los vehículos que usan ese combustible.
Además, la evolución técnica de los motores de gasolina se ha acelerado, como demuestra nuestro protagonista, pues el 2008 acaba de adoptar el premiado PureTech 1.2 tricilíndrico con turbo e inyección directa, que en su variante más enérgica rinde 130 CV de potencia, con 23,5 mkg de par máximo a sólo 1.750 vueltas. Ambas cifras, combinadas con un cambio manual de seis marchas y un conjunto ligero -poco más de 1.200 kilos, conductor incluido- da un magnífico resultado sobre la carretera. Esperábamos que fuese bien… ¡y va aún mejor!
Un motor suave y equilibrado
Para empezar, es casi imposible percibir que sólo hay tres cilindros bajo el capó, pues el funcionamiento del motor es suave y equilibrado, y manteniendo cruceros constantes la sonoridad es baja: 69,3 decibelios a 120 km/h. Pero es que, además, el 'crossover' de Peugeot se mueve con mucha soltura y el conductor encuentra empuje cada vez que acelera, incluso a regímenes muy bajos. Eso se traduce en agilidad en carretera al afrontar maniobras de adelantamiento -7,3 segundos para pasar de 80 a 120 km/h en cuarta-, en una respuesta instantánea para ?ratonear? por la urbe y en una aceleración briosa, pues hemos clavado los 9,3 segundos que anuncia para alcanzar 100 km/h. No es un 'GTI', desde luego, pero es uno de los SUV pequeños que, por prestaciones, más se acerca a esa juvenil definición.
Tanto, que nos habría gustado encontrar una puesta a punto algo más deportiva del chasis. Practicando una conducción turística no hay reproche alguno, pero si aceleramos el ritmo en zona de curvas la suspensión peca de blanda y la dirección, suave también, no transmite a la perfección lo que pasa entre ruedas y calzada. Además, los neumáticos M+S montados, ideales con barro o nieve, restan algo de precisión a la trazada en conducción 'alegre' y, sobre todo, alargan las frenadas extremas: 59,1 metros de 120 a 0 km/h es demasiado.
Muy bien fuera del asfalto
Fuera del asfalto, el 2008 va muy bien, y al Grip Control -una rueda en la consola permite elegir entre cinco modos, según el tipo de superficie- podemos sacarle rendimiento para optimizar la tracción. Aunque nos encantaría que hubiese un 2008 con tracción total, sobre todo cuando hablamos de la versión más rápida de la gama.
Para el resto de capítulos sirve lo dicho otras veces: alto confort, buen acabado, equipamiento completo en todas las variantes -para este motor se ofrecen los niveles Allure y Crossway- y un interior funcional y bastante amplio. Además, el PureTech 130 'bebe' con moderación en la práctica: sólo 7 litros de media.