En el mundo del automóvil, pocos modelos han dejado una huella tan indeleble como la Volkswagen T1, también conocida como «Bulli» o «Kombi». Este vehículo, que se convirtió en un símbolo de la era de la posguerra, ayudó a revitalizar la economía alemana y se ganó un lugar especial en el corazón de muchos conductores alrededor del mundo. Volkswagen, la marca alemana detrás de este icono, jugó un papel crucial en la reconstrucción de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, fabricando coches que no solo ofrecían movilidad sino también esperanza y renovación.
En Alemania, el departamento de Vehículos Clásicos de Volkswagen Comerciales (VWNO) se dedica a la preservación de modelos únicos producidos por la marca, y a la vez a la búsqueda de vehículos singulares por su peculiaridad. El último hallazgo de este departamento ha sido un Bulli de 1955, de la primera generación conocida como T1, que no circula por las carreteras, sino que se preparó para transitar las vías del tren.
2Buscado agilidad para los trabajadores del tren
El Klv-20 tenía una función clara dentro de la compañía alemana de trenes: el transporte de operarios encargados del mantenimiento ferroviario y de las señales. Este rol fue fundamental hasta la década de 1970, cuando empezaron a retirarse del servicio. Sin embargo, algunos como este Klv-20, con el número de identificación 20-5011, todavía se conservan en funcionamiento gracias al esmero de coleccionistas y entusiastas.
Para el desarrollo de este Klv-20, se utilizó la carrocería de una T1 Kombi y un motor de gasolina de origen Volkswagen de 28 CV. Además, se añadió un nuevo chasis que incluía un mecanismo hidráulico de elevación y giro. Gracias a este último detalle, un solo operario podía dar la vuelta al vehículo cuando resultara necesario, sin tener que retroceder hasta el punto de partida.