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Mercedes C 220 Bluetec. La buena estrella

Hace algo más de un año, cuando probé el nuevo CLA comenté que veía un serio peligro de 'canibalización' con la Clase C del momento. Los responsables de Mercedes me dijeron que no me preocupara porque en breve espacio de tiempo aparecería la nueva berlina, más grande y avanzada.

Lo que no esperaba es que esta nueva generación realizara una especie de doble salto mortal tan perfecto que, en un abrir y cerrar de ojos, se ha situado sin hacer ruido en lo más alto del segmento. Sin más.

Nueva referencia en el segmento

Diseño, calidad, dinámica y tecnología. Todo suma. La Clase C estira su tamaño hasta los 4,69 metros. Resulta paradójico, pero es que ahora es la Clase E la que se siente amenazada ante el 'empuje' de este modelo, que presume, incluso, de un currículum más completo, como la incorporación de una suspensión neumática, algo insólito entre sus rivales.

Basta con abrir o cerrar las puertas y sentarnos al volante para comprobar en un instante que esta Clase C lo borda en calidad, terminación y puesta en escena. Tanto por fuera como en el interior. De hecho se puede combinar con varias líneas al gusto, como nuestra unidad, que por fuera se remata con la deportiva Línea AMG, mientras que por dentro se remata con la Avantgarde, de corte más elegante.

La ergonomía es casi perfecta, las butacas delanteras te miman, el cuadro de mandos cuenta con una pantalla central que te informa de todo, y decimos de todo… En la consola central se ubica el mando 'Touchpad', muy intuitivo y con función de escritura, mientras que la palanca del cambio automático 'emigra' hasta la columna de la dirección.

Interior de calidad

En el salpicadero la pantalla tiene un tamaño tan generoso que se podrían ver películas sin problemas (es fija) y no faltan hueco y detalles como un ambientador que deja bajo mínimos en cuestión de espacio a la guantera, eso sí.

Detrás se mantiene la línea del buen gusto y gana espacio con respecto a la generación anterior, pero se sitúa en la media del segmento, sin ser una referencia en este sentido.

Algo similar ocurre con el maletero, con una boca de carga de 48 centímetros y un espacio muy diáfano. Se pueden abatir los respaldos desde unas palancas situadas detrás, pero en su afán por ser eficiente cede volumen. Nos explicamos. La Clase C presume de 480 litros de capacidad, pero las variantes diésel pierden 20 litros porque incorporan un depósito para el aditivo AdBlue que convierten a estas mecánicas en extraordinariamente limpias en cuestión de emisiones.

Motor eficiente y prestacional

Y es que nuestra unidad monta un propulsor de cuatro cilindros y 2.2 litros que eroga 170 caballos de potencia. Las siglas CDI dejan paso a las BlueTec, sinónimo de mínimas emisiones al inyectar urea justo antes del catalizador.

Muy refinado en su funcionamiento, tampoco es una referencia en este sentido en frío. Luego, la cosa se suaviza. Este propulsor demuestra toda su capacidad de trabajo ya por debajo de las 1.500 rpm y desde entonces empuja con ganas y sin altibajos.

Muy recomendable, si nos lo podemos permitir, es la opción del cambio automático 7G-Tronic Plus, que por 2.795 euros adicionales nos facilita mucho las cosas, y en ese precio incluye elementos como el control de velocidad de crucero o el Agility Select al que nos referiremos más adelante.

Mejor con cambio automático 7G-Tronic Plus

Esta caja cuenta con siete relaciones e incorpora levas en el volante. Es muy agradable en su funcionamiento, mucho más que los de doble embrague que portan por debajo las 'Clases' A y B (con motores transversales), pero a cambio de dulzura pierde algo de rapidez en el salto entre marchas.

Por otra parte, en marcha, y como pareja de baile, es mucho más fiable. Su nueva plataforma está mucho más elaborada, es más ligera y modifica el chasis completamente, montando sendos esquemas multibrazo en ambos ejes.

Comportamiento ejemplar

Dinámicamente ha dado un gran salto hacia adelante, ya que sin renunciar a un confort notable, el conjunto resulta mucho ágil y 'apasionante'. Sobre todo si, como en nuestro caso, lleva un plus en forma del acabado AMG que presume de una altura rebajada del conjunto (15 milímetros), unos tarados de amortiguación más firmes y unos generosos 'zapatos' sobre llantas de 18 pulgadas con más goma detrás que delante para potenciar un mayor talante deportivo. Lo malo es que nos obliga a prescindir tanto de la rueda de repuesto como del kit reparapinchazos, en favor de unos neumáticos MOExtended de emergencia.

Mención especial para la nueva dirección que ofrece, mucho más directa (apenas 2,2 vueltas de volante entre topes). Con todo esto, la Clase C asume los cambios de apoyo con total naturalidad, presume de una pisada muy estable y de gran confort, y se muestra obediente por delante y juguetona si se desea en la zaga.

Lo cierto es que allí donde se 'apunta' desde el volante, por allí pasa el eje delantero sin rechistar. Y si desde el Agility Select seleccionamos el modo Sport+ (el más deportivo) la zaga permite hasta pequeños deslizamientos del eje trasero, una delicia si se controla y, si no es así, la 'fiesta' se termina en cuanto el control de estabilidad toma el mando y da un puñetaño sobre la mesa. Destacar, asimismo, que las distancias de frenado aprueban sin apuros (los discos delanteros están perforados con la línea AMG).

Otra ecuación sumamente atractiva es lo mucho que nos ofrece a nivel de rendimiento y lo poco que nos pide en las estaciones de servicio. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h por debajo de los 8 segundos y si necesitamos realizar un adelantamiento en carretera, pasar de 70 a 110 km/h se traduce en 5,5 segundos y sólo 132 metros de distancia.

Y si contemplamos el consumo, en modo ECO y tratando con cariño el acelerador podemos situarnos en torno a los 6,0 litros en ciudad y en carretera no superar los 4,5 litros, unas cifras de mérito porque hablamos de un vehículo que tiene que desplazar prácticamente 1.600 kilos.

Por último, comentar que el equipamiento de serie es muy generoso, y abruma si tenemos un buen fondo de bolsillo. Nuestra unidad cuesta 39.450 euros, pero el precio final se dispara hasta los 56.526 euros, gracias a tecnologías como los faros Leds para todas las funciones de alumbrado o un completo sistema multimedia. La dotación en seguridad puede ser de ensueño, ya que la hereda desde un 'portaviones' llamado Clase S…