comscore

Comparativa Ford Fiesta 1.0 EcoBoost 125 CV y Ford EcoSport 1.0 EcoBoost 125 CV. Diferente espíritu, un mismo corazón

En semanas anteriores hemos enfrentado los Renault Clio y Renault Captur, además de los Peugeot 208 y Peugeot 2008. En ambas comparativas, la balanza se ha decantado del lado del utilitario en detrimento de los tan de moda «crossover» urbanos, por un sencillo pero a la vez pesado argumento, que no es ni más ni menos que el económico.

Muy ajustados » 20 euros de diferencia

Entre los modelos del rombo había una diferencia de 2.264 euros en favor del Clio, mientras que el Peugeot 208 costaba 2.610 euros menos que un 2008 una vez igualados en equipamiento y aplicado los descuentos pertinentes.

Pero entre Fiesta y EcoSport la diferencia económica se aprieta a límites inusuales, tanto que se reduce a 20 euros, y son a favor del «crossover». Esto me permitiría terminar esta comparativa sin complicarme y te diría: «cómprate el que más te guste». Pero vamos a analizar cuál es el más lógico.

El Ford Fiesta sólo se vende con el acabado Titanium X -exclusivo para este motor y las cinco puertas-, y debemos sumar la rueda de repuesto, la llave manos libres y los elevalunas eléctricos traseros para igualarlo al EcoSport. Y eso que en Ford han reducido el equipamiento de su pequeño «crossover», y ahora si queremos, tenemos que pagar aparte la tapicería de cuero, el sensor de aparcamiento trasero, el control de velocidad… Antes eran de serie, pero su precio rondaba los 21.500 euros y lo hacía poco competitivo. Es la principal razón por la que sólo han vendido 733 unidades en 2014, por los 8.897 Peugeot 2008 y los 11.621 Renault Captur.

Ahora bien, Ford nos regala en el Fiesta el navegador, la radio Sony, la cámara de marcha atrás y el asistente de llamada de emergencia, todo ello valorado en 1.200 euros. Por último, también equipa «Auto-Start-Stop», sistema que como todo el equipamiento anterior, no ofrece ni puede el EcoSport, y que está claro que cuesta más que los 20 euros que los separan, inclinando el apartado económico del lado del Fiesta.

Si además tenemos en cuenta que el descuento en ambos llega a los 4.900 euros -financiando con Ford y sumando el Plan PIVE-, hablamos de un precio final de 14.820 euros para el Fiesta y 14.800 euros para el EcoSport, con algo menos de equipamiento.

Ambos tienen alternativas diésel, pero ninguno ofrece la opción de un cambio automático, ni tampoco hay un EcoSport 4×4.

Queda claro que son modelos muy distintos a nivel estético. Al Fiesta puede que le pase factura sus siete años en el mercado, mientras que el Ford EcoSport fue diseñado y desarrollado para mercados emergentes, de ahí detalles como su contundente frontal o la posición de la rueda de repuesto, la cual condiciona muchos aspectos en el día a día, con más puntos en contra que a favor. Ahora se ofrece un Ford EcoSport sin esta peculiar rueda de repuesto colocada en el portón.

El Ford Fiesta mide 3,97 metros de largo, y el EcoSport, 3,99 metros. Eso es sin contar su rueda de repuesto, pues con ella crece hasta los 4,27 metros, 6 centímetros menos que un Focus y 30 centímetros más que el Fiesta, lo que en muchas ocasiones supone la diferencia entre aparcar o no. Pero hay algún que otro «pero» más a la ubicación de dicha rueda, como el que ha obligado a equipar un portón con apertura lateral, por lo que debemos estacionar a 1,30 metros de una pared o de otro coche si lo queremos abrir por completo.

El Ford EcoSport saca partido a sus 1,65 metros de altura, pues proporcionan un mayor confort a la hora de entrar y salir del vehículo si lo comparamos con un turismo. También presume de altura libre al suelo con 20 centímetros -15 tiene un Fiesta, 17 un Captur y 16,5 un 2008-, por lo que puede ser una opción a tener en cuenta si frecuentamos pistas en mal estado o caminos rurales. En ese caso, mejor quedarnos con las llantas de 16 pulgadas de serie y no equipar las opcionales de 17.

Los 4,27 metros que mide el Ford EcoSport son de «mentira», y no les saca partido en lo que a habitabilidad se refiere, aunque sí es verdad que por su mayor volumen, ofrece una mayor sensación de amplitud.

También es verdad que el maletero es 20 litros más grande -310 litros frente a los 290 del Fiesta-, y que el EcoSport suma un respaldo trasero reclinable en varias posiciones, por lo que el «crossover» suma puntos en funcionalidad.

Metro en mano, las plazas traseras de ambos tienen unas cotas similares -hay algún centímetro extra en altura interior en el EcoSport-, y con un conductor de 1,75 metros al volante, medimos 70 centímetros para las piernas de los ocupantes traseros en el EcoSport, y 67 centímetros en el caso del Fiesta, lo que no supone una diferencia alarmante. Ahora bien, la posición más elevada de los asientos traseros condiciona nuestra postura y da la sensación de que hay más espacio en el «crossover» de Ford, pero no es más que una 'ilusión óptica'.

Delante sucede algo similar a la hora de hablar de espacio. Los dos tienen un volante con regulación en altura y profundidad, por lo que encontrar la postura de conducción ideal es cuestión de segundos. Precisamente esa postura de conducción es lo que más les distancia, pues el Ford EcoSport presenta una mejor visibilidad de todo nuestro entorno -la criticada rueda de repuesto se ha bajado para ver bien por el retrovisor interior-, mientras que el Fiesta no deja de ser un turismo.

En ambos modelos la presentación interior es muy similar -usan el mismo volante, relojes, mandos del climatizador, de luces…-. También hay multitud de pequeños huecos en los que dejar los objetos cotidianos como el teléfono -los dos equipan SYNC2 con reconocimiento de voz, Bluetooth, AppLink…-. Ahora bien, a la hora de analizar la calidad, el Fiesta se impone con distancia al EcoSport, pues tanto sus ajustes como los plásticos utilizados son mucho mejores y aportan más empaque.

1.0 EcoBoost » 125 enérgicos caballos

A diferencia de decantarnos por mecánicas diésel como en las dos comparativas anteriores «SUV o utilitario», en los Ford hemos apostado por el revolucionario 1.0 EcoBoost.

Se trata de un motor ya conocido por todos, con tres cilindros, 999 centímetros cúbicos, turbo e intercooler capaz de ofrecer en ambos una potencia de 125 CV, pero un par máximo de 20,4 mkg en el Fiesta y 17,3 mkg en el EcoSport, en los dos disponibles desde 1.400 rpm. Suponemos que para no encarecer el producto, Ford recurre a un cambio manual de 5 velocidades, cuando con esta mecánica un Focus o un C-Max, tienen 6 marchas. Ahora bien, su tacto y precisión es de lo mejor del mercado.

Precisamente este cambio es el que condiciona el rendimiento de ambos modelos y también sus consumos, con una quinta marcha muy corta en el caso del EcoSport. Es por ello que circulando a 120 km/h, el motor del EcoSport gira a 3.225 rpm, mientras que el del Fiesta lo hace a 2.800 rpm. Si a ello sumamos su mayor altura y un peso 249 kilos superior al del Fiesta, es comprensible que el EcoSport consuma 1,1 l/100 km más, gasto que se eleva en 1,5 l/100 km rodando a 140 km/h. También en ciudad, la ausencia de «Auto-Start-Stop» hace que el EcoSport gaste más que el Fiesta, por lo que al final el consumo medio es 1,2 l/100 km superior en el EcoSport. Este mayor gasto hace que los 20 euros de diferencia se pulvericen con dos depósitos.

Si no vamos a hacer muchos kilómetros a lo largo del año, el consumo del EcoSport no es como para escandalizarse, pero de no ser así, mejor quedarnos con el Fiesta.

Los 125 CV del propulsor 1.0 EcoBoost empujan con energía en ambos modelos, pues ni acelerando ni recuprando nos darán sensación de que no corren. Si es cierto que el Fiesta se impone a la hora de arancar por su menor peso, destacando que ambos han rebajado el tiempo homologado para pasar de 0 a 100 km/h. Los cortos desarrollos del cambio en el Ford EcoSport, los cuales le hacen consumir más que el Fiesta, disimulan a la perfección su sobrepeso y le permiten sacar pecho a la hora de recuperar y adelantar, con registros incluso mejores que los del Fiesta y sorprendentes para un vehículo de su categoría.

Recordemos que entre ambos hay 249 kilos de peso de diferencia -99 kilos había entre Clio y Captur, y 80 kilos entre 208 y 2008, siempre a favor del utilitario-, los cuales tampoco son determinantes a la hora de analizar el comportamiento dinámico de ambos modelos, aunque depende de para qué lo queramos. Es verdad que el Ford EcoSport nos ha dejado gratamente sorprendidos por su aplomo, aunque también hay que reconocer que el Ford Fiesta es todo un ejemplo a seguir en este apartado, y si lo nuestro es divertirnos en tramos de curvas o pasarlo bien aunque sea en la primera rotonda que veamos, mi decisión es clara. Ahora bien, para realizar una conducción cotidiana, cualquiera nos soluciona la papeleta y el EcoSport tiene un tarado de suspensiones más confortable, que mima al pasaje si circulamos con frecuencia sobre firme en mal estado o si tenemos que luchar diariamente con la infinidad de «guardias tumbados» que proliferan en la urbe.

Ambos recurren a un sencillo equipo de frenos, con unos tambores en el eje trasero -algo que debería pasar a la historia-. Frenan bien, pero el mayor peso del EcoSport alarga las frenadas hasta 6 metros respecto al Fiesta para detenernos desde 120 km/h.