Las estaciones de ‘entretiempo’, es decir, cuando pasamos del calor al frío y a la inversa, son más peligrosas de lo que parece para nuestro coche. Aunque las temperaturas no sean tan intensas como en verano o invierno, también podemos terminar en el taller y con una factura de hasta 3.000 euros.
Hay averías que se pueden evitar con un buen mantenimiento, incluso con una buena limpieza después del verano, pero hay otras que se producen por el desgaste natural de las piezas. Lógicamente, si pasas por el taller cuando toca y sigues el calendario de revisiones, puedes anticiparte a algunos fallos mecánicos. Pero hoy te vamos a hablar de 5 averías muy habituales en otoño, según los talleres especializados, y que en su mayoría son silenciosas.
5La electrónica y los sistemas de arranque, habitual para los talleres

El último dolor de cabeza para los talleres (y conductores) tiene que ver con la electrónica. La humedad y el frío afectan directamente a baterías, alternadores y hasta a las centralitas. Por ejemplo, una batería descargada es un gasto relativamente asumible, pero ojo si el problema ‘salta’ al alternador o a la unidad de control electrónico.
En estos casos, la factura se puede disparar a cifras que van desde los 800 hasta los 2.500 euros, según el modelo. Lo peor es que son fallos que aparecen sin previo aviso, así que es difícil diagnosticarlos.