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Mini Cooper 5p / Seat León FR. Entre el capricho y la lógica

En 2013 ya predije que a los de Mini se les estaba yendo de las manos la gama y estaban lanzando modelos un poco a lo loco, sin casi realizar estudios de mercado. Modelos que más tarde se ha demostrado que no han convencido a suficientes compradores como para ser rentables. Y es que entre finales de 2011 y mediados de 2013 la marca perteneciente a BMW, muy crecida por su exitosa trayectoria, puso a la venta versiones tan extremas y poco comerciales como el Mini Roadster, el Mini Coupé o el Mini Paceman. Modelos que tras una carrera meteórica hacia la ruina, han dejado de venderse (Roadster y Coupé) o van a hacerlo en breve (Paceman).

Hoy sin embargo enfrentamos a un Mini más racional y exitoso con el compacto más vendido del mercado español, el Seat León. Y enfrentamos al modelo español con el Mini de 5 puertas porque el Clubman, que por tamaño sería el rival más directo del Seat, cuesta 6.000 euros más y su habitabilidad o maletero, todavía inferiores a los mostrados por el modelo de la marca española, no habrían sido determinantes en un resultado final marcado también por esa excesiva diferencia de precio con ventaja para el León.

Mini, ya no es tan exclusivo

Y es que un capricho es un capricho, y no hay caprichos baratos. Hay que reconocer que el Mini tiene personalidad y encanto. Sobre todo si, como es el caso de nuestra unidad de pruebas, va equipado con un carete paquete exterior John Cooper Works de 2.250 euros. Sin tanto adorno también resulta convincente, aunque cada vez menos porque el Mini sigue siendo un modelo coqueto, pero ha dejado ya de ser un coche exclusivo. Es lo que tiene hincharse a vender coches, que cuando se ven hasta en la sopa pierden parte del encanto.

El León de Seat no tiene de partida ese problema. No se vende como 'premium' ni como exclusivo y se ven por la calle a montones. Por algo es el compacto más vendido en España con una diferencia abismal respecto al siguiente en la lista. Pero también hay que reconocer que además de ser uno de los compactos de líneas más agradecidas, cuando se pone el equipo de 'fitness' el León se viene arriba mostrando su mejor cara a los que buscan diferenciarse. Y como en el Mini, tampoco es barata la dotación ya que el kit aerodinámico de Seat Sport cuesta nada menos que 2.640 euros. Pero con este traje el León parece otro.

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Al hablar de 5 puertas en un Mini parece que nos refiramos a una versión mucho más grande y en realidad solo es 16 centímetros mayor que uno de 3 puertas. Esto quiere decir que respecto al Seat León, el Mini es 26 centímetros más corto y 14 más bajo. Y como era de esperar el Seat arrasa en habitabilidad, pero hay sorpresas inesperadas. Por ejemplo que, contra todo pronóstico, la altura en las plazas traseras es la misma en ambos modelos, que los asientos delanteros ofrecen la misma anchura y más profundidad en el británico o que la altura de carga es bastante menor en el Mini, lo que favorece el proceso de colocar el equipaje. Un equipaje que en el Mini se va a cargar rápido, ya que el modelo británico tiene un maletero de sólo 278 litros, 100 menos que su rival y menos incluso que un deportivo coupé como el Audi TT.

Más amplio y mejor accesible el León

La mayor diferencia es que el Seat mide 84 centímetros en el plano longitudinal mientras que en el Mini ese dato se queda en 59 centímetros. Y dentro del balance negativo para el Mini, dos cosas a su favor que compensan en parte el desastre: los respaldos traseros se regulan en inclinación (aunque cualquier variación que permita ganar algo de maletero multiplica la incomodidad de los pasajeros de atrás) y cuenta con un doble fondo de maletero que permite ocultar lo que se desee y a la vez favorece que quede una superficie plana cuando se abaten los respaldos traseros.

Claro que la unidad de pruebas de nuestro Mini de 5 puertas llevaba, para ocupar el mínimo espacio posible en ese maletero, neumáticos RunFlat renunciando incluso al típico kit de reparación que sí llevaba su rival. El Mini tiene dos puertas traseras lo que no quiere decir que sea más fácil acceder a la parte de atrás. Y es que el ancho de esas puertas en el León es 16 centímetros mayor y el hueco de acceso que dejan una vez abiertas es 15 centímetros más grande en el modelo español.

La presentación interior del Mini es más sofisticada y chic, sin embargo cuesta acostumbrarse a una disposición de los elementos más dispersa y menos práctica. Por contra, el León ofrece una colocación más lógica, ordenada y ergonómica de sus mandos, más huecos portaobjetos y guanteras más capaces, todo a costa de un diseño más tradicional y si se quiere más aburrido. En ambos la calidad es una seña de identidad y en cuanto a equipamiento el León, a pesar de ser 3.000 euros más barato, cuenta con un rico equipamiento de serie que dispara aún más la diferencia de precio inicial. Porque el Seat, en acabado FR Advanced, lleva de serie un equipo por el que en el Mini hay que pagar un plus sustancioso. Son elementos como los faros Full LED, la suspensión deportiva, los sensores de lluvia y luces, el RadioCD con reconocimiento de voz, pantalla de 6,5 pulgadas, lector de tarjetas SD…, el Driving Asistance Pack, y un largo etcétera. Pero en ambos tenemos que criticar que las levas de cambio en el volante sean opcionales o que ninguno lleve rueda de respuesto der serie, ni siquiera de galleta.

Dos grandes motores

El motor del Mini, con prácticamente la misma cilindrada pero 14 caballos menos que el del León, se defiende como gato panza arriba acoplado a un cambio automático de 6 marchas que sin ser de doble embrague responde muy rápido a los cambios en modo manual (mejor con las levas opcionales). El coche pesa 65 kilos menos que el Seat y su desarrollo de 6ª es más cortito lo que permite al modelo británico mejorar ligeramente los datos de recuperación de su rival. Pero son sólo una o dos décimas, mientras que en aceleración el cambio DSG del León demuestra todo su potencial y consigue cifras claramente mejores. No es de extrañar cuando hablamos del excelente motor 2.0 TDI de 184 caballos, un motor referencia en el mercado que permite que nos olvidemos de los gasolina a la hora de buscar prestaciones.

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La mecánica del León es también más refinada con hasta 6 decibelios menos que su rival en algunas mediciones, lo que supone un salto importante en cuanto a agrado de conducción. En este aspecto el Mini no sale muy bien parado la verdad. Porque a esa mayor sonoridad hay que sumarle un comportamiento algo especial. Nada que objetar cuando el asfalto está perfectamente liso porque en una superficie de esas características el Mini va como un kart, vira plano y resulta divertido y manejable, es decir como casi todos los Mini. Sin embargo cuando el piso es desigual, el asfalto se deteriora o abundan los baches, algo habitual en las carreteras o ciudades españolas, el Mini Cooper SD 5P se transforma en un modelo de reacciones secas, un coche incómodo, nervioso y algo desagradable por sus continuos saltos.

Comportamiento delicado en mojado

En mojado la cosa se complica aún más y el coche se vuelve bastante delicado y el ESP tiene que hacer horas extras. Para rematar, la unidad probada ha necesitado 6 metros más que el León para frenar a 90 km/h y 3 metros más que el Seat para detener el coche a 120 km/h. Un equipo de frenos que no se corresponde ni con la potencia ni con la filosofía del coche.

Con el León se va igual de deprisa en una curva teniendolo todo más controlado y además, se va más relajado que en el Mini. Quizá en situaciones ideales el Seat no transmita tanta deportividad como el modelo británico pero se consiguen los mismos resultados en eficacia y la misma velocidad de paso por curva.

Al final el lógico Seat León resulta más aconsejable que el caprichoso Mini de 5 puertas. Pero, como es lógico, tú tienes la última palabra.

La clave

Los Mini ya no son lo que eran. Me refiero a que antes veías un Mini y te hacía volver la cabeza y ahora hay tantos que ya pasan desapercibidos. Es verdad que hay auténticas joyas a nivel personalización, un mercado que abrió esa marca no sin esfuerzo. Pero a pesar de la variedad y los elevados precios, el Mini ya no es tan exclusivo. Ahora entre la jet y la gente adinerada está de moda el Evoque. Y el León entre los que buscan practicidad, calidad, estilo y una pizca de deportividad cómoda. Y a mejor precio.