El debate sobre la movilidad urbana ha ganado peso en ciudades de todo el mundo, y Madrid no es la excepción. Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) han sido implementadas como parte de un esfuerzo global para reducir la contaminación del aire, mejorando así la calidad de vida urbana. Sin embargo, estas restricciones han generado controversia, especialmente entre aquellos sectores que defienden la libertad de elección en el tipo de vehículo.
Santiago Abascal, líder de VOX, ha hecho una declaración visual con la compra de un automóvil clásico que, curiosamente, le permitiría circular por la ZBE de Madrid, abriendo una interesante conversación sobre el marco legal, los coches históricos y su valor cultural, así como las posiciones políticas en juego.
2Santiago Abascal y su defensa de los coches clásicos
Es aquí donde entra en juego la posición de Santiago Abascal y su flamante «cochazo». El líder de VOX ha sido un fuerte crítico de las ZBE y de las políticas medioambientales que, según él, penalizan a las clases trabajadoras y pequeñas empresas . La adquisición de un vehículo clásico puede interpretarse como una declaración política más allá de lo estético. Los coches históricos, considerados patrimonio cultural, pueden beneficiarse de excepciones dentro de las ZBE, siempre que cumplan con ciertas condiciones como el mantenimiento de su estado original y que tengan más de 30 años de antigüedad.
La compra de este automóvil no solo es una muestra del gusto personal de Abascal por los coches clásicos, sino también una representación tangible de su rechazo a lo que considera restricciones desproporcionadas y «elitistas» en cuanto a la movilidad urbana. Desde VOX, se ha argumentado que la imposición de las ZBE afecta principalmente a las rentas más bajas, las cuales no pueden permitirse cambiar de coche tan fácilmente. De esta manera, el automóvil de Abascal puede ser visto como un símbolo de resistencia a las políticas medioambientales que, desde su perspectiva, discriminan a los más vulnerables.