Lunes, 8,30 de la mañana. Nuestro buen amigo y colaborador Felipe Gonzalez recogía el Tucson 2.0 CRDI en la redacción de Motor 16 para, sin pérdida de tiempo, iniciar un periplo que le llevaría a atravesar cinco fronteras en tan sólo cuatro días. Este es un relato resumido de esas 96 horas que el probador ha pasado junto a nuestro protagonista.
«Leganés era el punto de partida. Imposible tener más cerca la carretera que me daba la salida. Talavera de la Reina quedó pronto a mi espalda y la próxima ciudad importante era Mérida. Poco antes de llegar me sucedió el único incidente digno de resaltar. Cuando me disponía a repostar en la estación de servicio de Repsol que se encuentra en el kilómetro 314, la tapa que cubre el tapón del depósito se negó a abrirse. Por más esfuerzos que hizo el personal de la gasolinera, resultó imposible. Antes que forzar el mecanismo, decidí acudir al concesionario de Hyundai en Mérida.
Por suerte, antes de salir de la estación de servicio, al bajarme del coche para comprar un refresco comprobé que el mecanismo se había abierto solo, como por arte de magia. No pude averiguar la causa de tan misterioso arreglo. Ya se encargarán los técnicos de explicarme lo que ha pasado.
Primera frontera: Portugal
Con muy buen tiempo llegué pronto a Sevilla para continuar un plácido paseo hasta Huelva desde donde, en poco tiempo, llegué a Ayamonte para cruzar a Portugal. Fotos de rigor y de nuevo al Tucson para deshacer el camino recién hecho. Entre Huelva y Sevilla, bocadillo y 'cola' reconfortantes. Cruzando el puente de la Barqueta me dirijo hacia Jerez de la Frontera. Aunque el navegador es estupendo, agradezco alguna indicación que me da mi hija desde Madrid.
Está anocheciendo cuando atravieso La Línea de la Concepción y llego a Gibraltar. El tráfico es denso y los kilómetros comienzan a hacer mella. Fotografías antes de pasar la complicada aduana y tras conseguir mi objetivo, sin pérdida de tiempo, hacia Málaga, que circunvalo en dirección a Nerja.
Por fin hago mi primera parada en serio. Han transcurrido 12 horas y 15 minutos desde que salí de Madrid. Pescaditos con mi amigo Gonzalo y a la cama. El Tucson, al garaje. Se lo ha merecido.
Día 2.- Me tomo con calma la salida. A las 9,30 camino de Granada por la estupenda autovía. Esta carretera me es muy familiar, la he visto hacer. Y es que llevo 50 años transitándola. De memoria cruzo Granada, Jaén, Bailén y La Mancha me acoge con sus rectas. Antes de lo que pensaba atravieso las vegas del Real Sitio de Aranjuez. A la hora de comer, el Tucson de nuevo en el garaje en mi casa de Madrid.
Tercera frontera: Andorra, y después Francia
Día 3.- Tengo que hacer algunas cosas y por eso retardo la salida hasta las 12,30. Cuento con una ventaja importante, voy a viajar por otra carretera amiga. La autopista deja a su derecha Guadalajara. La Alcarria, a la que nos trasladó en sus primeros números Motor 16 en un Rolls Royce con el insigne premio Nobel, me despide demasiado rápido. Zaragoza me invita de nuevo a viajar por autopista, y muy pronto bordeo Lérida. Se ha terminado lo bueno, a la nacional y sin protestar. Atravieso Pons y pronto toca bordear el pantano. A las 19,20 el Tucson descansa en Andorra, nuestro tercer país.
Día 4.- Hoy toca madrugar, a las 7,15 arranco. Quiero subir Envalira con poco tráfico. La carretera está limpia, pero hay bastante nieve en los laterales. Francia está a mi alcance. Cruzo por el túnel y llego a la aduana, pero el otro lado del puerto se encuentra más complicado. Fotografías y vuelta. Estoy completando el cuarto país. No me apetece volver por el túnel y lo hago por el puerto. El paisaje merece la pena. El sol, algo perezoso, comienza a asomarse. De nuevo en Andorra, desayuno y carretera. Pronto entro de nuevo en España, nuestro quinto país. Solamente me queda cuidar mi montura y llegar a Madrid. A las 5,20 de la tarde nuestro objetivo está cumplido.
Tras casi 3.000 kilómetros en tan poco tiempo tengo que decir que el Tucson es un devorakilómetros. Hasta que no se viaja en él no se aprecia su comodidad, su ágil paso por curvas y, si tengo que destacar algo, es su control de velocidad. Viajando por autopista o autovía uno llega a pensar que viaja con un cambio automático. El puesto de conducción, insuperable en visión y comodidad. ¡Enhorabuena, amigo! Hyundai se ha volcado contigo. Hasta cuando quieras».
Y tras la vuelta, el Tucson sigue viaje
Felipe ha aparcado el coche en la puerta de Motor 16, pero no se ha llegado a enfriar el motor cuando el relevo toma los mandos y se dirige a Barcelona. Tres días después y de vuelta a Madrid el Tucson pasa por el taller con el objetivo de que revisen el depósito del agua del limpiaparabrisas, que en un viaje anterior derramó todo su contenido. El taller confirma que se había aflojado la abrazadera del manguito que mandaba el agua a los eyectores del limpia. 15 minutos y arreglado. Que todos los problemas sean esos.
Por lo demás, el coche mantiene un consumo de entre 6,5 y 7,5 l/100 km en función de la velocidad de crucero y del tipo de carretera utilizada. La media total de la prueba es de 6,8 l/100 km, un gran dato si tenemos en cuenta que en la segunda parte del test se está recorriendo un mayor porcentaje de carreteras de segundo orden y de montaña y que se ha aumentado el uso del coche en ciudad.