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Volkswagen Golf R 2020. Llega la bestia

Hace escasas semanas nos pusimos al volante del Volkswagen Golf GTI con 245 CV. Ahora la marca alemana cierra el círculo con el 'brutal' Golf R, la variante más potente de la gama que presume de 320 CV y un avanzado sistema de tracción total. Es la quinta generación de este modelo, desde que viera la luz por primeva vez en 2002 con el Golf IV R32, que ofrecía 241 CV.

El nuevo Golf R pone tierra de por medio respecto al resto de la gama en tres aspectos fundamentalmente: el motor y las prestaciones, el chasis junto a la tracción total y su imagen deportiva y equipamiento. Comenzamos por el propulsor. Se trata del conocido 2.0 TSI, pero supervitaminado. Desarrolla 320 CV (20 más que la generación anterior) y 420 Nm de par máximo (20 más que antes) disponible entre 2.100 y 5.300 rpm. Entre sus bondades, inyección directa, turbo, control variable de las válvulas con ajuste del árbol de levas… Para gestionar todo ese potencial se recurre a una transmisión automática DSG con doble embrague y siete relaciones y, como es habitual en este modelo, a la tracción total.

Tracción total con nuevas funciones

En este caso la tracción integral presenta novedades de peso. Denominada R-Performance Torque Vectoring, no sólo reparte la motricidad entre los dos ejes; ahora también lo hace entre las dos ruedas traseras. El reparto inicial es del 50 por ciento, pero si es necesario, un embrague multidisco es capaz de dirigir todo el par, hasta el 100 por 100, a una sola rueda trasera, por ejemplo, al salir de una curva cerrada. Ni qué decir tiene que de esta manera se incrementa la agilidad y se reduce el subviraje (la tendencia a irse de morro).

Con todos estos mimbres el Golf R es capaz de alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima (autolimitada), aunque se puede llegar hasta los 270 km/h con el paquete opcional R-Performance. Además, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 4,6 segundos (el GTI lo hace en 6,2 segundos).

Altura rebajada en 20 milímetros

El segundo pilar salpica al chasis. El Golf R presenta una altura rebajada en 20 milímetros respecto al resto de la gama Golf (también es 5 milímetros más bajo que la versión GTI) y sigue apostando por un esquema McPhrson delante y un eje trasero multibrazo. Comienzan las diferencias. La rigidez estructural se ha incrementado un 10 por ciento respecto al modelo anterior, la suspensión adaptativa DCC se ha optimizado con nuevos reglajes, se ha aumentado la caída positiva en el eje delantero para mejorar el guiado lateral, y se ha reducido en tres kilos el peso en el mencionado eje gracias a nuevos elementos fabricados en aluminio. En la zaga se han modificado los cojinetes de los brazos transversales.

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Otro aliado fundamental es el llamado Gestor de la dinámica de marcha. Hasta ahora estaban interconectados sistemas como el ESP, el diferencial electrónico XDS y la suspensión DCC. Ahora también se tiene en cuenta los parámetros de la tracción total. El trabajo conjunto de todos estos elementos optimizan su comportamiento deportivo, limitando el subviraje, el sobreviraje (tendencia a irse de atrás) y los balanceos de la carrocería.

Dirección progresiva

Asimismo en su dotación de serie contempla una dirección progresiva que cuenta con una desmultiplicación más directa. Al utilizar nuevos algoritmos en su software se reduce el trabajo sobre el volante en las maniobras de aparcamiento, mientras que a alta velocidad y en zonas viradas se moverán menos las manos sobre el volante. La respuesta es más directa y se reduce el ángulo de giro en una conducción dinámica, mientras que resulta más confortable y se aumenta el placer de conducción a baja velocidad.

Otro aspecto mejorado ha sido el sistema de frenado. El Golf R equipa frenos de disco de 18 pulgadas (en el Golf7 R eran de 17), se introducen cámaras de disco de aluminio (se reduce el peso en 600 gramos) y se incrementa el tamaño de los discos perforados hasta los 357 x 34 milímetros. No pasan desapercibidas las pinzas porque están pintadas en color azul y portan el logo R que se puede ver a través de las llantas de aleación de 18 o 19 pulgadas que pone en juego.

Seguimos con las novedades. Como es habitual, en su dotación de serie presume de un asistente de conducción con varios programas de uso. Sigue apostando por los conocidos Comfort, Sport, Race e Individual. El Race se puede activar directamente desde el volante y es específico para este modelo, que ahora introduce dos nuevos perfiles. El primero se denomina Special y su virtud es que la suspensión DCC se adapta de una manera más suave e inteligente que en el modo Race. El motivo es que de esta manera no se pierda el contacto de las ruedas con el firme cuando éste es demasiado ondulado o irregular, además de optimizar el trabajo del cambio DSG en las reducciones de marcha.

Perfil de conducción Drift

El segundo perfil es el denominado Drift y con él activado, y buenas manos, podemos convertir al Golf R en un verdadero parque de atracciones. El motivo es que el ESP y el nuevo sistema R-Performance Torque Vectoring se alían para provocar el sobreviraje, enviando más par a la rueda trasera exterior en curva. Con esto se consigue que la zaga deslice y tengamos que contravolantear para ir de lado a lado de la pista (o realizar 'donuts'). Máximo divertimento para manos expertas y máximo desgaste de unos neumáticos traseros que sufrirán en exceso. Es un sistema que ya vimos en la versión AMG más potente de la Clase A de Mercedes.

Con todas estas mejoras a nivel de motor y chasis, el nuevo Golf R ha sido capaz de completar una vuelta en el exigente circuito de Nürburgring en 7:51 minutos, es decir, 19 segundos menos que el tiempo que marcó el Golf7 R.

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El último pilar diferenciador de este modelo, y de la gama R en general, es su estética deportiva y exclusiva. Más allá de la ya comentada rebaja en su altura de 20 milímetros, esta versión se rodea de una imagen más agresiva gracias a los nuevos paragolpes, a una franja de luz azul frontal que conecta los faros con iluminación full Led, a sus exclusivas llantas de 18 o 19 pulgadas, al difusor trasero pintado en negro, al alerón en el techo o a las cuatro salidas de escape, con la posibilidad de montar un sistema Akrapovic fabricado en titanio que reduce en 7 kilos el peso. Tres son los colores disponibles: azul, blanco y negro, aunque con matices y tonalidades diferentes al resto de la gama Golf.

Información específica R

El interior también se desmarca con detalles específicos. El cuadro Digital Cockpit Pro ofrece diferentes presentaciones y configuraciones, algunas de ellas exclusivas para esta versión R, con nuevos campos numéricos o información sobre la presión del turbo, temperatura del aceite del cambio, fuerzas G, la gestión selectiva del par o un indicador denominado 'Schaltblitz' enfocado para rodar en circuitos. El volante, forrado en cuero, incorpora unas levas de mayor tamaño y un pulsador R que da acceso directo a los diferentes perfiles de conducción. Destacar, asimismo, las butacas delanteras con reposacabezas integrados, disponibles opcionalmente con acabado en napa de color negro.

Todo esto es teoría. Ahora estamos a la espera de poder conducir, o mejor dicho, pilotar, la variante más prestacional y deportiva de la gama Golf. Se pone a la venta a finales de año y llegará a nuestro mercado a principios de 2021.