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Citroën C3 Aircross Puretech 110. No cabe el aburrimiento

Esta versión es una especie de 'último mohicano'. Nos explicamos. El bloque tricilíndrico 1.2 PureTech se mantiene, pero es inminente la llegada de una caja manual de seis realciones que sustituirá a la de cinco de nuestro protagonista. La razón se denomina WLTP y esta nueva homologación está causando estragos en gran cantidad de motorizaciones en las últimas semanas.

Tuve la suerte de asistir a un exclusivo evento, antes de su puesta de largo oficial en Ginebra 2017, donde conocí al C-Aircross, el concept que anticipaba las formas del C3 Aircross. Y el comentario fue unánime: si se respeta lo visto, triunfará. Y así ha sido porque, con algún matiz, el modelo de calle es un fiel reflejo de lo que vimos.

Para gustos los colores, pero quizás sea el SUV más original del segmento B. Las protecciones en los pasos de rueda, los paragolpes, los estribos laterales o las pegatinas con efecto persiana de las ventanillas de custodia traseras dicen mucho de su personalidad. También la extensa oferta con más de 90 combinaciones diferentes de colores o acabados para diferenciarnos del resto.

Asimismo el interior huye de convencionalismos al uso. No se desmarca drásticamente con lo conocido en el C3, pero sí que presenta guiños propios de diseño y un sentido más práctico en su conjunto. Nos llama la atención el colorido y los confortables asientos delanteros, con un mullido especial más propio del sofá de casa que de un automóvil. Puestos a pedir, hubiera preferido que la pantalla táctil de 7 pulgadas estuviera más arriba, cambiando su posición con las salidas de aire.

Detrás transmite sensación de habitabilidad, meritorio si tenemos en cuenta que el vehículo mide 4,15 metros de longitud. Más aún cuando desplazamos la banqueta hacia atrás los 15 centímetros que permite su regulación longitudinal por partes (60/40) para resultar más útil. Es de los modelos que más confort ofrece en la plaza central -debido a su mullido-, aunque lógicamente tres adultos detrás irán muy justos.

El maletero, por su parte, es amplio y muy regular en sus formas. Dispone de 410 litros en su formato menos favorable, ampliable hasta los 520 si desplazamos el asiento hacia delante. El piso se puede situar en dos alturas y debajo encontramos un kit o, como en nuestro caso, una rueda tipo galleta que por 80 euros nos brinda confianza extra si nos animamos con el Grip Control -ver apoyo-.

110 CV de potencia

En su oferta mecánica el propulsor de gasolina 1.2 PureTech de 110 caballos se ha convertido en la opción preferida del momento, ante el injustificado 'boicot' al diésel. Se trata del conocido bloque tricilíndrico que no oculta su naturaleza impar cuando se le exige máximo esfuerzo, más por su característico sonido que por vibraciones.

Es menos perezoso de lo que podría parecer a bajo régimen, con una buena aptitud a partir de 1.500 vueltas y una respuesta lineal hasta superar las 6.000. Sus números de cara al crono son modestos, pero ojo porque si apuramos marchas mueve con cierta solvencia el conjunto. Eso sí, tendremos que bajar a la cuarta relación para tomar cierta carrerilla si queremos adelantar con energía.

Es un vehículo más confortable que ágil. Nos explicamos. Presenta una configuración 'amable' de la suspensión, ideal para el día a día o en trazados poco exigentes, como una autopista por la que podremos circular a 120 km/h a apenas 2.700 revoluciones por minuto.

En otras facetas más dinámicas la cosa cambia. La carrocería no balancea demasiado, pero el tacto de la dirección y de la palanca del cambio no son todo lo directos y rápidos que nos gustaría. Además, a la mínima, el ESP actúa, con mucha antelación diríamos. Si a eso añadimos los neumáticos M+S que monta nuestra unidad -una opción ligada al Grip Control- que restan algo de agarre en seco y alargan las distancias de frenado, está claro que lo suyo no es 'hacer tiempos', sino agradar en el día a día.

El consumo, como suele ser habitual en este tipo de motores tricilíndricos, es eficiente a un ritmo tranquilo y menos atractivo cuando se le exige más de la cuenta. Por eso varía tanto en función de la conducción, aunque la media registrada firmó 6,6 litros.

Más divertido se muestra por pistas, donde filtra las irregularidades con sentido y la electrónica sí que nos da tregua para pasar un buen rato. Y si la cosa se complica a nivel de adherencia nos sacará de más de un apuro.

En cuanto al equipamiento, el acabado Shine ofrece Active Brake Safety, climatizador, Citroën Connect BOX o navegador como notas destacadas de serie, aunque en la carta de opciones amplía considerablemente las posibilidades de configuración.

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¿Tracción total? no, pero casi…

A pesar de su apariencia SUV, el C3 Aircross no ofrece variantes con tracción total, pero sí que dispone del denominado Grip Control, un asistente que contempla cinco programas de uso: Normal, ESP off, Nieve, Barro y Arena. Asociado a unos neumáticos de uso mixto M+S, nos brinda la posibilidad de superar situaciones complicadas de baja adherencia gracias a una gestión inteligente del control de tracción. Se ofrece con el Pack Shine, que también contempla un control de descensos y llantas de 17 pulgadas, por 1.000 euros.

LA CLAVE

Original, agradable en el día a día, eficiente de cara al consumo si nos lo tomamos con calma, y bien equipado con el acabado Shine que nos ocupa, este modelo conquista en su conjunto. Tampoco defrauda en su comportamiento, pero en general es más confortable que ágil. La cosa cambia fuera del asfalto si apostamos por el Grip Control…