En España, estamos tan acostumbrados a dejarnos guiar por semáforos, señales verticales o marcas pintadas en el asfalto que muchas veces olvidamos que, por encima de todas ellas, existe una figura que puede cambiar de un momento a otro las reglas del tráfico: el agente de la Guardia Civil. Cuando uno de estos profesionales decide regular manualmente la circulación, su autoridad y sus gestos prevalecen por encima de cualquier otra señal que encontremos en la vía.
Sin embargo, no todos los conductores saben interpretar correctamente esas indicaciones manuales. Una de las más habituales —y también de las que más dudas genera— es cuando el agente extiende uno o ambos brazos en posición horizontal. A simple vista, puede parecer un gesto neutro, incluso poco claro, pero lo cierto es que encierra un mensaje muy concreto que todo conductor debe conocer y obedecer al instante.
1Qué significa el gesto del Guardia Civil exactamente

El Reglamento General de Circulación es muy claro en este aspecto: los agentes tienen potestad para dirigir el tráfico con señales manuales que deben acatarse de inmediato. Entre esas señales, una de las más relevantes es la de extender los brazos horizontalmente.
Cuando un agente realiza este gesto, está indicando que los vehículos que se aproximan desde la dirección que cortan sus brazos deben detenerse. Es decir, los brazos actúan como una especie de barrera imaginaria que corta el paso a los conductores que circulan en ese sentido. La detención debe hacerse antes de la línea de detención, si existe; si no, justo antes del agente o del cruce. A diferencia de lo que muchos creen, este gesto no significa “continúe con precaución” ni “tenga cuidado”. Es, de forma clara y rotunda, una orden de alto. Y lo más importante: prevalece siempre sobre semáforos, señales verticales o marcas viales. Aunque tu semáforo esté en verde, si el agente extiende los brazos en horizontal, debes parar.