Cuando uno piensa en comprarse un coche nuevo, lo primero que debería contemplar es la seguridad. ¿Está preparado para protegerme en caso de accidente? ¿Tiene sistemas avanzados que eviten sustos al volante? Sin embargo, en España, no es lo que más importa. Lo que de verdad pesa a la hora de tomar decisiones es el dinero.
Según un reciente estudio elaborado por la Fundación CEA y Continental, el 95% de los conductores reconoce que antepone el ahorro económico a la seguridad. La gran mayoría prefiere gastar menos, aunque eso suponga asumir riesgos al volante. Reparaciones pospuestas, seguros con menos cobertura, piezas más baratas… es la preocupante traducción en el día a día.
3El mantenimiento justo y necesario

El enfoque del mantenimiento también refleja esa mentalidad ahorradora. Los conductores solo suelen llevarlo al taller cuando ya es «estrictamente necesario», cuando ya hay un problema evidente. La revisiones preventivas, que podrían evitar averías costosas y situaciones de riesgo, caen en el olvido.
Y cuando finalmente se decide pasar por el taller, el precio vuelve a marcar la pauta. Solo uno de cada cinco conductores elige el servicio oficial. El resto busca el taller más económico o cercano. Además, casi el 80% opta por piezas más baratas en lugar de las recomendadas por el fabricante. Se reducen costes, pero comprometiendo la seguridad y fiabilidad del coche.