Las escapadas a la playa que a ti te hacen desconectar y cargar las pilas le quitan años de vida a tu coche, al menos si no haces algo básico al volver a la rutina. Si hace ya algunas semanas que volviste de vacaciones y todavía no has pasado por un centro de lavado, no deberías tardar demasiado en hacerlo.
¿El motivo? La arena de la playa, la humedad y el salitre del mar afectan a tu coche mucho más de lo que crees, se cuelan en su interior y aceleran la corrosión. Por eso, igual que antes de hacer un viaje largo es recomendable revisar el nivel de los líquidos o la presión de los neumáticos, también te recomendamos hacer otro tipo de revisión al volver de la playa.
Estas son las piezas que sufren las consecuencias de tus escapadas a la playa
La arena de la playa es tan fina que es capaz de colarse en cualquier rincón de tu coche si no te sacudes bien al entrar. Es molesta en los asientos o en las alfombrillas, pero lo peor es que puede llegar perfectamente a otras zonas más delicadas, como los conductos del aire acondicionado.
Y la arena de los asientos, si no te aseguras de aspirarla y quitarla del todo, también puede pasar poco a poco al resto de materiales del vehículo. Lo mismo pasa con la sal del mar. No hace falta que metas tu coche en la misma playa, pues es muy fácil que el mismo viento la adhiera a la chapa.
El lugar más sensible son los bajos del coche, porque la mezcla de arena, sal y humedad acelera la corrosión de cualquier metal. En la pintura ‘simplemente’ hará que se vea fea y se desgaste antes de tiempo. Pero esa corrosión en cualquiera pieza de tu coche puede acortar considerablemente su vida útil y provocar una avería. Vigila especialmente los amortiguadores, el sistema de frenos y haz una revisión, siempre que sea posible, de los bajos del coche.
Cómo lavar el coche al volver de vacaciones
La buena noticia es que las consecuencias de llevar tu coche a la playa son perfectamente evitables. Igual que te limpias la arena en la ducha al llegar a casa, también deberías hacer lo mismo con tu coche a la vuelta de vacaciones.
Tan fácil como pasar por un lavadero o hacerlo en casa, si tienes la posibilidad. Y no tardes demasiado, porque cuanto más dejes ahí la arena y la sal, más posibilidades de que la corrosión empiece a hacer de las suyas. Toma nota de los pasos a seguir al volver de la playa:
- Elimina la suciedad con una pistola de agua a presión, sin frotar. Hazlo por toda la carrocería, igual que lo lavarías normalmente, e insiste en los pasos de ruedas, el sistema de frenos y los bajos del coche.
- Insiste todavía más con agua a presión (sin jabón ni ningún otro producto de limpieza) en pinzas de freno, amortiguadores, brazos de la suspensión, rótulas, mueles… Haz varias pasadas si es necesario, pero evita acercarte demasiado. Unos 30 centímetros de distancia son suficientes.
- A continuación, ya puedes pasar a lavar con jabón y abrillantar, para un resultado todavía mejor.
Si ves restos de arena en la pintura del coche, evita siempre limpiarlo con un trapo o una toallita, porque solo provocarás pequeños arañazos en la carrocería. Abre también el capó y si encuentras suciedad, quítala con una pistola de aire a presión.
Un gesto tan sencillo como lavar el coche al volver de la playa, que no todo el mundo hace, te puede evitar una avería importante.
