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viernes, 1 agosto 2025

La obligación de la Unión Europea que podría llevar a la quiebra a empresas como Hertz, Avis o Europcar

La Unión Europea ha fijado el añṕ 2035 como la fecha límite para vender coches de combustión en los países miembros, pero ha puesto el foco en las flotas. De hecho, quiere adelantar la fecha y que en menos de cinco años todos los vehículos de alquiler y de empresa que circulan por nuestras carreteras ya sean eléctricos.

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Esto sin duda va a afectar a la movilidad en un plazo muy corto, además de poner en jaque a gigantes del alquiler como Hertz, Avis o Europcar.

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Un desafío de impacto en las empresas de alquiler

Fuente: Agencias

Empresas como Hertz, Avis, Europcar o Sixt son modelos de negocio se basan en la compra y gestión de miles de vehículos de combustión interna. De repente, se encuentran con la perspectiva de tener que renovar toda su flota por vehículos eléctricos en un tiempo récord. Y aquí es donde empiezan los problemas.

El primer obstáculo es el económico. Los coches eléctricos, a día de hoy, son mucho más caros que sus equivalentes de gasolina o diésel. Si se multiplica esa diferencia por miles de vehículos, la cifra es astronómica. Adquirir una flota completamente eléctrica en tan poco tiempo como quiere la Unión Europea podría suponer una inversión de miles de millones de euros para cada una de estas grandes compañías.

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Además del coste de adquisición, hay que sumar el de la infraestructura de carga. No basta con tener coches eléctricos; se necesitan suficientes puntos de carga en todos tus centros de operaciones, aeropuertos, estaciones de tren y cualquier lugar donde los clientes recojan o devuelvan un vehículo. Esto implica una inversión adicional en equipos, obras y posiblemente mejoras en la red eléctrica.

Otro cuello de botella importante es la disponibilidad de vehículos eléctricos en el mercado. Aunque la producción está aumentando, hay muchas dudas sobre la capacidad de los fabricantes para suministrar la cantidad de coches eléctricos que necesitarían las flotas de toda Europa en solo cinco años. Además, si la demanda supera la oferta de una forma tan grande, podría elevar aún más los precios y dificultar la renovación de las flotas en el plazo exigido. Las empresas de alquiler operan con una diversificación de modelos y marcas, y necesitarían un suministro constante y variado para satisfacer las demandas de sus clientes.

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Otro factor tiene que ver con las preferencias de los usuarios, ya que no todos están preparados o dispuestos a conducir un coche eléctrico. Hay muchas preocupaciones sobre la autonomía, el tiempo de carga y la infraestructura de puntos de recarga, sobre todo en viajes largos o en zonas rurales. Si las empresas de alquiler solo pueden ofrecer coches eléctricos, se pueden encontrar con una disminución de la demanda por parte de clientes que prefieren la gasolina o el diésel por comodidad o costumbre. Adaptarse a las preferencias del usuario es clave para estas empresas, y una imposición tan drástica podría desequilibrar esa ecuación.

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