Hace poco más de un mes que el Papa Francisco falleció a los 88 años, y desde entonces hemos vivido el Cónclave, el nombramiento de León XIV y sus primeros actos como Pontífice. Sin embargo, seguimos conociendo algunas peticiones post mortem, relacionadas en este caso con el papamóvil que utilizó.
Francisco era un Pontífice que quiso alejarse de cualquier signo de lujo y ostentación, así que llevaba un estilo de vida sencillo. De hecho, sus papamóviles no eran los más lujosos ni mucho menos, pues él entendía los coches como una mera herramienta para desplazarse de un lugar a otro. La misma actitud mantuvo al no utilizar joyas de oro, la indumentaria habitual de otros Pontífices y querer ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma con la única inscripción ‘Franciscus’ en su tumba.
Y ahora, unas semanas después del fallecimiento, hemos conocido otra petición relacionada con su papamóvil que, como no podía ser de otra manera, también está relacionada con un acto de buena voluntad.
2Otro gesto de Francisco con los más necesitados

Francisco utilizaba un Mercedes eléctrico como su papamóvil oficial como muestra del compromiso del Vaticano con la movilidad eléctrica. Sin embargo, hace unos años recibió un Lamborghini Huracán de 610 CV en color blanco con detalles en dorado. Fue un regalo de la marca que por supuesto no se quedó, porque realmente no necesitaba las prestaciones de este superdeportivo.
Precisamente por eso, decidió subastarlo en Mónaco y recaudó 715.000 euros, que fueron destinados a obras benéficas para ayudar a personas desfavorecidas, sobre todo a niños. El Vaticano repartió esa suma, que por cierto pagó un español dueño de una empresa de alquiler de coches de lujo, a varias organizaciones benéficas con distintos fines. Podría haber sido el papamóvil más rápido de la historia con un diseño que hacía un guiño a la bandera del Vaticano, pero Francisco prefirió subastarlo por una buena causa.