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Iveco Stralis 33, el futuro es del gas

Iveco ha sido pionero en el desarrollo de vehículos industriales propulsados por gas natural y es líder europeo en la comercialización y producción de estos vehículos. Ahora el Stralis GNL ha recibido el Premio Europeo a la Sostenibilidad en el Transporte. Y nosotros lo hemos probado.

Iveco cerró el año 2013 como líder absoluto del mercado español de vehículos comerciales e industriales propulsados por gas natural. Iveco tambien es líder europeo en la producción y comercialización de este tipo de vehículos, con una flota en Europa de más de 12.000 unidades y una gama completa de comerciales ligeros, medios y pesados, de entre 3,5 y 40 toneladas, además de autobuses y autocares.

Puede que muchos de vosotros no os hayáis dado cuenta pero la gran mayoría de los camiones de basura que circulan por Madrid y Barcelona son Iveco movidos por gas natural (380 de 465 en Madrid y 266 de 281 en Barcelona). También hay autobuses de línea de gas natural en muchas otras ciudades españolas, una experiencia piloto que lleva años desarrollándose con unos resultados sorprendentes. Y es que estos vehículos de GNL (Gas Natural Licuado) o GNC (Gas natural Comprimido) que no tienen nada que ver con el GLP (Gas Licuado del Petróleo), consiguen unos costes totales de explotación hasta un 12 por ciento inferiores, además de otras ventajas. 

Autonomía de 800 kilómetros

Por eso, si hasta ahora la utilización de este tipo de vehículos ha estado centrada en operaciones en zonas urbanas con pocos kilómetros diarios, el gas natural como combustible alternativo en grandes trayectos está empezando a llamar la atención de las principales flotas de transporte de todo el mundo básicamente por tres razones: la reducción de ruido (alrededor de 5 decibelios menos), la reducción de emisiones contaminantes (24,1 toneladas menos de CO2 emitidas en un año y tras recorrer 30.000 kilómetros) y el ahorro en combustible que supone entre el 10 y el 20 por ciento respecto a un motor diésel. La tecnología GNL consigue, además de las ventajas descritas, una reducción de peso en vacío, lo que conlleva un aumento en la capacidad de carga

El menor kilometraje realizado dentro de las ciudades se conformaba con depósitos de GNC más pequeños y con menor autonomía, pero el camión probado, un Stralis Natural Power Euro 6, diseñado para recorridos de media y larga distancia, combina el GNC con el GNL por lo que se asegura una autonomía de 800 kilómetros.

En su configuración estándar, este camión está equipado con cuatro bombonas de GNC de 70 litros cada una y paredes de acero de 8 mm de grosor, y un depósito doble (uno dentro de otro) criogénico de GNL de 525 litros y acero inoxidable. El GNL se almacena en estado líquido a una temperatura de -130º C y a una presión de 9 bares, lo que permite llevar más cantidad en menor espacio. Antes de ser inyectado en el motor, pasa a estado gaseoso gracias a un intercambiador calentado por agua del motor. 

Cambio manual de 16 marchas

Con un motor Cursor 8 Natural Power de 6 cilindros, sistema common rail y 330 caballos (desde 2013 unos 180 autobuses de Pekín se mueven gracias a este motor aunque de norma Euro V y no Euro VI como el probado) el Stralis se mueve con la misma soltura que lo haría movido por gasóleo pero sobre todo, rodeado de una sonoridad de marcha extremadamente baja que llega a sorprender. En este caso el cambio es manual ZF de 16 marchas, un cambio preciso que igualmente trabaja como si lo hiciera a la par con un motor movido por un combustible tradicional. Iveco es el único fabricante europeo que ha adoptado una tecnología propia en la transición de Euro 5 a Euro 6.

El motor se caracteriza por una alimentación cien por cien con gas natural y ciclo Otto, con bujías de encendido, sistema de inyección por raíl común y dos inyectores por cada cilindro. Además, el tratamiento de los gases de escape se lleva a cabo con un simple catalizador de tres vías que no exige añadir aditivos (AdBlue).

Para trabajos de distribución regional se ha estimado que un camión de GNL puede conseguir un ahorro de hasta 10.000 euros anuales, en comparación con un vehículo de motor diésel, sobre un recorrido de unos 40.000 km al año. Además, permite el transporte de una carga útil de hasta 29 toneladas en un trayecto de entre 300 y 700 kilómetros, sin incrementar el efecto invernadero, sin comprometer la calidad del aire y consiguiendo una reducción del impacto acústico.