Conducir puede parecer una tarea sencilla y rutinaria, pero ciertos hábitos aparentemente inofensivos pueden acabar causando averías importantes en tu vehículo. Lo peor de todo es que muchas de estas prácticas son comunes y pasan desapercibidas hasta que el daño ya está hecho. En épocas como el verano, cuando los desplazamientos se intensifican, estos errores se agravan, tanto por las altas temperaturas como por el sobreesfuerzo al que se somete al coche.
Revisar el estado del vehículo antes de salir de viaje es importante, pero también lo es modificar pequeñas costumbres al volante que pueden marcar la diferencia entre un trayecto tranquilo o una factura de taller que puede superar los 3.000 euros. Estos son cuatro errores comunes que deberías evitar cuanto antes.
5Una revisión preventiva puede evitar todos estos problemas

La mejor manera de evitar estas averías costosas no es solo cambiar los hábitos al volante, sino también realizar una revisión completa del coche antes de los desplazamientos largos. Muchos de estos fallos son acumulativos y pueden detectarse a tiempo con un buen mantenimiento preventivo. Revisar los niveles de aceite, refrigerante, presión de neumáticos y estado del sistema de climatización puede ahorrarte muchos problemas.
El verano no perdona los descuidos, y una avería en plena carretera no solo implica dinero, sino también retrasos, estrés y pérdida de tiempo. Una visita al taller antes de salir de vacaciones es una pequeña inversión que te dará tranquilidad y seguridad en la carretera.