El Gobierno de China ha respondido a la imposición de aranceles a la importación de vehículos eléctricos desde China por parte de la Unión Europea, asegurando que se trata de un «caso típico de proteccionismo». La postura china es firme al afirmar que tomará las medidas necesarias para proteger los intereses del país asiático. En una conferencia de prensa, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China instó a la UE a cumplir su compromiso de promover el libre comercio y a oponerse al proteccionismo.
Retaliación de China a los aranceles europeos
Aunque China no ha anunciado oficialmente la imposición de aranceles en respuesta a las restricciones comerciales europeas, se plantea la posibilidad de aplicar aranceles de hasta un 25% a los automóviles importados con motores de gran cilindrada, lo que principalmente afectaría a fabricantes como Mercedes-Benz y BMW.
Cuestionamiento de la UE a los subsidios chinos
China ha criticado las quejas europeas respecto a los subsidios gubernamentales otorgados a sus fabricantes de automóviles, así como al exceso de capacidad en el sector automotriz. Se destaca la decisión de algunas empresas chinas de establecer fábricas en Europa como un ejemplo de la colaboración beneficiosa entre ambas regiones.
Impacto en fabricantes chinos como BYD, SAIC y Geely
Los aranceles impuestos por la Unión Europea impactan a fabricantes chinos como BYD, SAIC y Geely, con tasas que van desde el 17,4% hasta el 38,1%. China ha aumentado sus exportaciones de automóviles a la UE en el último año, con una cuota de mercado que ha alcanzado el 8%.
Medidas restrictivas globales contra China
Además de las tensiones con la Unión Europea, otros países también han tomado medidas contra la importación de vehículos eléctricos chinos. Turquía anunció recientemente un incremento del 40% en los aranceles para reducir el déficit comercial, mientras que Estados Unidos tiene previsto aplicar un aumento del 25% al 100% a partir del 1 de agosto.
En resumen, las tensiones comerciales entre China y otros actores globales, incluida la Unión Europea, continúan escalando, lo que podría tener repercusiones significativas en el sector de fabricación de automóviles a nivel mundial. La incertidumbre política y económica que rodea estas disputas comerciales plantea desafíos tanto para las empresas automotrices como para los gobiernos involucrados. La resolución de estas tensiones requerirá diálogo y cooperación entre las partes para evitar un mayor deterioro en el comercio internacional.
