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Cybex nos enseña sus instalaciones de Crash test

Diseño, seguridad y funcionalidad, con prioridad incuestionable para la seguridad, es la filosofía D.S.F de Cybex, el fabricante equipamientos para el transporte de niños (portabebés, cochecitos y sillas de paseo y de coche) cuyos sistemas de retención infantil en vehículos consiguen año tras año excelentes valoraciones en los test europeos más prestigioso.

Y para conseguirlo, pronto inaugurará en su central de Bayeruth (Alemania) un moderno centro donde realizar crash test por encima de normativas y protocolos de pruebas más exigentes. Pruebas que antes se encargaban a otros laboratorios y ahora agilizarán el desarrollo de los sistemas de seguridad de Cybex.

La seguridad manda

El proceso para que un nuevo producto vea la luz se inicia con un cálculo de fuerzas, que sirven para establecer unos parámetros mínimos utilizando las simulaciones por ordenador, que servirán para establecer las bases, que pasan al departamento de diseño, obligado a respetar las normas establecidas de seguridad, que siempre priman sobre la apariencia.

Aprobado el prototipo, entra en juego el centro de I+D de Sanghai y el equipo de producción. Con la nueva luz verde, el proyecto final llega a Bayeurth donde se somete a un amplio programa de crash test para asegurar que nada falle.

Pruebas que han comenzado a realizarse en las instalaciones alemanas, que pueden reproducir impactos frontales, laterales y traseros. Además, se utilizan dummies Q, los más avanzados, que representan distintas edades del niño y disponen de sensores en cabeza, cuello, torax y estómago, las partes más vulnerables de los ocupantes de infantiles cuando se produce un accidente.

Después de un golpe, el SIR a la basura

Los crash test con sillitas usadas que han participado en un accidente demuestran la máxima de que el sistema de retención infantil debe tirarse después de un siniestro. La explicación es clara, porque la función de las sillitas es mitigar las energías que recibe el cuerpo sin que este sufra desplazamientos bruscos. Estructura, cojines y materiales son los que consiguen ese efecto y el más pequeño cambio en la colocación o rendimiento de esos elementos puede provocar un comportamiento no deseado en un próximo impacto.

Por encima de la normativa

El crash test que presenciamos reproduce un impacto a 75 km/h y es recogido por cámaras que captan mil imágenes por segundo para apreciar que las piernas del dummy se sacuden con violencia hacia arriba. El cuerpo no sufre grandes sacudidas y el niño no habría padecido daños de gravedad a pesar de haber experimentado una desaceleración de 56 G en apenas 200 milisegundos (la quinta parte de un segundo).

Para reproducir impactos frontales de hasta 80 km/h, laterales de entre 25 y 50 km/h y posteriores de hasta 75 km/h, se cuenta con unas vías de 30 metros sobre la que va una plataforma giratoria que soporta la estructura y lo asientos traseros de un VW Golf sobre el que un embolo quetraslada la energía acumulada en un gigantesco dispositivo para simular el golpe.