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Skoda Superb. Quiere ser el mejor

Lo de Skoda en los últimos 20 años es increíble. Parece la historia de un ciclista que pincha y pierde la estela del pelotón, pero que una vez arreglada su bicicleta logra contactar con el grupo principal y sigue pedaleando con fuerza en busca de los escapados, aunque para ello tenga que batallar, incluso, con su propio jefe de equipo.

Una gran progresión

La firma checa, con 120 años de historia, vivió una era de éxitos en la primera mitad del siglo XX, pero cuando tras la Segunda Guerra Mundial el país quedó atrapado por el Telón de Acero perdió el hilo de la modernidad. Hasta que en 1991 entró en Volkswagen, grupo que ha hecho de Skoda una de las marcas con mejor progresión del panorama mundial. Atrás quedó aquella etapa como fabricante 'low cost', y hoy la marca de Mlada Boleslav apunta tan alto que, en el caso concreto del nuevo Superb, pone en serios apuros a rivales de cuidado, como Ford Mondeo, Opel Insignia o Volkswagen Passat, su 'pariente' cercano.

En Skoda eran conscientes de que había mucho que hacer en el terreno del diseño, y bajo la supervisión de Walter de Silva han creado una tercera generación que 'entra por los ojos'. Lo de la estética va en gustos, desde luego, pero las nuevas formas del coche -es 28 milímetros más largo y 47 más ancho, pero reduce los voladizos al aumentar 80 milímetros la distancia entre ejes- logran un perfil más equilibrado. Y más aerodinámico, pues el Cx pasa de 0,29 a 0,275. De hecho, la futura versión 1.6 TDI GreenLine, que homologará un gasto de 3,7 l/100 km y emisiones de 95 g/km, presumirá de un índice 0,263.

Un interior enorme

Si la estampa de los Superb 'esperándonos' frente al aeropuerto de Florencia ya impresiona –mide 486 centímetros de longitud, casi 10 más que el Passat-, también lo hace el maletero, pues pulsamos el botón del mando, el portón se alza eléctricamente y ante nosotros aparece una gigantesca zona de carga de 625 litros. Las maletas parecen perderse ahí dentro, pero sujetarlas es fácil gracias a unas piezas que se fijan al suelo mediante velcro. Es sólo una de las varias decenas de soluciones 'Simply Clever' de las que Skoda presume tanto, y que incluyen compartimento para el chaleco reflectante, paragüeros en las puertas delanteras, linterna LED extraíble en la pared del maletero, rascador de hielo en la tapa del depósito, respaldos traseros abatibles por botón desde el maletero, hueco específico para una 'tablet', toma de corriente de 230V, espacio para botellas de litro y medio en las cuatro puertas…

Como vemos, de funcionalidad anda sobrado. Pero es que también despunta por amplitud interior, pues hay más anchura que antes -un quinto ocupante viajará muy bien-, una altura al techo generosa y, sobre todo, un hueco para las piernas en la segunda fila digno de las versiones largas de las berlinas de lujo, como el Audi A8L. Y ojo, porque no sólo hay espacio y practicidad. El Superb está realmente bien hecho, tiene materiales de calidad y es cómodo, ya que la insonorización es buena -apenas se escucha el aire o la rodadura-, no llegan vibraciones al interior ni siquiera en las versiones diésel y la suspensión filtra los fallos del firme, que en las carreteras italianas son muchos más que en las nuestras.

TDI 150, el más equilibrado

El Superb es más grande, pero 75 kilos más ligero, y eso se nota al volante. Por ejemplo, nos sorprendió gratamente la versión básica de gasóleo, con un 1.6 TDI de 120 CV que suena poco y empuja con voluntad. No es un misil, y su caja manual tiene un desarrollo en sexta algo largo, pero nos parece una alternativa comprable. Aunque seguro que va mejor con la caja DSG, que en España sólo se asocia por ahora -la gama crecerá en los próximos meses- a los diésel de 190 y 150 CV. Esta última, que según la marca será la de mayor venta en nuestro país, pasó también por nuestras manos, y nos parece en efecto una opción equilibrada: suave, enérgica, progresiva… Sus precios arrancan en 28.370 euros, y está disponible con todos los acabados: Active, Ambition, Style y Laurin&Klement.

En gasolina, el 1.4 TSI de 150 CV y sistema ACT de desconexión de cilindros -bajo consumo y buen par- es la única alternativa por el momento, aunque en otros mercados disfrutarán ya de briosas versiones TSI con 180, 220 y 280 CV.