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«Storie Alfa Romeo», episodio cuarto. La firma italiana triunfa en el primer Campeonato del Mundo de Fórmula 1

La Segunda Guerra Mundial detuvo por completo la evolución de la firma italiana, pero los modelos Alfa 158 de antes y después de la guerra mantuvieron una continuidad física, es decir, los modelos de la posguerra eran los mismos que los de antes de la guerra.

En 1943, Milán estaba ocupada y los arrestos eran diarios. Un pequeño número de Alfetta 158 permanece almacenado en la fábrica de Portello, pero el riesgo de convertirse en botín de guerra es alto. En este momento, varios trabajadores de Alfa Romeo deciden hacerlos desaparecer y planificar su traslado en camiones. Tras un gran trabajo, los coches se llevaron a garajes y cobertizos de granjas, ocultos detrás de falsas paredes o pilas de leña.

Cuando la guerra finalizó, esos mismos modelos Alfetta 158 volvieron a la fábrica de Portello, se restauraron y se prepararon para volver a la competición. Entre 1947 y 1948, Nino Farina triunfa en el Gran Premio de las Naciones en Ginebra, Varzi se hizo con el Gran Premio de Valentino en Turís, y Tossi barre en el Gran Premio de Mián. Alfa Romeo volvió por todo lo alto.

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El Gran Premio de Gran Bretaña de Silverstone fue la primera de las siete carreras del primer Campeonato Mundial de Fórmula 1 de la FIA, en 1950. Cuatro modelos Alfetta 158 se encargan de ocupar los primeros cuatro puestos en la parrilla. Farina se hizo con la pole position, la vuelta rápida y la victoria final. Segundo llegó Luigi Fagioli y tercero Reg Parnell.

Un trio histórico

Ante este éxito, la prensa convirtió a Farina, Fangio y Fagioli en «el equipo de las 3F». Los tres pilotos se hicieron con todos los Grandes Premios en los que estuvieron presentes, subiendo al podio en doce ocasiones y logrando cinco vueltas rápidas. El dominio era absoluto.

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En el año de su llegada (1938), el 158 tenía un motor de 1,5 litros con un compresor de 185 CV. Tras la guerra, el compresor se convirtió en doble etapa y el motor llegó a los 275 CV y más tarde a los 350.

En el Gran Premio de Monza, que se celebro el 3 de septiembre de 1950, Alfa Romeo probó las soluciones técnicas del Alfetta 159, desarrollado para que participara al año siguiente. El nuevo Alfetta, con Farina al volante, debutó con victoria, convirtiéndose en el primer Campeón del Mundo de Fórmula 1.

Alfetta 159

Al año siguiente, el campeonato estuvo más disputado y se resolvió en la última carrera, en un duelo espectacular entre Alfa Romeo y Ferrari. Con 450 CV, el 159 triunfó en los GP de Suiza, Bélgica, Francia y España, con 11 podios y vuelta rápida en las siete carreras celebradas.