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Volkswagen Golf Variant, Golf Sportsvan y Tiguan. La practicidad, en tres formatos

Pensemos en una familia tipo actual, compuesta por el matrimonio y dos chavales. Buscan un vehículo que ronde los 25.000 o 30.000 euros y que se adapte a sus necesidades de uso, básicamente viajes cortos de fin de semana, algunos desplazamientos más largos y con más equipaje en vacaciones, y recorridos frecuentes por la ciudad y su entorno camino del trabajo, el colegio o el centro comercial. Y ahí empezarán las dudas: ¿familiar, monovolumen o SUV? Somos conscientes de que la estética cuenta, de modo que si la elección final estará basada en lo que nos gusta o nos gusta cada uno, el lector puede dejar de leer aquí mismo, pues le bastará con saber que los tres cumplen a la perfección en labores familiares.

A los que no dan tanta relevancia a la forma del vehículo y valoran mucho los aspectos racionales va dirigida esta prueba, que enfrenta a dos productos muy recientes -Golf Variant y Golf Sportsvan- con un Tiguan a punto de ser relevado por la segunda generación, pero que por esa misma razón ofrece un equipamiento más generoso que nunca, como si quisiera despedirse 'dándolo todo'. Que el Tiguan esté tan bien dotado y que sea un SUV -tiene más empaque por su corpulencia o unas ruedas más grandes- se traduce en el precio, que supera el de sus rivales. Tomando como referencia los acabados básicos de cada uno -Edition en los dos Golf y T1 en el Tiguan- y las versiones con motor diésel de 110 CV, el SUV se va a 27.890 euros, que ahora se rebajan a 27.035 -pueden quedar en unos asombrosos 21.000 euros si el cliente se acoge al PIVE, descuentos por financiación, etc-. Frente a esos 27.035 del Tiguan T1, el Golf Variant Edition cuesta 23.740 euros, y 24.480 el Golf Sportsvan Edition.

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El Tiguan, más caro, pero más equipado

Pero la factura no lo es todo, y conviene hablar de la dotación de serie, donde el Tiguan toma ventaja para justificar su mayor precio. Bastará con señalar algunos elementos que trae, y no montan sus rivales: climatizador bizona, asistente de aparcamiento Park Assist 2.0 con radares de proximidad delante y detrás, retrovisor interior fotosensible, techo corredizo panorámico, sensores de lluvia y oscuridad, limitador de velocidad Tempomat o asistente de luz de carretera Light Assist. El nivel Edition de los Golf Variant y Sportsvan es más austero -y no ofrece tantas opciones como los acabados superiores-, aunque ambos se benefician ahora del paquete promocional Edition, que incluye llantas de aleación, faros antiniebla con luz de giro y radio-CD Composition Media con pantalla de 5,8 pulgadas. Y en el Variant, además, suma el apoyabrazos central delantero.

Al hablar de los precios vimos que el Sportsvan cuesta 740 euros más que el Variant; y puede sonar a diferencia injustificada, pero no lo es. Porque el Sportsvan tiene banqueta trasera corredera -el Tiguan también- y sistema de seguridad Pre-Crash, que prepara los diferentes dispositivos de seguridad ante una situación de riesgo. Curiosamente, en el Golf Variant sólo hay Pre-Crash a partir del nivel Advance.

En fin, que las diferencias de precio entre los tres se compensan a base de equipamiento, aunque echamos de menos un Tiguan con una dotación menos 'recargada' -muchos usuarios prescindirían gustosos de Park Assist, Light Assist o techo panorámico- para ajustar su factura a la baja.

De nuestros protagonistas, dos tienen mucho en común -Variant y Sportsvan comparten la plataforma MQB del nuevo Golf y el motor 1.6 TDI en su penúltima evolución con 110 CV-, mientras que el Tiguan 'va más por libre', pues cuenta con la veterana plataforma PQ35 -empleada en los Golf V y Golf VI, Scirocco, Jetta, Beetle, Skoda Yeti o Audi Q3, entre otros modelos del grupo- y recurre al motor 2.0 TDI de 110 CV.

El Variant es el más largo

Y luego están las diferencias ligadas a los estilos de sus carrocerías. Por ejemplo, el Variant es el más largo y bajo; el Sportsvan es el más corto y el Tiguan, el más alto. No es un detalle menor, pues sobre todo la longitud tiene importancia a la hora de estacionar o movernos por callejuelas. Y en ese ámbito los 4,56 metros del Variant pueden penalizarle un poco frente a los 4,34 del Sportsvan o los 4,43 del Tiguan -la nueva generación se alarga hasta 4,49 metros-. Además, Sportsvan y Tiguan aportan otra ventaja en la ciudad: su posición al volante más elevada. La anchura es prácticamente idéntica en los tres, mientras que en altura sí hay diversidad: de los 148 centímetros del Variant a los 170 del Tiguan, pasando por los 158 del Sportsvan. No creemos que eso tenga mayor trascendencia en el día a día, salvo que nuestra plaza de garaje tenga alguna limitación de altura por una viga o un conducto.

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La longitud extra del Variant, debida en parte a su generoso voladizo trasero, se traduce en el mayor maletero de los tres: 605 litros, ampliables a 1.620 si abatimos la segunda fila. De hecho, hace que parezcan pocos, cuando no lo son, los 500 litros -ampliables a 1.520- del Sportsvan, o los 470 -1.510 abatiendo la segunda fila- del Tiguan. No obstante, Sportsvan y Tiguan se reservan un as, y es su banqueta trasera corredera, que permite ganar espacio en la zona de carga -el Sportsvan puede pasar de 500 a 590 litros- comprimiendo el hueco para las piernas en la segunda fila. Y en opción, los dos derivados del Golf aquí presentes ofrecen el respaldo del copiloto abatible, solución perfecta para transportar objetos largos que el Tiguan no contempla. Es decir, que si el Variant gana la batalla del maletero, el Sportsvan se lleva la palma por versatilidad, aunque el Tiguan no se defiende precisamente mal en este capítulo.

El Sportsvan el más amplio en el interior

Pasamos al área de los pasajeros cinta métrica en mano, y aunque los tres habitáculos resultan amplios sí hay diferencias en algunas cotas. Por ejemplo, en la altura al techo, donde brilla el Sportsvan, con 103,5 centímetros delante y 98 detrás. El Tiguan se queda muy cerca -101 y 96,5 respectivamente-, mientras que el Variant, pese a ser el más bajo, también despunta en ese terreno: 95,5 delante y 94,5 detrás. En hueco para las piernas detrás vuelve a vencer el Sportsvan con sus 78,5 centímetros -medido con un conductor de 1,75 al volante-?, pero los 75 del Variant y 75,5 del Tiguan están realmente bien. Por último, en la cota de anchura en la segunda fila, determinante para acoplar a tres pasajeros, nuevo triunfo del Sportsvan -134,5 centímetros al nivel de las caderas-, seguido por el Tiguan -134- y el Variant -130,5-. Pueden parecer diferencias nimias, pero lo cierto es que se viaja más desahogado detrás en el Sportsvan o en el Tiguan que en el Variant.

Denominador común a los tres es la estupenda calidad de fabricación. Y ahí metemos desde los materiales, de tacto robusto, a la terminación y ajuste de piezas, pasando por el tacto de los mandos o la ubicación de los mismos, pues todo cae donde debe. Y aunque circulemos por mal asfalto no habrá vibraciones ni ruiditos.

Además, los tres interiores comparados destacan por la gran cantidad de huecos donde colocar objetos, como bolsas en las cuatro puertas, revisteros en los dos respaldos, una guanterita en el lado izquierdo, cofre entre los asientos delanteros, varios espacios en la consola central… Y en niveles de acabado superiores podemos conseguir cajones bajo las banquetas delanteras o, en el caso de Sportsvan y Tiguan, mesitas traseras tipo avión.

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110 caballos, pero motores diferentes

Si nos ponemos en marcha, antes deberíamos saber con qué contamos bajo el capó para movernos. En el caso de los Golf Variant y Sportsvan se recurre al motor diésel 1.6 TDI en su variante de 110 CV -no es la última, pues dicha mecánica ya rinde 120 CV en varios modelos del grupo-, que se asocia a una caja manual de sólo cinco marchas. También podemos pedir el cambio automático DSG7 de doble embrague y siete marchas, pero sólo a partir del acabado Business, 480 euros más caro que el Edition, y pagando 1.790 euros más, que no es precisamente poco aunque su funcionamiento sea excelente y no influya negativamente en prestaciones o consumo. En cuanto al Tiguan, equipa un 2.0 TDI, también con 110 CV pero ligado a un cambio manual de seis marchas. Y aquí no hay posibilidad de pedir cambio DSG, que el SUV de Volkswagen reserva, como la tracción total 4Motion, a los 2.0 TDI de 150 y 184 CV.

Le viene bien al Tiguan montar una marcha más y un motor de superior cilindrada, que se traduce en más par, para compensar su peor aerodinámica -en carretera le penaliza su mayor altura- y su peso elevado: 1.543 kilos, frente a los 1.395 del Variant y los 1.420 del Sportsvan. El motor del Tiguan destaca por su progresividad y buen empuje en regímenes bajos y medios, pues los 28,8 mkg están disponibles de 1.750 a 2.750 rpm y los 110 CV de potencia están ahí entre 2.750 y 4.200 vueltas. Pero los ingenieros de Wolfsburg también han firmado un trabajo redondo con el 1.6 TDI 110 de los Golf, pues los 25,5 mkg de par máximo son constantes entre 1.500 y 3.000 rpm, y los 110 CV están disponibles de 3.200 a 4.000 vueltas.

En prestaciones, los Golf mejor que el Tiguan

El 2.0 TDI resulta un poco más ruidoso que el 1.6 TDI, pero ambas mecánicas son igual de suaves. En cuanto a prestaciones puras, la relación entre peso y potencia de nuestros protagonistas dicta sentencia, y los dos Golf -realmente igualados entre sí- sacan cierta ventaja al Tiguan. Así, en la aceleración de 0 a 100 km/h hemos medido 10,8 segundos al Variant y 10,9 al Sportsvan, por los 12,2 del Tiguan. Y el SUV de Volkswagen se muestra parsimonioso en las recuperaciones afrontadas en sexta, marcha pensada para desahogar la mecánica en autovía pero no para efectuar adelantamientos, pues de 80 a 120 km/h requiere la friolera de 21,8 segundos. Sin embargo, en cuarta y quinta el Tiguan empuja bastante bien, y si en las maniobras de 80 a 120 km/h sigue cediendo algunas décimas frente a sus oponentes, en las recuperaciones desde muy bajo régimen ?iniciadas a sólo 40 km/h? supera a Variant y Tiguan, pues ahí es donde el 1.6 TDI de los Golf echa de menos una mayor cilindrada. O un cambio con una marcha más.

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Unas cosas con otras, no debe hablarse de un claro derrotado en prestaciones, pues si el Tiguan es superado en varias mediciones, también es cierto que jamás transmite la impresión de estar inframotorizado. Y podemos unir a eso otro factor: los dos Golf no son precisamente 'balas' con el 1.6 TDI 110.

Y en consumos, también

Por el contrario, hay más diferencias en el consumo, como ya muestran los datos oficiales: 3,9 l/100 km los Golf y 5,0 el Tiguan, que monta un depósito de 64 litros ?50 en sus rivales?. En nuestro recorrido habitual, con un 50 por ciento de kilometraje por autovía, un 30 en ciudad y un 20 en carreteras locales, se ha mostrado menos sediento el Golf Variant, con 5,4 litros de media, mientras que el Golf Sportsvan se ha ido a 5,8 litros. Aunque homologuen idéntica cifra, tiene más lógica que el modelo monovolumen, más alto y algo más pesado, acabe gastando un poco más que el familiar. En cualquier caso, buenos datos los dos.

El Tiguan, pese a su larga sexta -57,2 km/h por cada 1.000 revoluciones- arrojó en el ensayo un consumo real de 6,7 l/100 km, que también nos parece ajustado si tenemos en cuenta su mayor tamaño, el peso extra y la cilindrada del motor. Pero debemos ser conscientes de que moverse en un SUV sale más caro. Y no sólo por el carburante, sino también por sus neumáticos más grandes: los 235/55 R17 cuestan el doble que los 195/65 R15 de los Golf.

Por último, resaltar un punto donde el Tiguan es más resolutivo: hasta sus versiones de tracción delantera permiten circular por caminos -no hablamos de barro o de arena suelta, pues ahí lo pasaría mal- gracias a sus 20 centímetros de altura al suelo -6 más que las dos variantes del Golf-, de manera que las familias muy aventureras tendrán más libertad de movimientos con el SUV. Y eso, lógicamente, también cuenta.

La clave

Opino que el Tiguan es más coche, pues te permite hacer más cosas. Básicamente, porque es un SUV, e incluso esta versión 4×2 probada se atreve con salidas fuera del asfalto si el terreno no es una trampa. Dicho eso, confesaré que el Sportsvan es el que más me gustó durante la semana de prueba, pues siendo el más corto ?eso se agradece en ciudad?, presume de mucha funcionalidad. Y si buscamos el máximo espacio para carga, mejor el Variant.