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DS 7 Crossback BlueHDI 180 Grand Chic. Un lujo desconocido

Si tuviera que valorar la exclusividad de un coche por la cara de sorpresa que pone el familiar o el amigo al que invito a dar una vuelta de vez en cuando, el DS 7 Crossback estaría en los primeros lugares de ese ránking tan efectivo y particular. Y es que verdaderamente la marca francesa, ya independiente, ha entrado por la puerta grande en el segmento Premium. Y cuando decimos por la puerta grande no hablamos solo de calidad, refinamiento o imagen, valores exigidos sí o sí en esta categoría de modelos. En este caso, el DS 7 Crossback aporta, además, exclusividad, con un interior cuyo diseño deja con la boca abierta a todo aquel que sube al coche. Y aporta tecnología de vanguardia, con sistemas que hasta hace muy poco tiempo sólo estaban disponibles en berlinas de lujo de marcas alemanas o japonesas muchísimo más caras. Por ejemplo, algunos de los viajeros ocasionales que han montado en el modelo francés no salían de su asombro viendo lo bien que funcionaba la suspensión con amortiguación variable 'DS Active Scan Suspension'. «Esto es magia» dice alguno cuando comprueba en sus propios riñones que en posición Confort los baches apenas se notan porque la cámara frontal los detecta con antelación y adapta la dureza. Muchos también muestran su sorpresa cuando, de noche, comprueban la eficacia del sistema DS Night Vision. Este dispositivo de visión nocturna se puede utilizar de forma permanente; sin embargo, si no se lleva activado y el radar detecta un animal o un peatón cruzando y estima que se le puede atropellar, se activa la pantalla de infrarrojos con aviso sonoro y una visibilidad total de ese posible peligro. Pero no hace falta ponerse en marcha o accionar ningún sistema de estos que parecen de ciencia ficción para sorprender totalmente al curioso o entusiasta amante de los coches. El cuero de alta calidad de los asientos, la obra de arte en el diseño de los mandos e interruptores, las pantallas -dos tan grandes como las del nuevo Audi A8-, el reloj clásico escamoteable, los materiales nobles y mullidos que rodean a los pasajeros… El DS 7 Crossback atrae nuestra atención casi tanto como la de nuestros invitados. Algo que se extiende también al exterior, sobre todo si nos fijamos en los faros DS Active LED Vision. Presentados por primera vez en el prototipo DS E-Tense, los DS Active LED Vision son extremadamente llamativos sin ni siquiera estar encendidos. Cuentan con un proyector principal LED y tres módulos LED giratorios. Estos pivotan y se inclinan en función del ángulo del volante, de la velocidad del coche y de las condiciones meteorológicas para garantizar la visibilidad en base a seis modos activos en la posición Auto del mando de las luces. Y su efectividad nocturna es bestial.

Pero no todo enamora en el DS 7 Crossback. El interior no puede ser más original… ni más confuso. A la luz del día, con los mandos sin iluminar, resulta algo dificultoso identificar cada interruptor, e incluso el empeño por el diseño ha obligado a sacrificar ergonomía y algunos interruptores -por ejemplo, uno tan importante como es el de arranque-quedan alejados de la postura ideal de conducción.

El interior es sorprendentemente amplio, incluso para cinco ocupantes adultos. Y hay un hueco portaobjetos o una guantera casi por todas partes, algunas con un tamaño tremendo que se agradece. Además, sorprende el piso plano trasero sin el ya tradicional túnel central tan desagradable para un quinto ocupante. El acceso a las plazas traseras es comodísimo en el DS 7 Crossback porque el coche es alto pero la banqueta está realmente baja. Sin embargo, a la larga, los pasajeros de atrás, que cuentan con respaldo inclinable eléctrico, pueden llegar a sentirse encajonados.

El todocamino francés está hecho a conciencia y pasa con nota una de las 'pruebas del algodón', como es la del sonido al cerrar las puertas, porque suena a buen coche.

Motor16

Motor ruidoso pero eficiente

Y también se ha trabajado mucho la insonorización, entre otras cosas con unos cristales laminados y acústicos. Una decisión tomada con buen criterio no solo porque en un modelo premium cada decibelio menos vale su peso en oro, sino porque en este caso el motor 2.0 BlueHDI de 180 caballos es eficiente y de rendimiento brillante, pero también algo áspero y ruidoso, sobre todo en frío.

Y ya que hablamos del propulsor, hay que decir que va asociado a un cambio automático EAT de 8 marchas y un convertidor de par hidráulico con modo manual, modo secuencial y una sensibilidad y respuesta controlada por los diferentes programas de conducción: Eco, Normal, Confort y Sport. Se trata de una combinación de motor-cambio ya vista en modelos como el 3008 GT, una mecánica que, sin ser un 'cohete', permite que en modo Sport el DS 7 Crossback se mueva a un ritmo sorprendente con consumos que no pasan de los 10 l/100 km, aunque lo normal es que a 120 km/h el gasto -gracias a una octava velocidad en la que el motor no puede girar más relajado- sea de 6,5 l/100 km.

La plataforma del DS 7 Crossback es la modular EMP2 de PSA, muy ligera y que comparte distancia entre ejes con el Peugeot 5008, además de un eje multibrazo que aporta ese 'mix' entre eficacia y comodidad que se le exige a un modelo Premium. Si a ello se le suma la suspensión regulable de serie, el resultado es muy satisfactorio, logrando que el coche vaya siempre por su sitio y lo haga con la dureza que requiere cada escenario. El 7 Crossback no lleva ni llevará tracción total, pero en opción puede solicitarse el Pack Advanced Traction Control, que por 623 euros ofrece un sistema de ayuda a la tracción en zonas deslizantes junto a unos neumáticos de invierno.

Mi relación con el DS 7 Crossback ha ido de menos a más. Comencé la prueba con expectación pero también con muchas reservas sobre algunos aspectos que con el paso del tiempo y de los kilómetros han ido consolidando una magnífica opinión. El DS 7 Crossback es un gran coche que no tiene nada que envidiar a los modelos Premium del segmento. Es verdad que 44.000 euros es dinero, sobre todo para un modelo de una marca que todavía no ha terminado de labrarse la imagen que necesita y merece. Sin embargo, el DS 7 Crossback es una caja de sorpresas que convence a base de argumentos contundentes que cualquier entendido sabrá valorar.

LA CLAVE

A la marca DS le queda mucho trabajo por delante para posicionarse donde merece, pero el DS 7 Crossback es el embajador perfecto para darla a conocer. Hay otros buenos DS, pero su buque insignia tiene todos los valores que la firma desea poner en valor. Y un dato clave: el DS 7 Crossback vale lo que cuesta.