La imagen es más común de lo que pensamos: tras una tormenta, bajas al garaje y descubres tu coche con agua hasta las ruedas, o peor aún, con el motor completamente anegado. En ese momento la pregunta es inevitable: ¿responderá tu seguro o tendrás que asumir los daños de tu bolsillo?
Las inundaciones en garajes particulares o comunitarios no solo son un quebradero de cabeza por las reparaciones, sino que también abren un laberinto de cláusulas, exclusiones y responsabilidades compartidas. La clave está en el tipo de póliza de seguro que tengas contratada y en cómo se haya producido el siniestro.
1Qué tipo de seguro tienes marca la diferencia

No todos los seguros de coche funcionan igual frente a una inundación. Si cuentas únicamente con un seguro a terceros, lo sentimos: los daños sufridos por tu propio vehículo no estarán cubiertos. Esta modalidad solo se hace cargo de los perjuicios que causes a otras personas o bienes, nunca de los tuyos propios.
En cambio, si tienes un seguro a todo riesgo, la cosa cambia. Esta póliza es mucho más completa e incluye daños propios por fenómenos naturales, entre ellos las inundaciones. Eso sí, no te confíes: algunas compañías imponen límites, franquicias o exclusiones muy concretas. Por ejemplo, puede que cubran la carrocería, pero no el sistema eléctrico si consideran que hubo negligencia en el cuidado del vehículo.