Las estaciones de ‘entretiempo’, es decir, cuando pasamos del calor al frío y a la inversa, son más peligrosas de lo que parece para nuestro coche. Aunque las temperaturas no sean tan intensas como en verano o invierno, también podemos terminar en el taller y con una factura de hasta 3.000 euros.
Hay averías que se pueden evitar con un buen mantenimiento, incluso con una buena limpieza después del verano, pero hay otras que se producen por el desgaste natural de las piezas. Lógicamente, si pasas por el taller cuando toca y sigues el calendario de revisiones, puedes anticiparte a algunos fallos mecánicos. Pero hoy te vamos a hablar de 5 averías muy habituales en otoño, según los talleres especializados, y que en su mayoría son silenciosas.
3Suspensión y amortiguadores castigados por la lluvia

El otoño, sobre todo si es lluvioso, castiga mucho los sistemas de suspensión. Las carreteras mojadas, los baches que se ‘esconden’ en los charcos y un firme irregular hacen que los amortiguadores, silentblocks y rótulas se desgasten antes de lo que toca.
Si la suspensión está en mal estado lo vas a notar en el confort, pero también es peligroso para la seguridad. Aumenta la distancia de frenado y reduce la capacidad de agarre en curvas o maniobras más bruscas. El coste de sustituir amortiguadores y piezas relacionadas puede superar los 1.200 euros en turismos, y mucho más en SUVs o vehículos con sistemas adaptativos.
Los talleres recomiendan revisar el sistema cada 60.000 kilómetros, pero hay que tener en cuenta que el desgaste se acelera en otoño.