Dacia es una de las marcas que mejor supera los malos tragos cuando las economía global se resiente. Y lo hace porque su filosofía 'low cost' juega siempre a su favor cuando vemos sus atractivos precios. Además, poco a poco se va ofreciendo un producto cada vez más cuidado, como es el caso de nuestro protagonista, el Duster.
Este SUV de perfil 'bajo' es cada día más apetecible. En su última puesta a punto matizó su diseño exterior y mejoró la calidad y la insonorización del interior. Y su última gracia recae sobre el motor de gasolina 1.3 TCe que en nuestra versión eroga 130 CV. Sí, es el mismo bloque que porta el Nissan Qashqai que probamos en este mismo número (en el japonés son 140 CV) y que también comparte con Renault y Mercedes.
Todo se cuida con más mimo, aunque no hay que esperar materiales nobles ni tecnologías de última hornada. Sus bazas siguen siendo la fiabilidad, la robustez y el precio. Con este propulsor y el acabado superior Prestige nos ofrece de serie, por 17.050 euros, control del ángulo muerto, cámara trasera con sensores de aparcamiento, climatizador, sistema de navegación, regulador-limitador de velocidad, asistente de arranque en pendientes, ordenador de viaje…
Y con el nuevo propulsor nos brinda más 'dulzura' y prestaciones que el anterior TCe de 125 CV, mucho más rudimentario. Nos ha llamado la atención que al ralentí los decibelios han sido menores que en el mencionado Qashqai, con el que no puede mantener el pulso, eso sí, en cuanto a prestaciones.
En cualquier caso, el mismo adelantamiento que hicimos con el Qashqai, pasando de 70 a 110 km/h en cuarta velocidad, lo completamos en el Duster en 7,1 segundos y 179 metros, 0,3 décimas de segundo y ocho metros más que en el Nissan. No es como para crucificarlo precisamente.
El cambio manual de seis relaciones tiene un tacto y guiado muy aceptables y sólo la dirección se hace algo lenta con las 3,1 vueltas de volante que firma entre topes.
Muy confortable en marcha, dinámicamente también se defiende, aunque los balanceos de la carrocería son más evidentes que en rivales directos. En este sentido su generosa altura al suelo (21 centímetros) le pasa factura.
A cambio le da más solvencia a la hora de afrontar pistas de tierra fuera del asfalto. Más aún con los neumáticos M+S que monta, pese a no tener ningún asistente de cara al 'off road' en esta versión con tracción delantera Y esta apuesta provoca que las distancias de frenado se alarguen algo más (también monta tambores en las ruedas traseras).
En cualquier caso esta versión del Duster es muy apetecible en todos los sentidos.
LA CLAVE
Desde que salió al mercado, bajo el paraguas de Renault, el Duster siempre ha conectado con el público. Su estatus 'low cost' no le impide mejorar día a día a nivel de calidad, refinamiento y dotación tecnológica. Claro ejemplo de ello es el atractivo motor TCe de 130 CV. Y sigue siendo imbatible en precio.
