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Kia Rio 1.0 T-GDi MHEV 120 IMT GT Line. Apuesta ganadora

A día de hoy se ofrecen por encima de 20 utilitarios en el mercado. Los hay más bonitos, más feos, más rápidos, más lentos, más modernos, más veteranos… Pero es el segmento donde el cliente más valora la lógica, realizando al final compras sensatas y menos emocionales.

Aun así, siempre hay modelos que permiten no renunciar a ese toque pasional que valoramos todos los clientes a quienes nos gustan los coches, pero sin perder nunca la coherencia que se pide a un utilitario. Y buena muestra de ello es este Kia Rio, que, para comenzar, con su última actualización estrenó un corazón 1.0 T-GDI que añade un sistema eléctrico de 48 voltios, detalle que le sirve para conseguir la etiqueta ECO de la DGT. Y eso es una perfecta carta de presentación para quienes se mueven con frecuencia por la ciudad, porque lo iguala en materia de distintivo ambiental a un híbrido 'puro y duro', pero sin su complejidad técnica o sin contrapartidas como un mayor peso o un menor maletero.

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La firma coreana te lo ofrece con 100 CV de potencia o con 120, pero entre ambos hay solo 550 euros de diferencia. Y ya puestos a buscar el lado emocional… Aunque, bien es cierto, en prestaciones tampoco hay una diferencia abismal: 188 y 190 km/h de velocidad punta, o 10,4 y 10,2 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, respectivamente.

Hablamos de un conocido motor con tres cilindros, inyección directa y turbo, agradable como pocos porque jamás insinuará su naturaleza tricilíndrica. Nos ponemos en marcha tras acomodarnos en sus asientos, y después también de comprobar que todos sus botones están en su sitio, algo que se agradece en estos tiempos digitales, donde muchas veces se le da más importancia de la necesaria a una pantalla táctil que a la ergonomía o a un manejo rápido e intuitivo.

En este sentido el Rio es como si fuera nuestro coche de toda la vida, porque todo está muy ordenado. Y aunque no hay ningún plástico de tacto mullido, los ajustes son perfectos y transmiten una calidad elevada en un habitáculo bastante desahogado en cuestión de tamaño.

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Nuevo cambio iMT

Lo primero a tener en cuenta en esta versión es que estrena un nuevo cambio manual iMT, que curiosamente no tiene conexión física entre el pedal y el embrague. Vamos, que cada vez que cambias es como dar una patada al aire. Eso sí, con un tacto muy conseguido, que será siempre igual a lo largo de la vida del vehículo. Desarrollado por Kia, este sistema ha sido concebido para comunicarse a la perfección con el sistema de 48 voltios, porque es más rápido a la hora de detectar si debe apagar o no el motor cuando nos vamos a detener, para ahorrar hasta la última gota de combustible.

Si no te lo dicen, puede pasar inadvertido, pero tiene sus particularidades, como el hecho de que obligue a arrancar el motor con punto muerto engranado -no vale solo con pisar el embrague-, o que no lo ponga en marcha hasta que no engranas primera y levantas el pie del freno. Pero te acostumbras en cuestión de minutos. Además, lo hace de una forma tan natural y rápida que en nada afecta a la conducción.

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En ciudad se le saca gran partido, aunque en este escenario no es tan eficiente como un híbrido 'de verdad', porque su motor eléctrico se puede considerar como testimonial y jamás mueve al vehículo por sí mismo.

Pero ojo con este renovado Rio, que se atreve con mucho más que la ciudad, donde unas suspensiones bastante suaves -incluso para esta versión GT Line- no lo hacen incómodo en ningún momento, a pesar también de venir de serie con unos neumáticos 205/45 R17.

En carretera se defiende tan bien o mejor que en la urbe, porque ese 1.0 T-GDI anda sorprendentemente más de lo esperado. Muestra de ello es que ha bajado el tiempo homologado para acelerar de 0 a 100 km/h en medio segundo, y recupera de maravilla, adelanta sin problemas… Y también ha frenado bien, con 56 metros para detenerse desde 120 km/h.

Por 18.000 euros con descuentos

Además de ser rápido, viaja como si perteneciera a un segmento superior, porque se siente muy aplomado y cómodo. Y, por si fuera poco, aquí su iMT también tiene mucho que decir, pues cuando dejas de acelerar -y da igual la marcha que llevemos engranada- introduce automáticamente punto muerto -no te asustes, que la palanca no se mueve de su sitio-. Eso era exclusivo hasta ahora de cambios automáticos, y permite recorrer metros y metros con el motor térmico apagado y con el testigo 'A Vela' encendido en la pantalla central. Ahora bien, cuando tocamos el freno o aceleramos de nuevo, vuelve a poner en marcha su 1.0 T-GDI como si aquí no hubiera pasado nada.

También añade un selector de modos con los programas Eco, Normal y Sport, y sorprende que en este último incluso emule a la perfección un 'punta-tacón' cuando reducimos de marcha, además de endurecer la dirección y pedir energía de apoyo a ese motor eléctrico en todo momento para dar lo mejor de sí mismo.

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Dinámicamente sorprende, porque se siente muy ligero, y además ha gastado lo justo, pues le hemos medido 5,8 l/100 km reales.

Este GT Line lo tiene todo, pero debería equipar de serie el Pack Premium opcional, que cuesta 800 euros y suma sensores de ángulo muerto, reconocimiento de señales y unos faros LED que, todo sea dicho, iluminan de maravilla. Y más cuando nos piden 23.200 euros por él. Eso sí, no hay que asustarse, porque con descuentos se queda en 18.107 euros, y eso no está nada mal para un utilitario tan lógico y eficiente como emocional, y con siete años de garantía.

LA CLAVE

Si buscas un utilitario prestacional, solvente, agradable, eficiente, con etiqueta ECO y un cambio único en su especie, este Rio es la opción perfecta. Sal de los convencionalismos y no te arrepentirás, porque es una maravilla. Ahora bien, te costará como otros rivales suyos… que no tienen siete años de garantía. Y por 1.125 euros más tienes el 7DCT.