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El sencillo útil que usan los talleres para saber si tienes que cambiar la junta de la culata

Cuando un coche empieza a mostrar problemas de rendimiento, sobrecalentamiento o pérdida de potencia, una de las primeras sospechas suele recaer sobre la junta de la culata, un componente crucial en el motor que, cuando falla, puede desencadenar graves averías. Afortunadamente, existe un método sencillo y efectivo que los talleres utilizan para detectar posibles fugas en la junta: el comprobador de fugas de CO2.

Este sencillo útil se ha convertido en una herramienta esencial para diagnosticar problemas en la culata de manera rápida y precisa. En un video que se viralizó en las redes sociales, te muestra como funciona este elemento y como termina de detectar cualquier avería que tenga tu vehículo. Es vital para tu carro poder corroborar esto, así se evita cualquier problema mucho más grave a futuro.

Cómo funciona el comprobador de fugas de CO2 en la junta de la culata

El funcionamiento del comprobador de fugas de CO2 es bastante sencillo. Se utiliza un reactivo especial que cambia de color en presencia de gases de combustión, lo que indica una posible fuga en la junta de la culata. Para realizar la prueba, se coloca un adaptador en el depósito de expansión del sistema de refrigeración o en el radiador, y se aspira el gas presente en el sistema a través de una cámara que contiene el reactivo.

Si la junta de la culata está en buen estado, el color del reactivo se mantendrá igual, lo que indicará que no hay fugas. Sin embargo, si el reactivo cambia de color, generalmente a un tono amarillo o verde, esto es una señal de que hay gases de escape filtrándose hacia el sistema de refrigeración, confirmando así un fallo. Este método es rápido, económico y no invasivo, lo que permite a los mecánicos diagnosticar el problema sin necesidad de desmontar el motor.

Un diagnóstico clave para evitar daños mayores

Un diagnóstico clave para evitar daños mayores

Detectar a tiempo una fuga en la junta de la culata es fundamental para evitar daños graves en el motor. Un fallo en esta pieza puede provocar sobrecalentamiento, pérdida de compresión y, en casos extremos, la necesidad de una costosa reparación o incluso la sustitución completa del motor. Por esta razón, muchos talleres recomiendan realizar esta prueba cuando se presentan síntomas como el sobrecalentamiento del motor, la presencia de burbujas en el depósito de refrigerante o un consumo anormal de este líquido.

Además, realizar la prueba con el comprobador de fugas de CO2 es una tarea relativamente sencilla que puede llevarse a cabo en pocos minutos, lo que facilita a los mecánicos la toma de decisiones rápidas sobre la necesidad de cambiar la junta de la culata o de realizar reparaciones adicionales. Para los conductores, conocer este proceso puede ser de gran ayuda, ya que les permite comprender mejor el diagnóstico de su vehículo y tomar medidas preventivas antes de que el problema se agrave.