¿Te imaginas poder cruzar de Europa a África en tren, en solo media hora, sin tener que subir a un ferry o un avión? La ambiciosa idea lleva más de 40 años sobre la mesa: una conexión fija entre España y Marruecos por el Estrecho de Gibraltar. Ese sueño de ingeniería poco a poco se acerca a la realidad… aunque no de la forma más espectacular.
Durante años se habló de un imponente puente que uniría los dos continentes, pero la opción se ha descartado por completo. No por falta de imaginación; por coste, seguridad, viabilidad técnica e impacto ambiental. ¿Qué fue de esa alternativa que tanto ilusionó? ¿Por qué un túnel ha terminado ganando la partida? Te lo contamos a continuación.
3El túnel: solución eficaz y menos invasiva

A pesar de la dificultad de construir bajo el mar, un túnel era la alternativa más razonable. No interfiere en la navegación, no representa un obstáculo visual ni ambiental y, según los estudios, tendría un coste significativamente menor que el de un puente. Además, la tecnología de excavación de túneles ha avanzado mucho y puede hacer viable lo que antes parecía ciencia ficción.
La propuesta actual contempla la construcción de dos túneles ferroviarios de vía única entre Punta Malabata (Marruecos) y Punta Paloma (España), de 38,7 km de longitud total. De ellos, 27,7 km serían submarinos; y los restantes 11 km, subterráneos en tierra firme. Esta opción es más segura y más práctica desde el punto de vista del transporte ferroviario de personas y mercancías.