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DS 23 y DS 5. 60 años de vanguardia

El 6 de octubre de 1955, el DS 19 hizo su aparición bajo la cúpula del Grand Palais de París, provocando de inmediato una avalancha de público sin precedentes y la venta de 12.000 vehículos en un solo día. Su estilo, combinado con las innovaciones tecnológicas, le convirtió en un mito. Sesenta años después parece obligado celebrar el aniversario del histórico DS para poner de relieve su legado excepcional en una marca que sigue combinando diseño con tecnología, confort, sensaciones de conducción, elegancia y gusto por el detalle.

Aunque el proyecto VGD se inició en 1938, su desarrollo no culminaría hasta 17 años después, cuando aparece en París el DS 19, un modelo ideado por el experto en aeronáutica André Lefèbvre, el ingeniero Paul Magès -inventor de la famosa suspensión hidroneumática- y el estilista, escultor y pintor italiano Flaminio Bertoni que causó sensación: durante los primeros 45 minutos se cursaron 749 pedidos del DS, al final de la jornada eran ya 12.000 las solicitudes recibidas y cuando cerró sus puertas el evento parisino diez días más tarde la demanda ascendía a 79.000 unidades. Un arranque comercial sin parangón.

DS, un símbolo francés

En las calles, la aparición de las primeras unidades creaba aglomeraciones de curiosos por su novedad, y sus soluciones técnicas y estéticas de vanguardia provocaban enorme curiosidad. Igual que lo era la Torre Eiffel y lo sería más tarde el avión supersónico Concorde, el DS se convirtió pronto en un símbolo francés. Su imagen no dejaba indiferente a nadie, y tampoco lo hacía su concentrado de alta tecnología, pues la suspensión hidroneumática le proporciona un comportamiento y un confort que ningún otro coche había ofrecido hasta entonces, y su frenado de asistencia hidráulica extremadamente potente permitía distancias de frenado muy reducidas.

Sólo tres meses después de su presentación, en el Rally de Montecarlo de 1956, el DS 19 toma por vez primera la salida en una competición, ocupando la séptima posición de la clasificación general y el primer puesto de su categoría. Además, las seis unidades inscritas lograron llegar a meta.

Era sólo el comienzo de un exitoso historial deportivo, pues en 1966 un DS 21 conseguía la victoria absoluta en tierras monegascas con el finlandés Pauli Toivonen al volante.

La familia crece

Paralelamente, la saga DS crecía y evolucionaba: la variante Break aparece en 1958, el mismo año que se presenta el DS 19 Prestige y que las posibilidades de personalización se incrementan al ofrecerse ocho colores de carrocería. Hoy, el Nuevo DS 5 también destaca en materia de personalización, pues el cliente puede combinar ese mismo número de colores con una extensa variedad de llantas de aleación -entre 16 y 19 pulgadas-, varias tapicerías -se ofrecen tres tipos de cuero- y seis motorizaciones: desde los diésel BlueHDi de 120, 150 y 180 CV, este último vinculado al moderno cambio EAT6, hasta el Hybrid 4×4, que rinde 200 CV y homologa un gasto medio de 3,5 l/100 km, pasando, ya en el capítulo de gasolina, por el THP 165 -ligado también a la transmisión EAT6- y el THP 210 S&S 6v.

En 1960 la familia DS volvía a crecer con la versión Cabriolet, de cuatro plazas y desarrollada por el carrocero Henri Chapron, y se produce la primera evolución mecánica, pues el motor de 1.911 centímetros cúbicos del DS 19 pasa de 75 a 83 CV, lo que le permite alcanzar ya una velocidad punta de 150 km/h. Y en 1962, gracias a una serie de modificaciones aerodinámicas en el frontal, los ingenieros reducen el consumo y elevan la velocidad máxima a 160 km/h. Las prestaciones volverán a protagonizar un impulso en 1965, cuando el DS 21 adopta un motor de 2.175 cc y 109 CV que se traduce en 175 km/h de punta, y también el apartado tecnológico progresa constantemente para mantener al DS en vanguardia.

Prueba de ello es que en 1967, coincidiendo con un 'cambio de cara' del modelo francés que incluye ópticas carenadas, las versiones altas de gama Prestige, Pallas y Cabriolet adoptan los faros adicionales pivotantes, mediante los cuales es capaz de iluminar el interior de las curvas antes incluso de entrar en ellas. Aún hoy, conducir de noche un DS Tiburón por una carretera de montaña con ese avanzado sistema de seguridad constituye toda una experiencia, y cuesta creer que hace medio siglo muchos usuarios ya se beneficiasen de una solución tan vanguardista.

En 1969 aparece una modificación mecánica de primer orden: el motor del DS 21 recibe una inyección de gasolina de gestión electrónica, con lo que la potencia llega a 139 CV, se consigue una velocidad punta de 185 km/h y el DS se mantiene, frente a sus rivales, como un vehículo fuera de lo común.

El coche de los líderes franceses

Algo que no pasó inadvertido para los principales dirigentes de la época, que apuntaron su mirada hacia el modelo referente de la industria gala. El gobierno francés encargaba a Chapron una serie de DS para surtir la flota de coches oficiales, y en las entregas comenzaron en 1968. Se trataba de vehículos especiales, alargados a 6,53 metros, dotados ya de inyección en sus mecánicas y que adoptaban un equipamiento más lujoso, con cristal de separación abombado e inclinado, tapicería completamente realizada en cuero marrón, terminación en madera, ventanillas eléctricas, climatización, iluminación interior especial, interfono o minibar.

En la siguiente década, ya en plena madurez, el DS sigue evolucionando. Así, por ejemplo, en 1970 y 1971 las modificaciones afectan principalmente a su transmisión: primero, con una caja de cambios de cinco marchas, y después con una automática de tres marchas fabricada por Borg-Warner. En septiembre de 1972, el DS 23 que ilustra estas páginas y que ha pasado por nuestras manos durante varios días, sucede al DS 21, y lo hace estrenando un motor de 2.347 centímetros cúbicos y 141 CV con el que ya alcanza 190 km/h.

En julio de 1975, tras 20 años de carrera ejemplar, el DS deja de fabricarse, estableciéndose su producción en 1.445.960 ejemplares.

Y es tres décadas después cuando una serie de 'concept cars', con revolucionarias propuestas estilíticas y técnicas, empiezan a preparar la llegada de los futuros DS 3, DS 4 y DS 5, punta de lanza en el renacimiento en 2014 de la marca DS. Herencia y vanguardia, la evolución continúa.