comscore

Volvo XC90 T8 Twin Engine. Gigante sueco

El XC90 T8 Twin Engine es el modelo más avanzado de Volvo. Construido sobre la arquitectura modular SPA, incorpora el nuevo motor Drive-E 4 cilindros de gasolina con doble sobrealimentación (compresor volumétrico y turbo) de 2 litros de cilindrada y 320 CV de potencia, combinado con un motor eléctrico de 65 kW (87 CV) alimentado por una batería de ion-litio de 9,2 kW/h de capacidad. Básicamente, el primero impulsa las ruedas delanteras, y el segundo las ruedas traseras, repartiendo la potencia a través de una caja de cambios automática de 8 velocidades, junto a la que va un generador-motor de arranque de 34 kW para hacer indetectables los cambios de eléctrico a gasolina, y más contundentes las entregas de par (hasta 15 mkg extras).

Parece simple, pero no es nada común: el XC90 T8 es el primer SUV híbrido enchufable de tracción a las 4 ruedas y 7 plazas, pues la batería que alimenta el motor eléctrico va situada en la consola central sin penalizar en absoluto la capacidad del habitáculo o del maletero.

Varios modos de conducción

Su tecnología híbrida enchufable permite varios modos de uso (seleccionables desde una ruedecilla en la consola central), que hemos tenido la oportunidad de probar por Madrid y sus alrededores. Arrancamos en modo 'Hybrid', iniciando la marcha gracias al motor eléctrico. Poco después, cuando el coche está lanzado, entra en funcionamiento automáticamente y con total suavidad el motor de gasolina; éste se detiene en los semáforos y el ciclo se repite cuando se enciende la luz verde. Circulando, el motor eléctrico funciona en determinados momentos, no porque el de gasolina necesite ayuda sino porque su empuje le evita quemar combustible de más, sobre todo cuando menos eficiente es. Y en las frenadas o al levantar el pie del acelerador, la batería se va recargando.

Al final de la jornada, tras un recorrido mixto de 300 km por autovía, carretera de montaña y ciudad (alternando también el modo de uso 'Power', de máxima entrega de par a bajo régimen), el ordenador de a bordo nos sorprenderá con un consumo inferior a 10 l/100 km, muy poco para el ritmo de conducción mantenido (y para el tamaño del coche) Pero sin duda se puede rebajar y mucho, como demuestran los 2,1 l/100 km homologados por Volvo en el ciclo combinado.

A ese consumo de combustible contribuye decisivamente la energía eléctrica, cargada a través de un enchufe doméstico durante la noche anterior. Ésta puede emplearse de varias maneras según seleccionemos con la ruedecilla citada más arriba.

43 kilómetros de recorrido en eléctrico

En modo 'Pure' nos mueve exclusivamente la electricidad; el Volvo avanza con silenciosa suavidad y soltura, sin emitir gases en el concurrido tráfico madrileño. En esas condiciones muestra además una pasmosa facilidad para callejear, teniendo en cuenta sus casi 5 m de longitud. En los pasos más estrechos, su cámara cenital 360 grados nos muestra con detalle el espacio disponible; ésta es una de las ventajas de la gran pantalla central y sus múltiples funciones, de las que únicamente no nos convence el accionamiento en marcha del selector de temperatura del climatizador. Con la batería cargada a tope, la autonomía en modo eléctrico es de hasta 43 km; para muchos usuarios puede ser suficiente en su utilización diaria, de modo que las visitas a la gasolinera serán muy pocas en su caso, y el gasto en energía bastante bajo con cero emisiones de uso. El modo 'Pure' permite alcanzar hasta una velocidad de 120 km/h. Y si seguimos pisando el acelerador, el motor de gasolina arranca automáticamente.

Otra modalidad de utilización de este Volvo híbrido enchufable es el modo 'Save'. En ese caso, la electricidad no sólo se conserva para cuando queramos circular con 'cero emisiones' y sin más ruido que el de la rodadura, sino que también recarga parcialmente la batería (si está muy baja) para la ocasión.

La tracción se distribuye a las 4 ruedas en función de cómo pisemos el acelerador. Pero hay también un modo 'AWD' permanente para cuando lo desee el conductor de manera expresa, y un modo 'Off Road', específico para maximizar la capacidad de tracción o para condiciones de baja adherencia.

Respecto a las prestaciones puras, el T8 dispone de 320 CV de su motor de gasolina, potencia que se eleva hasta 407 CV al sumar el empuje eléctrico. Su comportamiento es irreprochable, se mueve con precisión y corre lo suyo, aunque 2.324 kg de peso son muchos kg. La marca homologa 5,6 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, valor que se sitúa entre los 6,5 s del BMW X5 35i y los 4,9 s del X5 50i, mientras que su oponente natural, el X5 xDrive 40e híbrido enchufable, acelera en 6,8 segundos, desarrolla 313 CV y homologa 3,3 l/100 km, con una autonomía en modo eléctrico de 31 km.