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Vuelta al mundo. Con un Mercedes Clase S autónomo

Cada país tiene sus propias normas de circulación, diferentes tipos de señales y situaciones de tráfico complejas que se lo pondrían muy difícil a un coche autónomo ¿o no? Para averiguarlo, varias unidades del Mercedes Clase S dotadas de avanzadas tecnologías de automatización han recorrido los cinco continentes experimentando el funcionamiento de estos sistemas. La ruta 'Intelligent World Drive' comenzó en septiembre coincidiendo con el Salón del Automóvil de Fráncfort (Alemania), recorrió China, Australia y Sudáfrica y finalizó recientemente en Las Vegas (EE.UU).

El objetivo de este viaje era obtener una visión mundial de las condiciones reales del tráfico para que los futuros sistemas de conducción autónoma se puedan adaptar a los hábitos y normativas de cada país. Por eso, en cada etapa se evaluaron aspectos distintos de esta tecnología. En Alemania, por ejemplo, se estudió el comportamiento de los diferentes asistentes a la conducción en las autopistas y su respuesta en atascos.

De Alemania a Las Vegas

El tour del Mercedes Clase S autónomo llegó el pasado mes de octubre a Shanghai, donde se recopiló información sobre los límites de velocidad y la separación entre carriles de circulación. En Australia visitaron las ciudades de Melborune y Sidney y se centraron en el reconocimiento de señales y en testar la cartografía mientras que en Sudáfrica se comprobaron los sistemas de reconocimiento de peatones.

EE.UU ha sido uno de los países donde se han concentrado más test. Allí, la conducción autónoma plantea retos variados, ya que los límites de velocidad son distintos y las señales también tienen un tamaño diferente a las de Europa, Australia, Asia o Canadá. El tour de Mercedes se centró en el reconocimiento de los autobuses escolares, las marcas de carriles y las señales de límite de velocidad.

El reto de los autobuses escolares

Reconocer y distinguir los autobuses escolares en EE.UU. es muy importante para la conducción autónoma, ya que en ese país estos autobuses son usuarios únicos de la vía. Esto supone que, cuando se detienen y encienden sus luces de emergencia, todos los vehículos en las inmediaciones también deben detenerse. Ninguno puede pasar, ni siquiera en dirección contraria. Por eso, los vehículos equipados con tecnología de conducción autónoma deben poder distinguir este tipo de autobuses de todos los demás vehículos.

Otro desafío para los vehículos de conducción autónoma es poder identificar carriles separados para el uso compartido de automóviles, que están reservados exclusivamente para vehículos en los que al menos dos personas comparten coche. Estos carriles de alta ocupación se pueden encontrar en EE.UU en autopistas interestatales y en áreas urbanas. En el futuro, la conducción autónoma también requerirá que el sistema conozca el número de ocupantes en el vehículo para determinar si se les permite usar el carril de viaje compartido.

Sistema de iluminación innovador

Además de obtener parámetros sobre las diferentes características de conducción en cada país, Mercedes probó un prototipo de faro con la innovadora tecnología Digital Light en California y Nevada. Se trata de un sistema revolucionario que no deslumbra y que utiliza chips con más de un millón de microespejos (píxeles) por faro. Entre otras cosas, es capaz de proyectar símbolos u objetos en la carretera para comunicarse con su entorno.