Vacaciones. Esa época dorada en la que desconectamos del trabajo, nos relajamos en la playa o exploramos pueblos con encanto. Pero, en medio de la desconexión, muchos conductores bajan la guardia y aparcan en sitios que parecen inofensivos… hasta que ya es demasiado tarde. El resultado puede ser un coche atascado en la arena, remolcado por la grúa o incluso bajo el agua. Es lo que le ocurrió recientemente a tres jóvenes en Gavà (Barcelona), que decidieron aparcar en la mismísima arena de la playa para “ver el mar de cerca”. El coche quedó enterrado y tuvieron que llamar a emergencias para sacarlo.
Este tipo de errores no solo arruinan el día de vacaciones, sino que también pueden generar sanciones económicas, daños mecánicos al vehículo y un buen susto. Por eso, en este artículo te contamos cuáles son los tres lugares donde nunca, bajo ninguna circunstancia, deberías aparcar tu coche si no quieres que termine convertido en una esponja empapada o, peor aún, como chatarra oxidada.
3Caminos de tierra, pistas forestales y carreteras sin asfaltar

El afán por “descubrir sitios secretos” ha llevado a muchos turistas a perderse por caminos que no están pensados para coches convencionales. Las pistas forestales, los senderos rurales sin señalizar o las vías secundarias de tierra pueden parecer una alternativa ideal para evitar aglomeraciones… hasta que te das cuenta de que el terreno no está preparado. Es habitual que los vehículos se queden atrapados por falta de adherencia, gravilla suelta o barro tras una lluvia reciente. Además, en muchas de estas zonas no hay cobertura móvil, lo que dificulta pedir ayuda en caso de quedar bloqueado. El coste de remolcar un coche en una zona rural puede superar fácilmente los 300 euros, y no todas las aseguradoras lo cubren si el aparcamiento fue negligente.