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Opel Corsa/Peugeot 208/Renault Clio/Seat Ibiza/Volkswagen Polo. No hay quinto malo

Se ha convertido en una 'leyenda urbana' que los utilitarios son el segundo coche de la casa, a ese que se recurre cuando no queda más remedio o para los quehaceres diarios. Los integrantes del segmento B han ganado prestancia, imagen, tecnología, espacio… Y aunque los pequeños crossover se han convertido en sus peores enemigos, los utilitarios presumen de tener un gran tozo del pastel en cuanto a ventas. 

Los gasolina ganan terreno

La relación gasolina-diésel sigue decantándose del lado de estos últimos, pero paso a paso, y gracias a la llegada de nuevos motores que llevan la filosofía 'downsizing' a la máxima expresión, el cerco a los TDI, dCi, BlueHDi o CDTi se estrecha a pasos de gigante. Todos los aquí presentes apuestan por estos brillantes motores sobrealimentados, que ponen contra las cuerdas a cualquier diésel, incluso en apartados como el consumo. Por ejemplo, entre un Ibiza 1.0 Eco TSI 110 y un Ibiza 1.4 TDI 105 hay 0,7 l/100 km de diferencia en favor del diésel -según lo homologado-, lo que hace que los 1.720 euros que los distancian no puedan ser amortizados jamás por la mayoría de los conductores.

Comenzaremos con este 1.0 Eco TSI, un nuevo corazón de tres cilindros desarrollado por el grupo Volkswagen que cuenta con inyección directa y turbocompresor. Se ofrece con 95 y 110 CV, y entre ellos sólo hay 450 euros de diferencia, por lo que la elección está clara, ¿no? Este eficiente motor reemplaza al 1.2 TSI con cuatro cilindros que aún utiliza 'nuestro' Polo, aunque por poco tiempo. Y es una configuración mecánica, la de los cuatro cilindros, calcada a la del Clio GT, mientras que 208 y Corsa sí se han pasado ya a la 'moda' tricilíndrica.

¿Qué podemos decir a estas alturas del 1.2 TSI? Es un propulsor suave, solvente y prestacional, capaz de impulsar a un Polo como éste o a un Audi A3 con resultados sorprendentes. Lo mismo ocurre con el reputado 1.2 PureTech del 208, un corazón que encontramos incluso en un DS4, por poner un ejemplo. Son dos consagrados propulsores, pero los otros motores de tres cilindros pueden resultarnos desconocidos, comenzando por el 1.0 Eco TSI de Seat y seguido por el 1.0 Turbo de Opel, con el que deberás entrenar el oído para detectar si tiene tres o cuatro cilindros, ya que su agrado nos ha sorprendido.

Clio, el de toque más deportivo

El toque deportivo corre por cuenta del Clio GT; y hablamos en singular, pues la firma del rombo nos limita a este acabado, este motor y este cambio EDC de doble embrague y 6 velocidades heredado del Clio R.S., sólo que con 80 CV de diferencia. Si nos parecen demasiados esos 120 CV, existe una alternativa tricilíndrica y más personalizable que este GT, pero el 0.9 TCe se queda en 90 CV de potencia.

Cualquiera de nuestros protagonistas te va a sorprender con sus prestaciones. Para un uso urbano cumplen sobramente, y todos equipan Start-Stop. Si abusamos de este tipo de conducción, el Clio ya viene de serie con cambio automático para incrementar el confort, opción disponible para los Peugeot 208 -1.200 euros-, Seat Ibiza -1.100 euros- y VW Polo -1.630 euros-. Precisamente este Polo equipaba el cambio DSG7 -también combinado con Start-Stop-, todo un referente, pero que en este caso no le ha ayudado a sacar pecho frente a sus competidores en lo que a prestaciones se refiere. En el caso del Corsa, se ofrece un cambio automático, pero con el veterano motor 1.4 de 90 CV.

Todos cumplen con nota en carretera

Bastantes de los que tengan en mente uno de nuestros protagonistas no lo utilizarán sólo para desplazamientos urbanos. En carretera cumplirán con tus expectativas, pues el que 'menos' corre es el 208 y alcanza 190 km/h, prácticamente la velocidad de la que presumía todo un deportivo como era el Peugeot 205 GTi. Los ritmos legales se mantienen sin complicaciones incluso con el aforo completo; y, encima, con unos ajustados consumos.

Pero pongamos un ejemplo práctico. Si repostamos 50 euros de combustible -unos 43 litros de gasolina- y circulamos a 120 km/h, con Ibiza y 208 podemos recorrer 741 kilómetros, 704 con el Polo, 672 con el Corsa y 623 con el Clio.

Con este ejemplo se demuestra que las cinco marchas del Peugeot 208 no son un problema -con seis en el resto-, porque sus desarrollos están bien escalonados, mientras que un poco de cilindrada extra frente a Ibiza y Corsa le da más 'vidilla' en lo que se refiere a las sensaciones al volante.

En carreteras de doble sentido el mejor aliado es el Polo, pues este cambio DSG7 es capaz de reducir de séptima a tercera de forma instantánea con sólo pisar a fondo el acelerador. Si tuviera un cambio manual estaría emparejado con el Ibiza, que corre de verdad. Y aunque por debajo de 2.000 rpm el 1.0 Eco TSI se hace el remolón, por encima tiene una energía inusual en un tricilíndrico, con 2,6 mkg de par máximo más que el 1.2 TSI.

Los tres cilindros evolucionan a pasos agigantados

Nos ha sorprendido el 1.0 Turbo de Opel, suave y agradable, y que empuja desde poco más de 1.000 rpm. El 1.2 PureTech es todo un referente a la hora de hablar de prestaciones, mientras que el 1.2 TCe es más refinado gracias a sus cuatro cilindros, aunque en este aspecto las mecánicas de tres cilindros han evolucionado a pasos agigantados.

Si analizamos los consumos reales, el Clio GT es el peor parado, pues su media se va hasta 6,7 l/100 km, 1,2 litros por encima del más ahorrador, el Ibiza.

Pero quienes deseen un vehículo con el que divertirse, aunque gaste algo más, el Clio será su opción porque tiene R.S. Mode, suspensiones deportivas y un cambio con levas fijas tras el volante. Contrasta su carácter deportivo con que sea el único equipado con tambores de freno traseros, pero éstos no lastran sus frenadas frente a la competencia.

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Los acabados de los Polo y 208 conllevan suspensiones más firmes y unos generosos neumáticos, que les confieren unas dinámicas de tendencia deportiva. Y si el Ibiza tuviera acabado FR seguiría sus estelas, pero este Style es más sosegado, y combina confort y dinamismo a partes iguales. En el Corsa, por su parte, parece haberse priorizado la vertiente del confort.

Todos los avances aplicados al mundo del automóvil en los últimos tiempos tienen su razón de ser. Personalmente veo con buenos ojos la inmensa mayoría de ellos, pero sigo sin entender el motivo de que haya crecido tanto el tamaño de los vehículos. El primer Clio medía 371 centímetros de largo y 26 años después ya vamos por 408 metros, sólo 8 menos que un Renault 19. Pero entre sus rivales sucede lo mismo. Soy de los que piensan que un utilitario no debería sobrepasar la barrera de los cuatro metros, una premisa que sólo respetan dos integrantes del quinteto; y, la verdad, es que metro en mano no son los más pequeños por dentro. Bien es cierto que en todos ellos el espacio interior está bien aprovechado, destacando los 300 litros de maletero del Clio, con una rueda de repuesto en el exterior. El resto le sigue a un paso, y brillan 208 y Polo, que además tienen rueda de repuesto de verdad, elemento que en Ibiza -siempre que no optemos por el Seat Sound- y Corsa hay que pagar aparte, pues de serie equipan el 'famoso' kit reparapinchazos.

Todos tienen respaldos abatibles en dos partes asimétricas para ampliar su espacio de carga, pero ninguno añade asiento del acompañante delantero abatible. Los más funcionales son Corsa y Polo, que equipan incluso un piso que se puede colocar a diferente altura; y el respaldo del Corsa se puede inclinar en dos posiciones, y además ofrece la opción, por 650 euros, del FlexFix para transportar hasta tres bicicletas.

Espacio justo para 5 ocupantes

Somos realistas, hablamos de utilitarios. Cinco adultos no se acomodarán con un mínimo confort en ninguno de ellos, pero tres niños caben sin problemas en la parte trasera. Para ello habrá que pasar por caja en Opel, Renault y Seat, que nos cobran por añadir un tercer reposacabezas posterior. Metro en mano hay ligeras diferencias. Delante todos presentan un espacio similar, además de una buena ergonomía y puestos de conducción lógicos -el más atípico es el 208, con su original i-Cockpit y su pequeño volante- donde son protagonistas las ya habituales pantallas táctiles, elemento que sólo en Opel es opcional. El Polo está muy bien acabado, seguido del Corsa. Y ambos son los únicos con algo que muchos pueden tildar de ?chorrada?, pero que particularmente me gusta: un segundo plafón para iluminar los asientos posteriores.

Es momento de investigar estas plazas traseras, equipadas con sistemas de retención Isofix para sillas infabtiles. El Peugeot 208 saca pecho en anchura, mientras que si somos de buena talla, los que más altura libre al techo ofrecen son Corsa y Polo, curiosamente los dos que equipaban techo solar en las unidades probadas. Detalles a mejorar hay en todos, ya que las puertas del Clio no dejan mucha altura para la cabeza y es fácil chocar con la parte superior al entrar. Los 208 no tienen asideros interiores y el Corsa sí, pero dan un feo golpe al soltarlos, mientras que Polo e Ibiza presentan un voluminoso túnel central que incomoda al pasajero sentado en el medio.

Pero cuando comparamos hay que ser coherentes y someterlos a las mismas condiciones. Mido 1,74 metros, y conmigo al volante en una posición cómoda el que más espacio ofrece para los ocupantes traseros es el Ibiza, con 69 centímetros. Al rebufo le van 208 y Corsa, con 68 centímetros, seguidos del Polo, con 67. El más pequeño detrás es el Clio, con solo 63 centímetros, y esa diferencia se nota.

Polo y Corsa brillan en acabados

Hemos dicho que en acabado tanto el VW Polo como el Opel Corsa están un pasito por delante del resto, precisamente dos modelos, junto al Seat Ibiza, que podemos considerar producto nacional, pues el Polo se fabrica en Navarra, el Corsa nace en Zaragoza y el Ibiza se produce en Barcelona. En cambio, 208 y Clio vienen de factorías francesas.

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Es curioso cómo Renault sólo ofrece este 1.2 TCe en una única combinación, lo que limita su clientela. Tampoco hay un Clio de tres puertas -con este motor no hay Clio Grand Tour-, y por debajo tenemos el 0.9 TCe. Esto hace que su precio se resienta, sin que saque partido en equipamiento, incluído el de seguridad, pues no puede ofrecer airbag de cortina ni en opción. Los otros cuatro modelos ofrecen a sus clientes más variedad: tres o cinco puertas -el Ibiza tiene además variante familiar ST-, diferentes acabados, cambios automáticos o manuales… Esto permite ajustar nuestra opción a la economía familiar, pues si este 208 GT-Line nos parece caro, también se ofrece con acabados Active o Allure. Del mismo modo, el Ibiza combina este 1.0 Eco TSI con los niveles Style y FR. Ahora bien, la demanda de estos motores de gasolina sigue siendo minoritaria -por poco tiempo-, y las marcas aún limitan sus versiones. De ahí que el Corsa sólo esté disponible en versión Excellence y el Polo sólo en Sport.

Equilibrados por precio y equipamiento

Los elegidos para esta prueba nos parecen los más acertados por su relación precio/equipamiento, donde pocas lagunas encontraremos en sus dotaciones de serie. Y basta con echar un vistazo a sus opciones para solucionarlo, y a precios bastante comedidos.

Sorprende que el Corsa más equipado de toda la gama equipe faros de xenón de serie y relegue a opción los sensores de lluvia y luces, el climatizador o la pantalla táctil. También opción es el Opel Eye, con los últimos asistentes de seguridad activa, que de este quinteto sólo puede equipar el Corsa, convirtiéndole en un 'fortín' con ruedas. De serie tiene llamada de emergencia, que en el 208 es opcional junto al navegador. Ahora bien, el Corsa es el único con cuatro estrellas EuroNCAP 'su test ha sido el último en realizarse, con medidas más estrictas que las aplicadas a sus rivales, que obtuvieron cinco estrellas'. Estas lagunas en equipamiento quedan en una anécdota cuando ves el precio que tiene con los actuales descuentos, pues pasa de ser el más caro a la segunda posición. Poco más caro es el 208, cuyo equipo de serie es muy completo.

El Clio GT, que a priori era caro, también rebaja su precio drásticamente gracias a los descuentos, y es unos 2.000 euros más asequible que el Polo equipado con cambio manual. Y es que la calidad tiene un precio, en ocasiones injustificado. Por ejemplo, el Polo que tienes en imágenes superaba los 25.000 euros con los extras que incorporaba.

El más barato de todos es el Ibiza, que se queda en unos más que atractivos 13.530 euros. Son unos 1.000 euros menos que el Corsa, y con esa diferencia podemos cubrir sus carencias en equipamiento -airbag de cortina, elevalunas traseros o pack Connect-. Además, este Ibiza ha demostrado ser el más equilibrado en prestaciones y consumos, y aunque su imagen quizá está ya 'demasiado vista' mantiene el tipo se enfrente a quien se enfrente.

La clave

La moda 'crossover' acecha a los utilitarios, un segmento en plena forma y con integrantes de nivel, donde aterrizan estos solventes motores de gasolina, que demuestran brillar en prestaciones y consumos. El Ibiza presume de equilibrio general, y tiene un motor brillante, pero cualquiera de ellos es una alternativa de éxito. Cada uno posee sus virtudes y sus defectos, pero cualquiera será una excelente opción. De hecho, mi favorito no gana esta comparativa.