Conducir puede parecer una tarea sencilla y rutinaria, pero ciertos hábitos aparentemente inofensivos pueden acabar causando averías importantes en tu vehículo. Lo peor de todo es que muchas de estas prácticas son comunes y pasan desapercibidas hasta que el daño ya está hecho. En épocas como el verano, cuando los desplazamientos se intensifican, estos errores se agravan, tanto por las altas temperaturas como por el sobreesfuerzo al que se somete al coche.
Revisar el estado del vehículo antes de salir de viaje es importante, pero también lo es modificar pequeñas costumbres al volante que pueden marcar la diferencia entre un trayecto tranquilo o una factura de taller que puede superar los 3.000 euros. Estos son cuatro errores comunes que deberías evitar cuanto antes.
3Clásico error: apoyar el pie en el embrague mientras conduces

Muchos conductores tienen la costumbre de mantener el pie ligeramente apoyado en el pedal del embrague, especialmente en situaciones de tráfico denso. Este error genera un desgaste constante en el sistema, ya que mantiene una fricción innecesaria entre el disco de embrague y el plato de presión.
Con el tiempo, esta fricción acelera el deterioro del embrague, reduciendo su vida útil y afectando el rendimiento del cambio de marchas. La reparación de un embrague puede llegar fácilmente a los 2.000 o 3.000 euros dependiendo del modelo del coche. La solución es sencilla: utiliza el embrague solo para cambiar de marcha y apoya el pie en el reposapiés cuando no sea necesario.