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Probamos el Audi S4 3.0 TFSi Quattro Tiptronic. Dulce vitamina

Pocos de los que acudan a Audi en busca de un A4 tendrán en mente salir de la tienda con un S4 de 354 CV, pues las versiones 'normales' ya son atractivas y parecen, desde luego, más racionales: en gasolina hay alternativas TFSI con 150, 190 y 252 CV; y en diésel, TDI de 122, 150, 190, 218 y 272 CV. De hecho, puede que su emblema 'S4' intimide un poco, o los 73.620 euros de una factura tan alta que hace pasar por asequibles a otros 'premium' rivales de BMW, Jaguar o Mercedes. Pero si nos lo podemos permitir, el nuevo S4 seguro que no defraudará a su propietario, porque presume de una equilibrada mezcla entre deportividad y comodidad, te quita varios años de encima -su estética deportiva le aleja de la imagen más 'aburguesada' de otras versiones- y, sobre todo, apareja una calidad general que le sitúa en la cúspide del segmento, por encima incluso de las marcas citadas.

A diferencia del S4 anterior, que pesaba 75 kilos más y tenía un interior ligeramente menos amplio, en el nuevo se emplea un motor con turbo de doble entrada 'twin scroll', y no con compresor mecánico. El resultado, un 3.0 TFSI que es 14 kilos más ligero, rinde 354 CV de forma constante entre 5.400 y 6.400 rpm, genera un par máximo de 51 mkg desde sólo 1.370 vueltas y, asociado al eficaz cambio automático Tiptronic de 8 marchas -con función de desacoplamiento para ahorrar gasolina- y a la tracción total Quattro permite acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 4,7 segundos; o en los 4,8 que nosotros le hemos medido.

Adelantamientos rápidos y seguros

Puede que esa arrancada fugaz no sea muy útil a diario, salvo que deseemos perder de vista por el retrovisor la cabina del peaje casi instantáneamente, pero el S4 tiene otras habilidades, como recuperar de 80 a 120 km/h en 3,3 segundos, lo que se traduce en adelantamientos rápidos y seguros a vehículos de gran tonelaje. Además, con un sonido muy bonito, pero jamás molesto.

Y podemos elegir la personalidad del coche mediante el Audi Drive Select, que incluye los programas Comfort, Auto, Dynamic, Efficiency e Individual, este último ligado al sistema de navegación.Y el cambio, que incluye levas en el volante, también tiene sus propios modos, siendo el S el que 'anima' más la mecánica, aunque nos gustaría que llegase a engranar la octava marcha tras circular de forma tranquila durante varios minutos. Asimismo, el S4 redondea el conjunto con un comportamiento intachable, y sin necesidad de recurrir a reglajes incómodos. La estabilidad es magnífica y el coche se amarra al firme en curva gracias a los 245/35 R19 que monta en España -creemos que los 245/40 R18 habrían sido suficientes- y a una tracción total que, en condiciones normales, envía el 60 por ciento del par al eje trasero, o hasta el 85 por ciento de la fuerza si es necesario. Y los frenos, otra maravilla: 49,3 metros para detenernos desde 120 km/h.

El gasto, eso sí, dependerá mucho de nosotros, y los 9,7 litros de media 'pacífica' subirán mucho si hay 'guerra'.

La clave

Creo que un coche no es sólo una máquina que te lleva de un punto A a un punto B por donde quieras. Un coche es también un objeto de disfrute, y unir A con B puede servir para que la vida sea mucho más agradable. El S4, sin ser un 'potro' salvaje, es uno de esos modelos que apetece usar; aunque yo elegiría Avant.