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Hyundai Kona N. Un SUV especial

Quizás no esté bien visto actualmente, pero se agradece. En plena era de electrificación, Hyundai ofrece una gama más abundante que nadie, con soluciones 'mild hybrid', híbridos autorrecargables, PHEV, eléctricos y hasta un modelo alimenado por hidrógeno.

Digamos que eso es lo políticamente correcto, pero el fabricante coreano también saca tiempo para poner en juego vehículos de raza que, bajo el sello N, abanderan la deportividad de la marca. Lo curioso es que se ha atrevido a combinar esas sensaciones más extremas en un SUV como el Kona, y el resultado, más allá de ser original, convence.

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Es cierto que las sensaciones y, sobre todo, la dinámica no son lo mismo que en el i30 N, o incluso en el i20 N, pero dan para mucho y, a la vez, presume de un talante más práctico en el día a día.

Tan deportivo como práctico

Primer punto. Podemos tener un Kona N y usarlo a diario sin contratiempos en cuanto a mermas importantes de confort gracias a una suspensión adaptativa y a los modos de conducción de corte más amable. Pero nadie se compra un vehículo así para llevar a los niños al cole o hacer la compra semanal en el Mercadona. Su aspecto ya infunde respeto. Sin llegar a la provocación, es cierto que se remata con más contundencia deportiva, tanto en adornos como con las llamativas pinzan de freno N pintadas en rojo.

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También el interior se decora para la ocasión, con pedales metáticos, butacas deportivas y un volante multifunción que nos desvela sus intenciones por los mandos que presenta.

Un 2.0 T-GDI con 280 CV

Antes comentar que el verdadero alma de este vehículo es su potente motor 2.0, ahora con un efecto turbo más acusado, que eroga 280 CV. Una delicia que se gestiona, sí o sí, con la nueva caja automática de doble embrague N DCT de ocho relaciones.

Para canalizar todo ese potencial al suelo, y sólo con las ruedas delanteras, recurre a un diferencial electrónico de deslizamiento limitado que limita el subviraje y elimina en gran parte las pérdidas de motricidad en curva.

Con ese armamento a cuestas pocos rivales le hacen sombra. Ejemplos: es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos (6,5 si no activamos la función launch control) y alcanza los 240 km/h de punta. En un adelantamiento de manual, pasar de 70 a 110 km/h se traduce en 2,8 segundos y 72 metros de pista libre. Va sobrado.

Para entonces ya habremos disfrutado de la función Rev. Matching, que ajusta automáticamente las revoluciones del motor al reducir, con un atractivo efecto punta-tacón. Y el sonido que mana del escape es una delicia que invita a no aflojar…

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Si activamos el modo manual no subirá de marcha y llegará al corte a 6.600 rpm, aunque antes nos avisará en el cuadro por medio de avisos lumínicos en naranja y rojo. Y ya que estamos de carreras, señalar que la función N Grin Shift (NGS) se activa en el volante y durante 20 segundos catapulta al Kona N con más coraje gracias al efecto 'boost'. Transcurrido ese tiempo necesita de 40 segundos para poder volver a activarse. Es útil en un circuito, pero también en un adelantamiento.

Un Kona con dinámica de deportivo

Que corre nadie lo pone en duda. Ahora falta saber si tiene chasis para sujetar su formato SUV. Lo tiene, aunque no es tan ágil como el i30 N ni tan divertido como el i20 N. Aguanta bien, no balancea en exceso y en curva es frecuente que sólo tres neumáticos tengan contacto con el suelo. No pierde demasiada motricidad al salir de las curvas, la dirección es precisa y bastante directa (con la contrapartida de que no gira mucho en ciudad) y frena de manera contundente, sin batir récords pero superando síntomas de fatiga incluso en circuito.

En cualquier caso es un vehículo prestacional que gusta de llevar en los modos Sport o N; este último desata la tormenta perfecta. Además ofrece un perfil Custom personalizable y los sosegados Normal y ECO. En el más eficiente conseguimos que el consumo medio se estabilizara en 8,6 litros, pero a nada que nos animemos esa cifra se dispara.

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Y señalar que también dispone de las opciones arena, barro y nieve, más un control de descensos, para pinitos off road, pero limitado por unos neumáticos de carreras y su condición de tracción delantera.

Con tanto trajín casi no queda espacio para hablar de un conjunto que se remata con esmero, es práctico y generoso en habitabilidad pese a su contenido tamaño exterior y se rodea de una completísima dotación de serie en materia de asistentes de conducción, seguridad y conectividad.

LA CLAVE

Quién me iba a decir hace años que iba a disfrutar como un niño con un Kona, más alla de su práctico formato SUV. Pues lo han conseguido incorporando los mismos argumentos que en el i30 N, es decir, 280 CV, unas prestaciones soberbias, un chasis bien afinado y una exclusividad deportiva al alcance de muy pocos B-SUV.